SIGNOS Y SINTOMAS
DE PARKINSON EN LAS PERSONAS
El 40% nunca habló de esos problemas con
su médico ni nadie les preguntó realmente. Depresión, pérdida de
olfato o trastorno del sueño, entre otros signos, aparecen antes que
los problemas de motricidad característicos
Depresión, urgencias urinarias,
pérdida de olfato, trastornos del sueño son algunos de los
síntomas que preceden durante años, y muchos de ellos a la vez, al
diagnóstico del parkinson. Hasta hace apenas un año, esta enfermedad
neurodegenerativa, de la que no se conoce la causa y a la que sólo
se consigue frenar los síntomas, se diagnosticaba cuando aparecían
temblores, dificultades motoras, lentitud en los movimientos. Y
resulta que esa imagen es la punta del iceberg de un malestar que
empezó a asomar años antes, quizá más de diez años antes, con
señales tan poco parkinsonianas como la ansiedad o el estreñimiento.
Estos síntomas no motores se han convertido en una de las nuevas
claves para llegar antes al diagnóstico, comprender mejor la
enfermedad y abrir la posibilidad a tratamientos más reparadores.
Hace un año se logró un acuerdo entre varios equipos del mundo
acerca del lista de síntomas que había que medir y en el modo de
evaluarlos para tener por fin una herramienta útil. El investigador
del Instituto Carlos III Pablo Martínez-Martín es uno de los autores
de ese cuestionario que se va extendiendo por las consultas con el
objetivo de que, al menos una vez al año, los médicos puedan atar
cabos en pacientes a los que se les suman muchos problemas de
diversa índole y que pueden ser una manifestación de parkinson.
La compleja geografía de la enfermedad se empieza a acotar gracias a
ese cuestionario sobre treinta síntomas. Incluye caídas,
aturdimiento, somnolencia durante el día, cansancio, falta de
energía, inquietud en las piernas, apatía, estar asustado o nervioso
sin motivo, tristeza, altibajos, estreñimiento, urgencia por ir al
lavabo, babear, problemas para mantener relaciones sexuales, dolor
inexplicable, dificultades para percibir sabores y olores,
sudoración excesiva, alucinaciones... "La mitad de los pacientes
asegura que nunca han contado ese tipo de cosas a su médico, y
tampoco le han preguntado por ellos", advierte Eduard Tolosa,
neurólogo del Clínic que ha dirigido estos días en Barcelona el
séptimo congreso internacional de parkinson, con una dedicación
especial hacia esos problemas no motores de la enfermedad.
"Hemos comprobado en largas series de pacientes en varios hospitales
que de esos treinta síntomas, los enfermos de parkinson tienen un
promedio de diez, y cinco de ellos en su máxima expresión", señala
Pablo Martínez-Martín.
Saber más permite al menos tratar mejor. Porque algunos de los
problemas que se asocian con la enfermedad parecen estar causados o
al menos agravados, por la propia medicación. Por ejemplo, la
pérdida de control sobre los impulsos que llevan a una
hipersexualidad, a la ludopatía o a almacenar miles de cosas en
casa. "Yo no podía resistirme a cruzar de acera y mirar cada
contenedor, por si encontraba cosas para mis múltiples colecciones",
reconoce Jaume Tarruella, de 82 años, y uno de los pacientes de
parkinson que han participado en la investigación del Clínic. Ahora
lo lleva más controlado.
Pero la explicación puede ser aún más complicada. "También la
hipersomnolencia tiene relación con alguno de los fármacos que
damos", explica la neuróloga del Clínica Maria José Martí. "Pero de
la misma manera, se relaciona este síntoma con la degeneración del
sistema hipotalámico que ocurre en los pacientes de parkinson. O
también puede deberse a no poder darse la vuelta en la cama por
problemas motores, o por haberse levantado cuatro veces por la noche
al lavabo", enumera al especialista.
Una enfermedad que parecía motora y resulta multifactorial "que
requiere un abordaje más holístico", dice el doctor Tolosa. Un
tratamiento mucho más personalizado, "porque, hoy por hoy, lo que da
peor calidad de vida son esos síntomas no motores que hasta ahora no
habíamos vinculado al parkinson".
Como paciente, Jaume Tarruella opina que con el parkinson la clave
es ser muy ordenado "en la comida, en el gimnasio. No hay que
saltárselo, porque en una semana retrocedes y empeoras". También
requiere constancia en querer curarse. Y conocer bien lo que le
pasa. "Por las mañanas salgo temprano hacia el gimnasio y veo un
enanito. Sé lo que es, por eso no sufro, pero me preocupa que un día
crea realmente que hay un enanito allí".
Fuente La Vanguardia
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