Cuáles son las
mejores bebidas para calmar la sed?
Cuáles son las mejores para saciar esa
fea sensación. Agua, jugo de pomelo y hasta el mítico tereré
paraguayo encabezan el ranking.
Agua: Es la bebida que mejor calma la
sed. En los últimos años surgieron aguas saborizadas, una variedad
que se suma.
Jugo de frutas: Bebida que conserva todas las propiedades de la
fruta fresca. Por eso, además de hidratar y calmar la sed, resulta
nutritiva y aporta energía (en forma de fructosa).
Infusiones: Se preparan con agua y plantas de distintos sabores y
propiedades. Pueden tomarse frías o calientes, convirtiéndose en
otra forma apetecible de tomar agua. El tereré, que es el mate frío,
es un éxito en Paraguay, donde las temperaturas son elevadas.
Helados: Los helados cuya base principal es el agua, hidratan y
refrescan a la vez.
Gaseosa: El pomelo es la vedette de las gaseosas que quitan la sed.
Los señores mayores apuntan al agua tónica, pero también está la
naranjada. El efecto producido por las burbujas genera la sensación
de saciedad. Tomados con
moderación contribuyen a paliar la sed, pero su exceso puede
ocasionar el efecto contrario por su contenido en azúcares.
Bebidas energéticas: Contienen sustancias excitantes como cafeína,
teobromina, ginseng o guaraná. Quitan la sed y aportan energía,
razón por la que suelen tomarse después de practicar ejercicio o
cuando se nota decaimiento físico. No es conveniente tomar en
grandes cantidades.
Qué es la sed
La sed es una sensación que emite el cerebro para avisarnos que
necesitamos ingerir líquido. La sensación de sed puede ser recibida
por el cerebro desde varias vías, la principal son unos receptores
en la boca que tiene el control de la sed.
Al calmar nuestra sed con un sorbo de agua experimentamos un
tremendo alivio y una sensación agradable asociado a nuestra primera
alimentación: La leche materna. Incluso algunos psicoanalistas creen
que el primer llamado del recién nacido expresaría su sed. A veces
lo que insita a beber es un estimulo local, al secarse las mucosas
de la boca y la faringe.
Existe también la sed hipovolémica o de la sangre, en la el agua
forma parte en alrededor de un 70% de su composición, si no se bebe
lo debido, la sangre pierde agua y reduce su volumen.
También hay una sed social, como una especie de ritual, que
experimenta uno cuando está acompañado.
Curiosamente, la mayor parte de las veces se bebe sin tener
necesidad de hacerlo. Basta eliminar una pequeña cantidad de agua
para notar esta sensación. "Sólo con perder el 0.5% del total que
hay en el organismo se tiene sed - afirma el doctor Gregorio
Mariscal Bueno, experto en nutrición y dietética - . Si esa pérdida
oscila entre un 1 y un 2% se siente sed intensa, si rebasa el 10%
produce alteraciones graves en el organismo y, cuando alcanza el
20%, la deshidratación es incompatible con la vida.
La importancia de saciar la sed
La importancia se explica por la propia composición del cuerpo
humano. Es su elemento principal, pues representa al rededor del 60%
de su peso corporal, si bien esta cantidad depende de varios
factores.
Así, en mujeres es algo menor, a aproximadamente el 50%, ya que, a
mayor volumen de grasa, menos agua. Mientras el varón tiene el 15%,
en ellas oscila entre el 22 y el 25%, aunque estén delgadas. Otra
variable importante es la edad. Si las lactantes tienen un alto
contenido, que llegan hasta el 75%, los ancianos poseen menos que un
adulto, a causa sobre todo del propio envejecimiento, que origina un
aumento del tejido adiposo.
Conciente o inconcientemente el hombre repone el agua que
continuamente pierde el organismo, aproximadamente 2.5 litros al
día.
En general, es el sudor lo que más induce la sed, que desaparece de
inmediato al tomar líquidos pese a que éste, aunque llega al
estómago, tarda algún tiempo en absorberse por la sangre y pasar a
las células, proceso que dura de 2 a tres horas. En este sentido,
ciertos estudios apuntan a que existen en el estómago una especie de
receptores de distensión, cuya misión sería la de calmar la
sensación de sed. Aunque se beba mucho el agua únicamente se queda
unas horas en el aparato digestivo y por eso aparece la necesidad de
volver a hidratarnos regularmente.
En situaciones normales, el agua que se pierde se repone por dos
mecanismos. "Uno es la ingestión de bebidas y alimentos ricos en
ella - afirma el doctor Mariscal Bueno-, y otro, la oxidación de los
propios alimentos, que es el agua metabólica. Por la combustión de
100 gramos de grasas se producen 107 gramos de agua, 55 por la misma
cantidad de hidratos y carbono, y 41 por cada 100 gramos de
proteínas. Eso equivale a aproximadamente 300 mililitros al día,
mientras que los líquidos aportan más o menos litro y medio y el
otro litro procede de los alimentos ricos en agua. En total, de dos
litros y medio a tres litros, prácticamente la misma cantidad que se
pierde cada 24 horas."
Buenas razones para hidratarse
1.- Regula la temperatura corporal.
2.- Hidrata la piel.
3.- Facilita la digestión.
4.- Ayuda a diluir líquidos corporales.
5.- Consigue una mayor capacidad de concentración.
6.- Facilita el transporte de nutrientes en el organismo.
7.- Consigue que los riñones funcionen mejor.
8.- Aumenta la esperanza de vida.
Hidratación durante el verano
Durante el verano las altas temperaturas, la humedad y una mayor
sudoración hacen que el organismo pierda mayor proporción de agua
que durante el invierno. Por eso es fundamental ingerir líquidos con
mayor frecuencia, sobre todo ante la exposición al sol o al realizar
algún tipo de actividad física.
Los ancianos y los niños son quienes más tienen que controlar sus
niveles de hidratación durante la época estival porque ven alterado
su mecanismo de la sed. Los niños, porque no siempre piden bebidas
cuando tienen sed. Y los ancianos, porque tienen menos agua corporal
que en etapas anteriores.
Qué se pierde con la deshidratación
Entre el 2% y el 3% de la perdida de agua, provoca malestar,
sequedad en la boca y bajada del rendimiento físico. Los músculos
tienen más dificultades para realizar las contracciones.
Alrededor del 4% provoca una caída drástica del rendimiento físico
de hasta un 30% (fuente OMS), pueden aparecer calambres en los
músculos sometiditos a contracciones y se inicia una bajada de la
capacidad de concentración y calculo.
Entre el 5% y el 6% los fallos en el organismo son múltiples, la
dificultad de concentración y cálculo se hace ostensible, pudiendo
llegar a ver visiones y tener problemas para la retención de
imágenes. En el 6% aparecen fallos en la termorregulación del
cuerpo.
Por encima del 7%, en función del calor y el estrés los fallos
multiorgánicos empiezan a aparecer, si se supera el 9/10% la muerte
esta cercana.
Fuente
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