RESTAURANTES
PERUANOS EN BUENOS AIRES
La gastronomía peruana está de
moda. Ahora conozca los 10 mejores sitios porteños donde comer y qué
es lo mejor de cada uno
Por Luis Lahitte *
Ya existen en la ciudad unos 50
establecimientos que se dedican a la gastronomía del Perú, pero no
todos los restaurantes son iguales. No es lo mismo un lomo saltado
servido en las mesas de fórmica de Kusko Hatuchay de Abasto, que un
tiradito de salmón en jugos de lima y maracuyá en Osaka, de Palermo
Hollywood. Si busca referencias, estas son las mejores de la ciudad
con su precio promedio por comida.
1. Peruano popular: MAMANI
Agüero 707 (esq. Lavalle), Abasto / $50
También conocido como “El Cholo Terco”. Se trata de un enorme
comedor en el corazón del Abasto, sencillote, sin pretensiones, pero
con algunos aciertos en la carta. Mamani es famoso por el pollo a la
brasa, único en la ciudad, cuya fórmula cuidan celosamente; después
de arduas averiguaciones descubrimos que mientras lo asan le dan
pinceladas de una marinada que lleva ajo y Coca-Cola, entre otros
ingredientes. Otro plato interesante es el taypá, un salteado típico
de la cocina chifa que se sirve sobre una piedra humeante. Las
porciones son abundantes, para compartir.
2. Peruano kitsch: CHAN CHAN
Hipólito Yrigoyen 1390, Monserrat / T. 4383-8492 / $40
Al contrafrente del Palacio Barolo se encuentra Chan Chan, que nada
tiene que ver con la coda final de una canción, sino que lleva el
nombre del hallazgo arqueológico más rico del Perú. Se trata de un
restaurante pequeño, de 13 mesas, de marcados rasgos kitsch, como
las coloridas figuras religiosas que hay sobre la entrada y unos
frescos con paisajes bucólicos sobre los laterales francamente
imposibles. Sin embargo, la cocina es cuidada y alineada con la
tradición. Tiene especialidades como la jalea, el tiradito de
pescado, la degustación de ceviches, la causa limeña y el anticucho
de corazón. El precio es otro punto a su favor.
3. Peruano fusión: PARU
Bonpland 1823, Palermo Hollywood / T. 4778-3307 / $120
El nuevo proyecto del chef Jan Van Oordt, creador de Osaka, el
primer restaurante local en mezclar la gastronomía peruana con la
japonesa. Páru sigue esa línea, tanto en fusión como en platos que
mantienen la identidad de cada una de las cocinas. Discreto y
elegante, ofrece una variada carta de tragos de autor y platos como
ceviche, tiraditos, chalaquitas (una especie de tapas peruanas),
rolls y platos de wok, todos cuidadosamente preparados y
presentados. Vale destacar los pescados y las carnes grilladas con
carbón natural.
4. Peruano cholulo: CONTIGO
PERU
Echeverría 1627, Bajo Belgrano / T. 4780-3960 / $65
Empezó hace una década como un sucucho de estación ferroviaria, y no
para de crecer. Hace poco realizó su tercera ampliación. Perdió
definitivamente su aire de bolichón familiar y se transformó en un
señor restaurant con mesas prolijas cubiertas con manteles de cuero
marrón. De sus paredes cuelgan máscaras de cobre, huacos y tapices
peruanos. El ceviche de lenguado y la jalea son de lo mejor que
ofrece la carta, frondosa en causas y tiraditos. Aún estando fuera
de los polos gastronómicos más fashion, no es raro toparse con Bruno
Gelber, Dolores Barreiro, Raúl Taibo o Narda Lepes, entre otras
figuras que visitan la casa con regularidad. Además, su dueño es el
padre del actor Juan Palomino. Si tenés antojo de cocina peruana
maridada con una dosis de cholulaje, ya tenés donde ir.
5. Peruano de autor: ASTRID &
GASTON
Lafinur 3222, Botánico / T. 4802-2991 / $150
Gastón Acurio es el gran difusor de la cocina peruana a nivel
internacional. Su restaurant ubicado en una casona de Palermo es uno
de los más chic de Buenos Aires. La decoración neobarroca, impronta
del local, remite a la riqueza mítica del Perú. Allí se pueden
probar las creaciones de Gastón, interpretadas localmente por la
mano de Roberto Grau. El tiradito Nikkei de salmón rosado es
extraordinario, al igual que la causa con centolla y el lenguado con
caldo chifero. También hay originales creaciones con productos
locales como los tallarines saltados de bife de chorizo y
chipirones. Las presentaciones de los platos son minimalistas. A
partir de este mes hay after office los días miércoles, buena excusa
para tomarse un pisco sour en la barra.
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