Ya se teme
por una próxima burbuja, mayor que la suma de las .com y la de
hipotecas de EEUU
La reciente crisis que sufrió el mundo obligó a los
gobiernos a implementar medidas de urgencia para ponerle un piso a
la caída. Se generaron multimillonarios bolsones de deuda, que
deberán ser licuados vía inflación y repercutirá en inversores y
futuros jubilados. ¿Explotará o se desinflará?
La peor debacle
financiera, después de la gran crisis de 1930, cuya raíz fue la
burbuja de hipotecas en Estados Unidos -y que después se
desparramara a todo el mundo- erosionó enormemente la confianza de
inversores y consumidores.
Envueltos en un mar de incertidumbre, los gobiernos de los países
más poderosos tuvieron que reaccionar rápidamente para frenar la
sangría de quiebras empresarias y desplomes bursátiles, que
amenazaban con hacer colapsar el sistema financiero global. En este
sentido, la caída de Lehman Brothers fue el punto culminante.
Los bancos centrales se vieron forzados a realizar multimillonarias
inyecciones de divisas y a aplicar fuertes reducciones en el costo
del dinero, bajando las tasas de interés a cifras irrisorias, nunca
vistas anteriormente.
El objetivo buscado: dotar de liquidez al sistema para que comience
a funcionar la maquinaria del crédito, inversión y consumo y así
reactivar a las economías.
Pero como nada en la vida es gratis, este accionar de abaratar el
dinero y desparramar billetes -que sirvió para ponerle un piso a la
crisis- dejó activada una bomba financiera que muchos temen puede
traer serias consecuencias a futuro. De hecho, ya se dieron algunos
detonantes.
Sucede que los gobiernos hicieron uso y abuso del déficit fiscal, en
sus intentos por lograr cierta estabilidad, y volcaron gran parte de
esos fondos a la financiación de amplios paquetes de estímulos
fiscales.
Y, a medida que el tiempo ha ido transcurriendo, comenzaron poco a
poco a evidenciarse los costos de estas políticas. En especial, en
lo que hace al desmesurado crecimiento de la deuda pública de una
larga lista de naciones.
El punto de partida del actual endeudamiento
Casi todos los gobiernos europeos debieron lanzar importantes
programas de ayuda para rescatar a sus bancos e incentivar a sus
economías.
Como era de esperar, el endeudamiento creció de manera vertiginosa.
Lo que ocurre en la Argentina, que enfrenta un acuciante problema de
déficit fiscal, no es sólo privativo del ámbito local.
Varias naciones se vieron obligadas a nacionalizar bancos y a
canalizar partidas presupuestarias para crecer a través de programas
de inversión pública, con el único objetivo de oxigenar a la
economía y evitar que las quiebras se multipliquen.
“La mayoría de estos programas fueron financiados con la emisión
masiva de nuevas deudas que, en algún punto, superaron la cota de la
racionalidad. Y eso es lo que en la actualidad tiene en vilo tanto a
gobernantes como a inversores”, señala el analista internacional
Pablo Kummetz.
En la misma línea Darío Epstein, presidente de Research for Traders
y columnista de la CNN, afirma que “nadie dudó, en medio del caos,
de que dicha ayuda era necesaria. Sin embargo, las consecuencias se
verán en los próximos trimestres, cuando varios gobiernos deban
hacer frente a la excesiva deuda contraída y a punto de vencer”.
Las cifras que hacen temer
Los gobiernos de Europa necesitarán cerca de 2,2 billones de euros,
tan sólo este año, para poder financiar las deudas en las que
debieron incurrir para paliar los efectos de la crisis subprime.
Este monto equivale, nada más ni nada menos, que a casi el 20% de su
producto bruto.
Esta es la mayor necesidad de capital en registrada en décadas. A
modo de ejemplo, el dinero que necesitan algunos países para poder
cumplir con los compromisos asumidos es:
* Francia, 454.000 millones de euros.
* Italia, 393.000 millones.
* Alemania, 386.000 millones.
* Reino Unido, 279.000 millones.
A juicio de muchos analistas, el problema de la deuda masiva es una
enorme amenaza que se cierne sobre los mercados, de la cual EE.UU.
no está al margen, después del enorme gasto público en el que ha
incurrido en los últimos dos años.
Se estima que el déficit de Francia alcanzará este año el 7% del
Producto Bruto Interno (PBI). En tanto que el de España será
superior al 8% y el del Reino Unido incluso superará el 12 por
ciento.
Estos niveles de rojos fiscales, están muy por encima de los límites
permitidos que fueran establecidos cuando se decidiera crear al euro
como moneda común.
¿Qué hacen mientras tanto las autoridades europeas? Obligadas por la
situación, no les queda otro remedio que hacer la “vista gorda”.
Los números son escalofriantes. Por la emisión de nuevos
compromisos, se prevé que en el 2010 el índice de endeudamiento
superará el 90% del PBI total.
En la actualidad, la magnitud del problema en varios países es tal
que ya no sólo se circunscribe a los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia
y España), sino que también involucra al Reino Unido.
E incluso se traslada a Estados Unidos que enfrenta un rojo fiscal
de… u$s1,6 billones.
Los analistas recuerdan que la crisis del Sistema Monetario Europeo
que tuvieran lugar a principios de los '90, o la de los tigres
asiáticos de finales de esa década, han enseñado que los colapsos,
una vez producidos, no se circunscriben solamente a los países donde
se originan, sino que luego se extienden como reguero de pólvora a
todo el mundo globalizado.
"La gran crisis está llegando, y será mayor que la caída de las
punto.com en 2000 y el estallido de la burbuja de las hipotecas
subprime juntas. Un gigantesco apagón de mercado", vaticina Paul
Farrell, reputado analista internacional.
En su opinión, “ese gran cataclismo será la explosión de la bomba
del endeudamiento global”. Y la califica cono "la tercera gran
burbuja del siglo XXI provocada de nuevo por los grandes bancos”.
La magnitud del problema
La deuda de los países industrializados ya ha alcanzado los “niveles
latinoamericanos” de la década del '80.
Tal como fuera enunciado, el tratado de Maastricht sólo autoriza una
deuda de hasta el 60% del producto, a fin de que se mantenga un
cierto equilibrio. Sin embargo, el gráfico que se muestra a
continuación permite apreciar cómo la mayoría de las naciones están
“desbordadas de endeudamiento”, muy por encima del permitido.
* Grecia lidera el pelotón, con una deuda total que supera el 123%
de su PBI.
* Muy cerca se encuentran Francia, Portugal, Reino Unido e Irlanda.
* Catastrófica es la situación de Bélgica, Grecia e Italia: la deuda
total de estos 3 países ya sobrepasa el 100% del PBI.
* En Italia, el endeudamiento estatal llega casi al 130 por ciento.
* Del otro lado del Atlántico, Estados Unidos tiene una deuda de
casi el 95 por ciento.
* El promedio OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico) es del 97,4 por ciento.
“Muchos países, como por ejemplo España y Gran Bretaña, que en el
2005 aún se movían dentro del corredor comunitario, están ahora
completamente desbocados”, agrega Kummetz.
Sólo Luxemburgo, Finlandia y Eslovaquia pertenecen al exclusivo
círculo de los países que en el 2010 permanecerán por debajo de la
cifra mágica del 60 por ciento.
Oriente presta, occidente se endeuda
Jim Rogers, co-fundador del Quantum Fund con George Soros en 1970,
advierte que lo sucedido en el caso de Grecia no hará más que
"retrasar el problema".
“Lo único que va a suceder es que se va a dilatar una cuestión que
es más de fondo y a la que debería hacerse frente”, explica.
Para Rogers, “el mundo va a sufrir varios terremotos en el mercado
de las divisas durante este año y el que viene. Existen
desequilibrios gigantescos en la economía mundial que necesitan de
una corrección”.
“Todos los países acreedores están en Asia, con China, Hong Kong,
Taiwan e India, mientras que los endeudados están en occidente, como
Estados Unidos. Esta clase de desajustes sólo se corrigen a través
de una crisis o semicrisis”, sentencia Rogers.
“Otro mercado en el que creo que hay una burbuja es en el de bonos a
largo plazo de los Estados Unidos”, agrega el co-fundador de
Quantum.
Consultado sobre la calificación que ostenta este país (AAA), el
consultor considera que “ya la ha perdido hace mucho tiempo, pues es
la nación con más deuda de la historia del planeta. No es un país
con triple A. Quizás sobre el papel es lo que se afirma, pero en
realidad no lo es. Es absurdo pensar que puede ostentar tal
calificación”
La deuda griega, sólo la punta de un inmenso iceberg
En la misma línea de Farrel, el gurú Nouriel Roubini asegura que los
problemas de Grecia sólo son "la punta de un gran iceberg" y que su
elevado déficit público es comparable, por diferentes motivos, a los
de España y Portugal, y de alguna manera también a los de Irlanda e
Italia.
"Fuera de la Eurozona, se ha decidido socializar parte de las
pérdidas privadas y ahora hay un masivo endeudamiento del sector
público -Reino Unido, Islandia, Japón y Estados Unidos-. Esta
cuestión del riesgo de la deuda soberana va a ser crucial en los
próximos años”, señala Roubini.
Impacto
“Después de una crisis como la que vivimos, los déficit fiscales
empiezan a ser enormes”, destaca el economista Tomas Bulat.
El analista explica que los distintos gobiernos, para mantener el
nivel de actividad, salieron rápidamente a aumentar el gasto y esto
ha generado “grandes saltos de deuda”.
“Estamos viendo una gran emisión de títulos, para financiar el
endeudamiento público vía bonos. En la medida que la tasa de interés
comience a aumentar, porque la inflación va a crecer, todos estos
papeles irán valiendo cada vez menos”, destaca.
¿Es una burbuja que puede explotar?
Según Gabriel Holand, de HR Global, “las políticas monetarias laxas
implementadas por los países desarrollados profundizaron el fuerte
apalancamiento de Estados y empresas. Y este apalancamiento se
sostiene básicamente por la confianza que tienen los inversores”.
“Pero esta confianza tiene un límite, sobre todo si la emisión de
deuda sigue sin control. Y este concepto es válido para las
economías de Argentina, Grecia, los EE.UU. o cualquier otra nación
del planeta. Grandes acumulaciones de deuda, como las actuales,
hacen que una economía sea vulnerable a una crisis de confianza”,
concluye Holand.
Agustín Cramo, analista de mercados internacionales, tiene una
visión más escéptica: “De mantenerse el actual ritmo de generación
de deuda, no es descabellado afirmar que estamos en presencia del
principio de una guerra devaluatoria”.
Para Bulat “la burbuja que se ha armado está en manos de los futuros
jubilados. No es una burbuja que vaya a explotar, como pasó con la
de las ".com" o la de las hipotecas, sino que los propios gobiernos
la irán desinflando, recurriendo a una alta inflación para así ir
licuando el abultado endudamiento”.
EE.UU., Reino Unido y la “zona noble de Europa”
Pese a que la atención se centra en las denominadas naciones de la
periferia, como Grecia, Italia, Portugal y España el contagio es
evidente en otras naciones, incluso entre algunas de la “zona
noble”, el Reino Unido y el otro lado del Atlántico.
David Scammell, estratega de crédito para Europa de Schroders, pone
al Reino Unido en los primeros lugares de territorios en problemas.
A juicio de Scammell “el derrumbe de la deuda griega es un claro
aviso de que los inversores están dispuestos a castigar a cualquier
Gobierno que da por seguro que podrá financiar su déficit sin
inconvenientes”.
Indicadores ya comienzan a reflejar el miedo
En el caso de Francia, el costo de protegerse contra un posible
default, a través de la compra de seguros -conocidos como Credit
Default Swaps (CDS)- se incrementó en un 100% en apenas un mes.
Algo similar ocurre con los de otros países del corazón de Europa.
Por citar algunos ejemplos los CDS de Bélgica, aumentaron un 50% y
los de Austria un 20% en poco tiempo.
El costo del endeudamiento
El endeudamiento público tiene en Alemania, como en la mayoría de
los otros países de la UE, otra nefasta consecuencia: el aumento de
los pagos por intereses.
El país pagará en 2010 aproximadamente un 3% del PBI –más de 72.000
millones de euros– por este concepto.
En el resto de Europa las cosas no van mejor. Italia pagará 9.000
millones de euros más y Gran Bretaña incluso 11.000 millones de
euros más. Y eso no es nada comparado con Francia, pues los
intereses se incrementarán en unos 15.000 millones de euros, frente
a lo pagado en 2005.
El aumento exponencial de los intereses y el volumen total de la
deuda son señales claras de que esta situación tiene poco camino
para recorrer.
La cuestión es qué medidas se tomarán y cómo impactarán a nivel
global. En principio, se echará mano a la alta inflación para ir
licuando esta enorme deuda de los distintos países.Y esto lo
sentirán los futuros jubilados a los que, tal como sostiene Bulat,
les reusltará muy difícil mantener sus niveles de consumo.
Rubén Ramallo
© iProfesional.com
Compartir este articulo : |
| | | | |
|