EL SEXO EN LA
PAREJA DESPUES DE TENER UN HIJO
Durante el post parto, la
actividad sexual pasa a un segundo plano, en miras a la recuperación
de mamá y de la atención que el bebé requiere.
¿Cuánto tarda en regresar el deseo? ¿Cómo superar los conflictos que
surjan?
Después
del parto, la sexualidad entra en receso. La llegada de este pequeño
nuevo integrante irrumpe con su presencia y comienza a modificarse
el equilibrio hasta ahora logrado.
Por un
lado, el acomodamiento necesario del cuerpo de la mamá, y por el
otro la nueva situación familiar: la mujer y el hombre que
conformaban una pareja asumen los nuevos roles de padres y dan la
bienvenida al nuevo ser.
¿Y que pasa con el sexo?
Al
período de ausencia de coito durante el puerperio, se lo conoce
comúnmente como cuarentena, por la creencia de que la actividad
sexual puede retomarse pasados los cuarenta días de nacido el bebé.
Pero este cálculo no es más que un mito popular.
Sin
embargo, en la realidad de cada pareja, los tiempos no son así de
estrictos. El cuerpo de la mamá debe reacomodar los tejidos eso es
cierto y la fisiología marca un tiempo, si hubo una episiotomía
(incisión que se hace en la vagina para ampliar el canal de parto),
toda la región se verá afectada. La lactancia provoca cambios en las
mamas que las tornan más sensibles y turgentes.
A las
consecuencias físicas de haber parido, se le suma la nueva dinámica
que se establece con un bebé en casa. Y todos los que hemos sido
padres sabemos de qué estoy hablando.
El
sistema de creencias que esté instalado en esa mamá, determinará
cómo se vivirá la llegada del bebé al hogar. Además, también influye
cómo ella vivió el parto, cuáles son los mensajes familiares que se
vienen transmitiendo respecto a la crianza del niño, cuál ha sido su
relación con el placer y el sexo, y cuál es el lugar que ocupa el
hombre en este sistema.
La rutina
diaria y nocturna se ven modificadas por la irrupción del niño.
Horarios, alimentación decodificación de los llantos e incomodidades
de ese nuevo ser, son algunas de las peripecias con las cuales los
padres, pero sobre todo la mamá, tendrán que aprender a manejar,
para poder establecer un nuevo lenguaje de comunicación, más
corporal y gestual, que verbal. Todas estas vivencias desplazan el
interés sexual de la mamá.
¿Y al hombre que le sucede?
Muchas
veces los hombres tienen miedo de acercarse sexualmente a sus
mujeres porque se encuentran con un cuerpo diferente. Los senos, por
ejemplo, se han modificado para amamantar. No hay erotización del
vínculo porque la mamá está totalmente enfocada en su bebé, y el
papá dejó de ser varón para convertirse en padre.
La sexualidad se genera dentro de la intimidad de la pareja. Con la
llegada de un bebé, ese espacio se pierde temporariamente, y hay que
recuperarlo. La aparición de un niño pone toda la atención en él, la
mamá deposita su libido en ese vínculo y si el papá está conectado
con la llegada de su hijo, la ausencia de coito no provocará
conflicto dentro de la pareja.
La manera
en que transite esta etapa va a depender mucho de cómo llegaron
ambos psicológicamente a este momento.
La restitución de la intimidad de la pareja estará ligada a la
historia de cada persona y a cómo se fue consolidando esa pareja. En
general, la mamá tarda un poco más en volver a sentir el deseo
sexual, mientras que el hombre, que no ha puesto su cuerpo para el
parto, no lo tiene afectado.
Se
recomienda emplear otros recursos de acercamiento dentro de la
pareja, para ir restituyendo progresivamente el encuentro sexual
habitual, siempre y cuando exista la posibilidad del espacio para la
intimidad. Por eso, la vuelta al sexo también va a estar ligada al
establecimiento de esta nueva dinámica dentro de la casa.
La
creatividad es la herramienta con que todos contamos para
reencontrarnos con el placer.
Caricias, mimos, contacto genital y actividades masturbatorias,
pueden ser parte del juego en el tránsito de esta etapa, bajando las
exigencias respecto de la creencia que sin penetración no hay
sexualidad y así, darle tiempo a la mujer para su recuperación
física completa.
Cualquier
tipo de contacto que sea aceptado y deseado por los integrantes de
la pareja puede ser satisfactorio. La mujer no debería sacrificarse
o hacer el esfuerzo de retomar la actividad sexual. Su pareja deberá
comprender el momento que ella vive. La comunicación a partir del
amor estrecha los vínculos y disipa temores.
Está
claro que si ambos participan activamente de esta nueva etapa, el
conflicto no se presenta, porque los dos están inmersos en la
llegada del bebé.
Es muy
importante buscar información en el ginecólogo. El médico está en
condiciones de evaluar estas consultas que en general se resuelven
con educación sexaul y de ser necesario él será quien solicite la
consulta de un especialista sexólogo o psicólogo.
Cuando tenga que ser, será
Si todo
se construye sólidamente, con amor; si los dos papás participaron
activamente del proceso del embarazo y nacimiento; si los encuentros
sexuales previos al parto fueron buenos, no habrá mayores problemas
en el retorno a la actividad sexual, que llegará a su debido tiempo.
Por
la Dra. Sandra Magirena
Coordinadora M24 Salud
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