COMO SER UN BUEN
AMIGO
Te damos diez claves para evitar caer en
aquellas atrocidades que te convierten en un ser despreciable y te
ayudan a convertirte en un amigo ejemplar
Una de las principales razones por
las que se creó un día para conmemorar a los amigos es, sin duda, el
no olvidarse de serlo. Un pequeño recordatorio de lo valioso que
resulta la amistad y el agradecimiento y los regalos que el buen
comportamiento te otorga a modo de recompensa hacen que valga la
pena tener en cuenta estas diez pautas a seguir.
Primordialmente y como regla general,
un buen camarada es aquel que jamás y bajo ningún concepto se fija
en la hermana de un amigo. Esta regla, en principio, parece sencilla
de cumplir, sin embargo no siempre lo es. Convengamos que hay
hermanas y “hermanaaaas” (léanse las “a” de más transcriptas en la
palabra anterior no cómo un error sino como una muestra de la típica
expresión de “baboso” ó de “te parto” que brota de algunos
individuos al conocer a un familiar con determinadas cualidades
físicas “llamativas” para su entorno).
La hermana de un amigo debe de
mirarse como a una escoba, una estatua, un poste de luz, o, como
habitualmente se recomienda “como a un amigo más”. Si bien esto
puede resultar de cierta complejidad e incluso, bastante complicado;
de este desafío deviene la importancia que se le da a este asunto.
Una pauta vital es también la
sinceridad a cualquier costo. Esto no quiere decir emitir opiniones,
juicios y valores de manera abrupta, sin medir consecuencias ó
siendo hiriente sin razón aparente. No obstante, significa decir
aquellas verdades que otros callan por vergüenza ajena o cualquier
otro motivo sin contemplar que está en riesgo la reputación de un
par.
En este caso, podemos citar de
ejemplo el decir siempre y en cualquier caso cuando un amigo está a
punto de “levantarse un bagre” ó cuando tiene mal aliento ó alguna
prenda le queda realmente espantosa. Asimismo, una de las leyes
fundamentales es facilitar el teléfono de alguna conocida/o,
vecina/o, amiga/o y/o primo/a que se considere que está dentro de
los parámetros aceptables del grupo.
Jamás esconder, omitir ó modificar un
“sos un/a cornudo/a terrible” por algún mediocre y mentiroso “me
parece que…”, “yo que vos me fijaría porqué…”. No señor, un amigo
cornudo debe serlo, al menos, de manera consciente. Eso sí, en este
punto, cabe aclarar, se “banca” al amigo en la decisión posterior
que este tome respecto de su pareja. Ayudar a devolver a un amigo en
estado de ebriedad es sin lugar a duda una muestra de fidelidad
absoluta.
Esa persona que es capaz de colaborar
con tu bienestar físico a costa del propio es un amigo con todas las
letras. Aquel que no se enoja por que manches su ropa con residuos
expulsados al exterior por un consumo excesivo de alcohol; aquel que
te deja en la puerta de tu casa a pesar de tener que llevarte al
hombro ó aquel que se pierde a la mejor mina por cuidarte toda una
noche, es un amigo de verdad. Cubrir hasta la mentira más irrisoria.
Si un amigo miente y necesita
sostenerlo, nosotros debemos apoyarlo “a morir” en esa blasfemia.
Aquí sí vale la omisión, puesto que, cuando no se comprende la
mentira y se opina al respecto se la puede revelar sin notarlo.
Asimismo, para un amigo nunca se nos muere el perro ó la suegra, ni
“no nos llegó el mensaje” ó “me quedé sin batería”. Un buen amigo
siempre está dispuesto a escuchar y colaborar con su par.
En cuanto a los problemas de amor,
los amigos deben ser los psicólogos; tampoco deben reprochar el
abandono de su colega por alguna persona del sexo opuesto en
determinada ocasión y, por el contrario, se debe aconsejar la
higiene y la imagen adecuada para la cita. Y, por último, un amigo
está más allá de un llamado, un regalo, la distancia y los
malentendidos o diferencias. Un amigo está, aunque la distancia los
separe, aunque sus vidas cambien, aunque en sus elecciones
disientan. Un amigo se ríe con vos pero nunca se burla de tus
problemas o defectos, si no que te ayuda a superarlos.
Un amigo te banca, te quiere, te
respeta, te valora, te acompaña pero, cuidado con esto, un amigo
también te rompe la paciencia te desestabiliza y te quiebra. Ninguna
amistad verdadera es sencillamente hermosa, todos tenemos
vicisitudes, sobre todo, en las relaciones verdaderas. Por eso, a
mancarse los insultos y, después, estar dispuestos al perdón y al
abrazo y en ese abrazo, no dar lugar al reproche y dejar atrás sin
rencores las equivocaciones del pasado. Si tenés alguno de estos, de
verdad, de los que no siempre te vienen con risas sino que te llenan
de mambos, decile felíz día y, si no sos muy “rata” llevale un
regalo.
Fuente: Edición10.com
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