EL ALCOHOL EN LOS
OJOS NO EMBORRACHA
Cuando se vierte alcohol sobre los ojos,
la penetración de esta sustancia a las otras capas del ojo y a la
circulación sistémica (que sería por donde el alcohol accedería al
organismo), es mínima, por no decir que nula
Experto hace esta afirmación, después de
la noticia de que los jóvenes en el Reino Unido estaban poniendo
gotas del licor en sus ojos para emborracharse más rápido.
Los jóvenes afirmaban que el alcohol era absorbido mejor por el
sistema de venas que irrigaba el ojo. Sin embargo, oftalmólogo
Marcel Ávila de la Universidad Nacional, dijo que esto no era
posible. De hecho, afirmó que este uso puede tener consecuencias
irreversibles como la inflamación severa de la córnea.
Ávila explica que para realizar un
procedimiento láser refractivo denominado PRK (Photo Refractive
Keratectomy) se utiliza alcohol, pero de manera controlada.
"Nosotros aplicamos en la práctica alcohol al 20-30% con el fin de
quitar el epitelio (la primera capa de la córnea) y poder realizar
así el procedimiento. El alcohol lo aplicamos entre 20 a 40
segundos. Posterior a esto hay que lavar el ojo muy pero muy bien
con solución salina, y con este tiempo se produce una destrucción
total del epitelio para luego aplicar el láser", explica Ávila.
Cuando se vierte alcohol sobre los ojos, la penetración de esta
sustancia a las otras capas del ojo y a la circulación sistémica
(que sería por donde el alcohol accedería al organismo), es mínima,
por no decir que nula.
"Este proceso de absorción se tarda de 3 a 6 días, durante los
cuales hay una molestia severa y algunos pacientes experimentan un
dolor importante. Así pues, considero que uno no se aplicaría
alcohol a una concentración mayor (el vodka contiene entre 40 y 70%
de concentración de alcohol), sin producir una inflamación severa de
la córnea y una keratitis severa", afirma especialista.
Con base en la experiencia clínica del oftalmólogo, el uso de
alcohol en los ojos con fines de emborracharse no tiene ninguna base
científica, máxime cuando la córnea es un tejido que de manera muy
rápida transmite estímulos nerviosos al ojo, haciendo que si cae
alcohol u otra sustancia adversa se produzca un lagrimeo inmediato
para evacuarla.
"Considero que esto hace parte de la mitología urbana y se debe
explicar a los jóvenes que ni siquiera intenten esta práctica, ya
que el dolor ocular sería muy severo. Además, los riesgos de
inflamación de la córnea y de infección son muy altos y no se
obtendría el efecto sistémico del alcohol", concluyó Ávila.
Fuente Cambio. Co
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