LOS ARQUEROS SE
QUEJAN DE LA PELOTA DEL MUNDIAL
"Parece una de esas que compras en el
mercado", dijo Julio César. Su evolución en la historia
La Tricolore fue la pelota utilizada en
el Mundial de Francia '98 y tal vez fue el último balón mundialista
que no fue odiado por los arqueros. En 2002, Adidas presentó la
Fevernova y marcó el nefasto rumbo.
Esa pelota enseñó una textura diferente
que alteraba la trayectoria del balón cuando este tomaba cierta
velocidad en el aire. A partir de allí, los campeonatos de clubes
mantuvieron las mismas bases de fabricación de balones y estas
fueron alteradas nuevamente en la presentación de la Teamgeist, para
Alemania 2006.
La pelota alemana estaba constituida por 14 paneles diferentes que
también contribuían con el "viboreo" tan temido para los
guardavallas. De hecho, el balón fue apodado por la propia Adidas
como "la enemiga de los arqueros".
Para no romper con la tradición, para este 2010 FIFA aprobó la
Jabulani y los arqueros ya comenzaron a quejarse. El Uno de Inter y
la selección de Brasil, Julio César fue el primero en poner el grito
en el cielo
Para no romper con la tradición, para
este 2010 FIFA aprobó la Jabulani y los arqueros ya comenzaron a
quejarse. El Uno de Inter y la selección de Brasil, Julio César fue
el primero en poner el grito en el cielo.
"Es terrible, horroroso, parece una de
aquellas pelotas que compras en el supermercado", aseguró en la
concentración brasileña, al ser consultado por el esférico, según
publica el diario 20minutos.es.
"Todo el mundo quiere ver goles y hacen pelotas que agarran más
efecto. Llegará un día en el que veamos al tirador de penales dando
un mortal antes de patear... ¿Quién me mandó a elegir esta
profesión?", tiró irónicamente.
Otro de los arqueros que se quejó recientemente del esférico fue el
titular y capitán de la selección chilena, Claudio Bravo: "Es un
balón especial, hecho para complicarle la vida a los arqueros para
que haya más goles", indicó el Uno de Real Sociedad.
Con la pelota mundialista, según Bravo, "cuesta calcular la
trayectoria, se mueve extraño" y precisó que en altura "se nota
más", como pudo comprobarlo en Calama, durante el amistoso
Chile-Zambia (3-0), jugado a unos 2.600 metros sobre el nivel del
Mar.
No está mal que la FIFA se preocupe por la cantidad de goles, pero
no por eso hay que jugar con pelotas que corrompen con el natural
desarrollo de los partidos. Es como vendarle los ojos a los arqueros
para que haya más goles
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