QUE ES Y EN QUE
CONSISTE EL PATRON ORO ?
El presidente del Banco Mundial, Robert
Zoellick, abogó, en un artículo en el Financial Times, por la
adopción de un patrón oro global para que los países definan sus
tipos de cambio. Amén de la sorprensa que provocó el comentario,
muchos lectores comenzaron a preguntar de qué estaba hablando el
funcionario de la insitución crediticia. Aquí algunos datos
El patrón cambio oro es un sistema
monetario por el cual se fija el valor de una divisa en términos de
una determinada cantidad de oro. Consiste, básicamente, en que el
país emisor de la divisa garantiza que puede devolver al poseedor de
sus billetes la cantidad de oro representada en ellos.
Con la expresión “patrón oro”, uno
puede estar refiriéndose a dos etapas distintas de la historia
económica, a la que corresponden dos sistemas que tienen diferencias
entre sí, aunque a veces se los denomine igual. En ocasiones se
tiene el cuidado de hablar de “patrón oro”, y de “patrón cambio
oro”.
Según un artículo citado en la
enciclopedia virtual “Wikypedia”, cuando se habla de “el” patrón oro
se hace referencia a la forma en que se organizaba el sistema
financiero internacional en el siglo XIX. “Recordemos que consistía
en algo tan simple como definir una divisa en términos de oro. Así,
por ejemplo, el dólar americano estaba definido como una veinteava
parte de una onza de oro. Y la libra esterlina era aproximadamente
una cuarta parte de una onza de oro. Es decir, tener un dólar
equivalía a tener un “vale por 1/20 onzas de oro”. Puesto que la
definición de cada divisa en términos de oro era fija, bien
podríamos decir que existía una única divisa mundial, que era el
oro”, señala Antonio Mascaró Rotger, cuyos artículos pueden leerse
en “liberalismo.org”.
Este sistema duró hasta la primera guerra mundial.
En cambio, el más conocido
contemporáneamente, es el que se reimplantó en la Conferencia de
Bretton Woods, cuando surgió el Fondo Monetario Internacional (FMI)
en 1944. No es igual al anterior: aquí todas las divisas serían
convertibles en dólares y sólo el dólar sería convertible en
lingotes de oro a razón de 35 dólares por onzas para los gobiernos
extranjeros.
Este sistema duró hasta 1971. Antes,
aproximadamente en 1968, Estados Unidos empezó a protestar porque el
costo del oro se elevaba a medida que los bancos centrales de los
otros países vendían los dólares que inundaban sus reservas para
comprarle lingotes. Rotger recuerda que, así, “a la Reserva Federal
le resultaba cada vez más difícil mantener el cambio de 35 dólares
por una onza de oro”.
El remedio que se aplicó consistió en
el compromiso de todos los bancos centrales a no comprar ni vender
oro en los mercados libres. Esto es, las reservas de oro de los
bancos centrales y todo el demás oro del mundo funcionarían en
compartimentos estancos, jamás se mezclarían. Así, confiaban, la
Reserva Federal dejaría de perder oro y el precio mundial de la onza
de oro volvería a niveles muy por debajo de los 35 dólares. “Se
equivocaron a lo grande”, reflexiona el articulista.
La Reserva Federal seguía inflando el dólar así que su valor en los
mercados iba cayendo mientras el oro se apreciaba. A principios de
1973, una onza de oro se cambiaba en los mercados internacionales
por 125 dólares.
Los bancos centrales europeos amenazaron con vender gran parte de
los inútiles dólares que tenían en sus reservas a cambio de oro,
contraviniendo el acuerdo. Así que, el 15 de agosto de 1971, por
orden del presidente Richard M. Nixon, el dólar dejó de ser
convertible en lingotes de oro incluso para gobiernos y bancos
centrales extranjeros. Fue el golpe de gracia al patrón oro .
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