INVERSIONES PARA
EL 2011: ORO ,INMUBLES, PLAZO FIJO Y BONOS
Si los mercados se preparan para el
nuevo escenario que dibujará la Reserva Federal, para los
argentinos, que tienen casi u$s 140.000 millones debajo del colchón,
también será momento de hacerlo
Fruto de dos padres desiguales como
son el crecimiento de la actividad económica, y la inexorable (e
inoxidable) incertidumbre en la que parecen vivir los ahorristas
locales, muchos han optado por congelar estos ahorros en formato
dólar (o euro) a la espera de que “pase algo”. En rigor, es dinero
que no forma parte del exiguo sistema financiero doméstico y que
nunca lo será. Esto le ha granjeado un extraño galardón al país:
Argentina es uno de los dos países en el mundo –el otro es Rusia–
que más billetes físicos de dólar guarda fronteras adentro, todo un
mar de pequeños franklins crepitantes.
Para aquellos que tienen dólares en
sus bolsillos esta es la triste noticia: han optado por un
escalofriante activo de largo plazo, que no sólo paga retornos
nulos, sino que con su continua depreciación, dejará en el camino
una buena parte de poder adquisitivo. Si bien en algún momento tener
dólares pudo constituir para los argentinos en algo más que una
herramienta de refugio inflacionario existe el consenso de que el
tipo de cambio permanecerá con variaciones mínimas por los próximos
meses lo que habilita a buena parte de los inversores a pensar en
pesos. De todas formas, las clásicas variantes hacen foco en el
mercado inmobiliario, metales y commodities sin dejar de lado a los
bonos y acciones locales.
Oro: la incertidumbre frente a una
desaceleración económica mundial, hace que muchos inversores sigan
eligiendo el oro como alternativa de inversión. Se especula con
mayor inflación en Estados Unidos y una depreciación importante del
dólar, dos argumentos que han cebado la demanda del metal. El
consenso es que existe un próximo objetivo de u$s 1.400 la onza para
2011 aunque ayer cerró en los u$s 1.274 la onza. De todas formas, un
quiebre alcista ocurrido esta semana en el precio ha habilitado
nuevas subas. Pueden comprarse monedas, lingotes, futuros o un ETF
que replica el precio (GLD).
Inmuebles: Producto de la suba en el
precio de la mano de obra y los materiales de construcción, los
márgenes de rentabilidad para las inversiones desde el pozo se han
reducido sustancialmente. Si bien habrá que evaluar la zona y el
impacto del valor del terreno en la inversión, hoy, un proyecto en
una zona atractiva difícilmente arroja una tasa de rentabilidad
anual por encima del 15% en dólares. Por otro, las rentas que
generan los alquileres de departamentos viven ya un nuevo paradigma:
rentabilidades más bajas, casi divorciadas de la cantidad de metros
que ostentan las viviendas a raíz de la gran oferta de inmuebles y
la selectividad en la demanda. La rentabilidad del alquiler se ha
estancado en 5% anual en dólares en términos brutos y, descontado
los gastos, 3% anual neto. De todas formas, hay quienes se sienten
legitimados en una inversión que permanece en dólares, y que todavía
paga una tasa similar a un bono del Tesoro a 10 años, considerado el
activo más seguro de todos.
Plazo fijo: Si bien el plazofijismo
es considerado desde hace algunos años como una inversión menor, una
especia de peor-es-nada, lo concreto es que con el valor del peso
estancado las alternativas para sacar partido de las tasas en pesos
han germinado. La estrategia se completa con contratos a futuro de
dólar, que permiten fijar un precio para la divisa a un costo bajo y
que termina aumentando el atractivo de algunas apuestas vernáculas.
En este sentido, la última exposición de Marcó del Pont en el senado
dejó en claro que sigue siendo política del BCRA mantener el costo
del dinero en niveles mínimos. La tasa del 10% anual en pesos que
paga un plazo fijo no puede hacerle frente a una tasa del 20% de
inflación prevista, pero sin lugar a dudas podrá asegurarle a un
plazofijista una tasa final de 7% en dólares si se lo complementa
con un contrato futuro de dólar.
Acciones y bonos. Los bonos
argentinos y, en menor grado, las acciones, han logrado atravesar su
fama de “riesgosos” y hoy, en función de lo bajo de las tasas de
otros títulos soberanos (Brasil paga 4%), existe un margen de
rentabilidad que para algunos inversores resulta interesante en
función del riesgo que se debe asumir. El mayor atractivo de las
tasas los pondría de nuevo en la vidriera. Títulos como el Pre 9, el
Pro 12 y el Bogar 2018 son bonos en pesos con rendimientos que
promedian 18% anual con renta y amortización mensual. En dólares,
uno de los más demandados es el Boden 2015, que tiene una tasa de
10,3%, vence en 2015 (baja volatilidad) y es bastante líquido .
Fuente: El Cronista
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