RESPUESTAS A
PREGUNTAS INCOMODAS SOBRE SEXO
Las propuestas de una especialista
hacia los padres, para abordar distintas temáticas del sexo con sus
hijos adolescentes
Mientras subís la escalera, la
perspectiva que te ofrece, desde la puerta, la habitación de tu hijo
adolescente te hace recordar a la escena de "El exorcista"; cuando
el humo salía por debajo.
Claro: en este caso sospechás que, si sale humo y hay demonios, se
trata de una cuestión más hormonal que cinematográfica.
Entonces llegás a la temida muralla que divide "tu" mundo de madre y
"su" mundo de hijo, te parás frente al cartel pegado en la puerta
que dice "¡No entrar!" y volvés a preguntarte: "¿cómo le digo?".
Vas y venís, como un león enjaulado, y ensayás una aparición casual
para buscar la ropa sucia que hay desparramada en la habitación. Y
de paso, claro, pispear en qué anda el nene. Dos toques y entrás...:
es hora, como madre, de abordar el tema de la sexualidad con tu hijo
de 12 años. ¡Coraje!
El panorama no deja mucho lugar a preguntas, sólo la sorpresa del
chico y una respuesta a lo que ya te imaginabas, cuando ves la
colcha revuelta. "¡Mamá!, ¿qué hacés? ¡Te dije que tenés que
avisarme antes de entrar!".
La pregunta es clara y, en lugar de hablar de sexualidad con tu
hijo, salís despavorida con la primera excusa que te viene a la
mente: "Seguí durmiendo, perdón por despertarte".
Antes de cerrar la puerta, tu hijo remata: "Gracias , descansá,
mañana me gustaría hacerte un par de preguntas sobre la
masturbación". Y vos cerrás temblando.
No sueñes ni creas que será tu hijo el que saque el tema. La crónica
es anecdótica. Pero el terror de los padres a hablar sobre
sexualidad con sus hijos es concreto, y una situación que los pone a
prueba con ellos mismos.
En esta nota, y de la mano del sexólogo clínico José Luis Rodríguez,
recorremos esos temas incómodos y la manera de enfrentarlos.
Top sex
¿Es bueno o malo que mi hijo se masturbe?
No es bueno ni malo, es parte el desarrollo y del conocimiento
propio. Significa también aprender que el cuerpo nos da placer y que
no ocasiona ningún tipo de daño físico ni psíquico. Es un
aprendizaje también nos sirve para prepararnos para la sexualidad en
pareja.
¿Cómo tengo que hablarle sobre homosexualidad?
En el caso de la homosexualidad el mensaje debe ser el de la “no
discriminación”, la convivencia y el respeto por el que es
diferente; sea por la razón que sea. En caso de que el chico, o el
joven, sea homosexual dentro del mismo marco de respeto hay que
ayudarlo como a cualquier otro hijo que tenga otro tipo de problema.
Cuando pida ayuda, o cuando uno sienta que está sufriendo y lo
necesita.
¿Cómo lo preparo para la “primera vez”?
El mejor consejo es el del cuidado propio y de la otra persona. Lo
que implica necesariamente madurez para saber qué se está haciendo,
con quién se hace, por qué se hace, cuáles son las consecuencias y
cómo prevenirlas.
Si uno logró educar al hijo para responder adecuadamente a estas
preguntas, la primera vez no será traumática, ni por presión de los
amigos, ni por seguir una moda. Muy probablemente será en un momento
de madurez y de compromiso afectivo con el otro.
Encontré pornografía en su cuarto, ¿qué hago?
Es una situación a la que están expuestos cotidianamente los
adolescentes. Lo mejor es poder hablarlo para que descubran que
detrás de ella no está la desnudez de los cuerpos, sino una
desvalorización y discriminación de la mujer; que es mucho más seria
que la exhibición o no.
Es importante que se den cuenta que esos modelos que se les
presentan son irreales; y que no es humillando a la mujer, ni
poniéndola en el lugar de un objeto de esparcimiento, como se valora
realmente la sexualidad. Si podemos lograr transmitir este mensaje,
lo demás sobra: se va a regular por sí mismo. Como todos hemos
hecho, se asomará a la pornografía por curiosidad y, una vez
satisfecha, perderá su atractivo.
¿Le hablo abiertamente sobre los métodos anticonceptivos?
Hay que pedir ayuda, ya que la diversidad de métodos hace que deban
adaptarse para cada persona, cada pareja y en un momento particular
de su vida. Lo que no hay que hacer es negarlos o directamente
prohibirlos, porque vamos a exponer al chico, o chica, a que tengan
relaciones sin protegerse.
Así los ponemos en la situación de la que supuestamente queremos
“salvarlos”. En la adolescencia y juventud no debemos olvidar que el
preservativo constituye un excelente método de fácil acceso, fácil
uso y, lo más importante, que previene el contagio de infecciones
transmisibles sexualmente.
¿Cómo abordar el embarazo sin asustarlo?
Ante todo sea abierto, los jóvenes aprecian la sinceridad de sus
padres y quieren saber sobre sus propias experiencias, acerca de
relaciones de noviazgo. Ser experto en la vida de sus hijos
significa hablar con ellos y escuchar su punto de vista. Tome el
tiempo para escuchar y responder.
Y, sobre todo, comuníquese y hable de los pormenores,
responsabilidades y consecuencias que implica un embarazo; y el
hecho de traer una nueva vida al mundo. Cuidarse a sí mismos, cuidar
al otro, y que estén al tanto de los métodos de cuidado que existen
es fundamental.
¿Cómo lo prevengo de los abusos?
La prevención del abuso tiene que comenzar desde la más temprana
infancia, porque es cuando más vulnerables son los chicos. Si bien
se presentan situaciones de abuso a cualquier edad, cuando se es
mayor hay más posibilidades de discernir y escapar. Si se dan
mensajes positivos respecto del cuerpo, su cuidado, el respeto; es
un buen comienzo.
El otro mensaje es que su cuerpo es suyo y nadie puede tocarlo,
observarlo, o sacarle fotos sin su permiso. Además hay que enseñarle
a los chicos que hay adultos que intentan hacer daño a los niños,
pero que la mayor parte de la gente grande quiere cuidarlos y que
entonces siempre tienen que avisar a los padres, o la maestra, que
siempre le van a creer y protegerlo.
¿Y si surge el tema del sexo oral?, ¿qué hago?
Es una práctica sexual en la que los genitales de una persona son
estimulados con la boca de otra, eso es todo. Los cuidados son los
mismos que en cualquier otra práctica sexual en cuanto a la higiene
y transmisión de enfermedades.
Respecto del placer, se deja claro que hay personas a las que les
gusta, y a quienes no; y que esto no es bueno ni malo. Hay que
respetar las elecciones de cada uno y no imponer a nadie algo que no
quiera realizar. De esta manera, sencilla y directa, se les explica
la práctica sin que sea tabú.
¿Cuál es el mejor momento para hablar de sexo con mi hijo?
Siempre es el mejor momento. No hay que organizar una clase ni un
debate académico. Las experiencias cotidianas son el mejor material,
lo que vemos en la televisión o lo que leemos en las noticias.
El asunto tiene que tratarse como un tema más, quitándole el aura de
misterio, o de temor, con que a veces se lo rodea. Es parte de la
naturaleza humana y debe ser tomado naturalmente. Los ejemplos
diarios en el trato de los padres entre sí, el afecto, el respeto en
general y hacia la mujer son parte de la educación.
¿Cómo lograr tocar temas sexuales con mi hijo sin que huya como si
lo estuviera invadiendo?
Si uno logró que sea algo cotidiano, no lo va a espantar con una
clase. Si uno quiere someterlo a un interrogatorio, es lógico que
huya y se sienta invadido. Se supone que los padres quieren ayudarlo
en esta etapa de su vida a afrontar algo que es muy serio, pero que
es muy bueno y positivo; entonces no necesitan invadir su intimidad.
Podemos hablar a partir de lo cotidiano y brindar buena información.
Lo más importante como padres es tener en cuenta que lo que uno debe
transmitir son valores, la información solamente científica está en
los libros.
Analía de la Llana / Diario Los Andes
Fuente /
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