CONSEJOS PARA
EVITAR ENFERMARSE EN OTOÑO
Especialistas en
otorrinolaringología y clínica brindaron recomendaciones para evitar
contraer resfríos o gripes cuando la temperatura cambia sin avisar
1. Extremar la higiene.
Los resfríos se transmiten a través del aire cuando la persona
afectada tose o estornuda, incluso cuando habla.
Por eso, es fundamental evitar el contacto directo con personas
enfermas y extremar la higiene en los ámbitos que más se frecuentan.
Lavarse las manos con agua y jabón o con desinfectante a base de gel
alcohólico previene, en gran medida, de los contagios típicos de
esta época del año.
En caso de haber contraído resfrío, los especialistas recomiendan
cubrir la boca y la nariz con un pañuelo descartable y también
utilizar el codo al toser o estornudar.
2. Renovar el aire.
Los lugares cerrados o mal ventilados inciden en forma negativa
sobre el cuerpo, durante los cambios de estación.
Ocurre que en los ambientes sin recambio de aire o con suciedad, las
secreciones permanecen más tiempo y aumenta así la posibilidad de
contagio interpersonal, especialmente en aquellos muy concurridos o
en el transcurso de una epidemia.
En consecuencia, se recomienda formentar la renovación del aire y
mantener limpios los espacios.
3. Vestirse "en capas".
Tratar de usar ropa que contribuya a mantener una temperatura
uniforme durante todo el día, dada la variación de las marcas
propias en esta época.
Vestirse "tipo cebolla", es decir, con varias prendas que puedan
quitarse con facilidad cuando se ingresa en ambientes
calefaccionados.
4. Decirle que sí al descanso.
Dormir un promedio de ocho horas diarias contribuye a desarrollar
una buena salud, lograr un mejor sistema inmunológico y, por ende, a
tener una respuesta más óptima a este tipo de cuadros como también a
tolerarlos con mayor facilidad.
5. Consumir frutas.
Las personas con una alimentación deficiente y sometidas a
situaciones de estrés son más propensas a enfermarse.
Por eso, resulta importante que sea variada y completa, y se adapte
a cada persona.
En este contexto, los especialistas sugieren tomar mucho líquido
(agua o jugos naturales) y consumir un aporte de vitamina C, en
frutas.
Considerar que no sólo la naranja aporta este nutriente, también lo
hace el kiwi, el pomelo y la mandarina.
6. Tomar sólo remedios autorizados.
Es preferible no consumir medicamentos por cuenta propia o sin
prescripción médica.
Incurrir en este tipo de hábitos puede llegar a empeorar los
síntomas.
7. Usar como complemento las recetas caseras.
Los remedios caseros, como la miel y el té, pueden aliviar la
molestia en la garganta, pero no poseen efectos terapéuticos
comprobados, por lo que se recomienda no abusar de ellos.
Estos elementos sólo sirven para atenuar los síntomas.
Cuando se está resfriado, se siente en la garganta el efecto de un
rallador.
La miel simplemente ayuda a suavizar y calmar esa molestia. Algo
similar ocurre con el té, que representa la infusión que más tolera
el cuerpo porque cuando se respira mal esto repercute en el estómago
y origina malestar gástrico.
Además, es de gran utilidad tratar las secreciones por medio del
vapor de agua o gotas de solución fisiológica en cada orificio
nasal.
8. Evitar el enfriamiento.
Para lograrlo, intentar salir de casa abrigados adecuadamente y
cubrir la nariz y la boca para disminuir el contacto con el aire
frío.
9. Ser cautelosos al practicar deportes.
Si la actividad se realiza al aire libre, no hay que olvidar
abrigarse adecuadamente (no exageradamente) con indumentaria
deportiva adecuada y liviana. También se recomienda hidratarse bien
antes, durante y después del ejercicio.
En cambio, si la gimnasia se realiza en un lugar cerrado, es
aconsejable tomarse el tiempo para evitar el enfriamiento al
finalizar la rutina.
Tener en mente que no es aconsejable realizar deportes cuando se
está cursando un cuadro agudo de vías respiratorias.
Esto puede predisponer al empeoramiento y, en consecuencia, aumentar
el contagio.
10. No retrasar la vuelta a la rutina.
El reposo sólo debe mantenerse mientras persistan los síntomas de
decaimiento, somnolencia, fiebre y dolor de garganta.
Cuando esas señales desaparecen, es momento de retomar las tareas.
Si bien no es perjudicial, hacerlo se vuelve innecesario. /lanacion.com
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