LA RESERVA DE ORO
MAS GRANDE DEL MUNDO
Hay un lugar en el que un villano de los filmes
de James Bond e incluso varios gobiernos actuales quisieran asaltar
por estos días: la bóveda con oro más grande del mundo, oculta en el
subsuelo de un oscuro edificio en el sur de Manhattan.El precio del
oro tocó un nuevo récord el viernes a 1,632,80 dólares la onza,
reflejando el nerviosismo de los inversores privados y públicos que
huyen de las volátiles acciones y divisas para buscar tranquilidad
en este valor refugio.Las pilas más grandes del mundo de oro yacen
en las profundidades de la filial neoyorquina del banco de la
Reserva Federal estadounidese, cerca de Wall Street
Durante una visita, un guía del banco reveló las 7,000 toneladas de
oro guardadas en una bóveda en el quinto subsuelo del edificio.El
conjunto de lingotes, ordenados en cajas azules que llegan hasta el
cielo raso, tiene un valor de $350.000
millones.Estados Unidos posee las reservas más grandes del mundo en
oro, con 8,133 toneladas, más del doble que Alemania, segunda en la
lista.Pero la mayor parte del tesoro estadounidense está almacenado
en Fort Knox y en West Point.En cambio, el oro guardado en Nueva
York pertenece en gran parte a 36 gobiernos extranjeros que buscan
no sólo seguridad financiera, sino también física.Las identidades de
los propietarios es mantenida en secreto como parte de las
extraordinarias medidas de seguridad del banco, que se jacta de ser
inviolable.Los visitantes son objeto de un severo registro de sus
documentos de identidad antes de acceder a la recepción del
edificio. A partir de allí, son escoltados hasta un ascensor que los
traslada al subsuelo.A la bóveda no se entra por una puerta, sino a
través de un túnel que tiene un cilindro de metal que lo recubre.Una
vez dentro, entre las torres de oro, se requieren tres empleados de
departamentos diferentes del banco para abrir la triple cerradura de
las cajas.Como si la fortaleza y el enjambre de guardias armados no
fuese suficente, el reportero de la AFP tiene que guardar su
anotador ante la posibilidad de que pueda bosquejar el lugar. Por
supuesto, las fotografías están estrictamente prohibidas.En la
entrada de la bóveda se puede leer una inscripción -de color dorado,
claro- que cita al célebre escritor Johann Goethe: “El oro es
irresistible”.La frase se ha vuelto más verdadera que nunca en los
últimos tiempos.La alta demanda de oro es un rasgo típico de épocas
turbulentas.En enero de 1980, la invasión soviética a Afganistán, la
revolución iraní y los altos precios del petróleo dispararon al oro
a un récord de $850 la onza.El precio retrocedió luego durante un
par de décadas y en junio del 2006 la onza valía 543 USD
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