El
violador que se había casado con su víctima al final la
mató a cuchillazos
Al final, Marcelo Tomaselli,
el violador de 26 años que estaba preso, se casó con su
víctima y de esa manera consiguió salir en libertad,
terminó asesinando a la mujer. En la madrugada del
sábado, a la vista del hijo que la pareja tenía, le
aplicó a Carla Figueroa (19) casi una decena de
puñaladas con un cuchillo de cocina: una de ellas
mortal, en el cuello. La policía llegó al lugar poco
después del crimen. Tomaselli estaba ahí, con el pequeño
en brazos
La historia sacudió a toda La
Pampa. La libertad del violador, que se produjo hace una semana,
había generado polémica. Pero no fue un final imprevisto. Walter
Tomaselli, hermano de Marcelo, expresó: “Para nosotros, si él salía,
ella tenía el cajón asegurado. No estaba bien él”.
La relación de Marcelo y Carla estuvo atravesada por la violencia.
Se conocieron cuando él tenía 19. A los pocos meses se fueron a
vivir juntos. “No era amor, era obsesión”, dijo Walter. “De él hacia
ella y de ella a él”, aclaró.
Hacía dos años y medio habían tenido un bebé, Valentín. Pero, en el
medio, hubo hechos, conflictos, idas y venidas. Los dos, Marcelo y
Carla, cargaban con historias de vida pesadas. El padecía varias
adicciones desde la adolescencia. A los 19 años tuvo un intento de
suicidio, que repitió hace unos años, cuando Carla amagó con dejarlo
por otra relación.
Ella se quedó huérfana de madre a los 8 meses, cuando su padre
asesinó a su mamá: desde entonces su única familia es la abuela
materna. Marcelo hacía changas como albañil y trabajos de pintura
con un cuñado de ella. Carla trabajaba en un maxikiosco. “Ella se
ponía mucho las pilas”, contó Walter, su cuñado.
En marzo pasado, la pareja se rompió. Carla se fue a vivir con su
abuela y se llevó a su hijo. El 14 de abril, Marcelo la fue a buscar
al trabajo, en la calle 33 y 36 del barrio Ranqueles, y se la llevó
bajo amenazas con un cuchillo. En las afueras de Pico, la violó.
Ella hizo la denuncia. El atacante nunca negó el hecho y la
violación se comprobó con los análisis de ADN, los golpes que
presentaba Carla y el cuchillo, que se encontró en el canal de
desagüe donde fue el ataque.
Mientras se realizaba la instrucción del juicio, Carla empezó a
visitarlo en la cárcel casi a diario. También le pidió a su abogado,
Raúl Quiroga, y al abogado de Marcelo, Armando Agüero, que la
ayudaran a sacarlo de la cárcel. Les dijo que quería retomar la
relación. Allí surgió la posibilidad de aplicar la figura del
avenimiento, un perdón de la víctima que extingue la acción penal.
El 4 de octubre, la Cámara del Crimen de Pico rechazó el
avenimiento. Pero el 28 de octubre, la pareja se casó por civil y
unos días después el Tribunal de Impugnación Penal otorgó el
avenimiento en un fallo dividido de dos a uno. La fiscal Ivana
Hernández se opuso: prometió apelar el fallo para que se anulara el
casamiento y que el violador volviera a la cárcel. Pero no tuvo
tiempo para hacerlo. Marcelo Tomaselli quedó en libertad hace una
semana. “Yo hablé con Carla. Le dije que me parecía bien que lo
ayudara. Pero que se alejara de él”, aseguró Walter.
“Carla se re portaba. Trabajaba, lo alejaba de las drogas a mi
hermano”, dijo Walter, y confesó: “Iba a terminar mal, mi hermano
estaba perdido. Y ella en los últimos tiempos había empezado a
visitar la tumba de su madre. Fijate, se repitió la historia”.
/clarin.com
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