Nota: Como es habitual, aclaramos que, al hablar de
“escenarios”, nos estamos refiriendo a aquellas circunstancias que
probablemente envolverán el ámbito político y económico en el futuro
cercano de nuestro país. Como sostuviéramos en varias oportunidades,
la técnica de construcción de escenarios constituye un eficaz
recurso de planeamiento y, precisamente, porque el futuro es
impredecible y tan sólo podemos imaginar algunas de las situaciones
-de cumplimiento incierto- que enfrentaremos, el dirigente y el
empresario deben necesariamente determinar algún curso de acción
para abordarlas si así ocurriera. Esta herramienta nos ayuda en tal
sentido, porque nos permite algo así como “ensayar el futuro”,
posibilitándonos reconocer las señales de peligro o bien, ciertas
situaciones -sean éstas, favorables o adversas- que podrían llegar a
presentarse. De esta manera, la alta dirección empresaria puede
buscar cómo evitar sorpresas, intentando adaptarse con eficacia y
pragmatismo a dichas circunstancias.
Las estimaciones para el año calendario 2012
a. El contexto internacional
1. Introducción
La tremenda incertidumbre del escenario internacional al momento de
escribir estas líneas, tornan menos precisas que habitualmente las
estimaciones acerca de cuáles son las circunstancias más probables
que se presentarán. Estamos en esos momentos previos a una tormenta
que podrá concretarse o pasar de largo, que podrá tener la
virulencia de un huracán o la violencia, algo menor, de un fuerte
pampero.
Pensamos que tres aspectos centrales redefinirán la estructura del
poder mundial de las próximas décadas: si persiste o no la unidad
europea; si continúa o no el liderazgo político-económico de EE.UU.;
y cuán fuerte o débil es la potencia real de China. Sobre estos tres
aspectos -nada menos- creemos se asentará el destino del mundo
cercano y sus consecuencias. Cualquiera sea la intensidad de la
crisis que vamos a vivir, seguramente nos obligará a disminuir la
velocidad del consumo y a ajustar el rumbo hasta hoy vigente en
nuestro lejano país. Aparecen, por lo tanto, otras tres incógnitas:
a) la profundidad de la crisis ya iniciada; b) cómo ella afectará
directa o indirectamente en nuestra economía; y c) cómo pilotearemos
la nave del gobierno, para neutralizar o morigerar sus efectos.
Veamos:
a) Profundidad de la crisis ya iniciada: Desde luego, resulta más
que difícil estimar si el € habrá de desaparecer, o abarcará a un
menor número de países, o bien, si se devaluará significativamente.
Cualquiera de estas tres posibilidades achicará -en mayor o menor
medida- el poder de compra y de administración de la economía por
parte de los miembros de la UE (1), afectando con ello el nivel de
actividad de sus proveedores (China y demás emergentes e, inclusive,
de sus proveedores de energía, como Rusia y los países petroleros de
África y medio oriente).
b) Cómo ella afectará directa o indirectamente en nuestra economía:
Nuestras exportaciones hacia la UE son de máxima relevancia (mayores
que a China) y, también lo son las que están dirigidas a Brasil y
China, pero el crecimiento de los tres se verá reducido con cierta
significación. Por lo tanto, es indudable que nuestras cifras de
exportación sufrirán un detrimento que, en algunos casos, se
asentará fundamentalmente en las cantidades (autopartes y terminados
vendidos a Brasil); en otros en los precios (soja exportada a
China); y en otros casos en ambos valores (aluminio y tubos). Es
razonable, por lo tanto, estimar una caída importante -en dólares-
de nuestro comercio exportador y una pérdida significativa en el
superávit de la balanza comercial (2).
c) Cómo pilotearemos la nave del gobierno para neutralizar o
morigerar sus efectos: En todos estos ocho años de gobierno, el
kirchnerismo ha mostrado idéntica matriz para enfrentar sus
adversidades, sean o no provocadas por sus propias decisiones:
disimular su importancia, desviar la atención, y diferir los costos
de imagen (dejamos de lado la celeridad o la dejadez de algunos
magistrados judiciales, en tal sentido). En algunas oportunidades lo
logró, tal como ocurriera con la desinformación sobre los fondos de
Santa Cruz o con el ingreso de fondos “negros” en valijas, desde
Venezuela. En otros, sólo alcanzó a posponer las consecuencias de
los hechos pero, al costo de cebar bombas de acción retardada (como
con los acreedores que no ingresaron en su momento al acuerdo por el
default de 2002). Y en otros, en cambio, “tapó” los conflictos con
sustanciales fondos y subsidios públicos, comprando voluntades e
“influyendo” en decisiones, y hasta comprometiendo a instituciones
enteras. Es este último procedimiento, el que ahora se le ha
escapado de las manos y por ello, no hay plata que alcance, justo
cuando nos hemos quedado sin superávit financiero y, más
recientemente, con un más bajo superávit comercial. Esta falta de
pericia, nos trajo de vuelta a un modelo inflacionario record, entre
los mayores del mundo -que por tozudez o por ignorancia, la
Presidenta se niega a reconocer-, y que, pensamos provocará el año
socialmente más conflictivo de todo el ciclo kirchnerista (3).
Dentro de este escenario, un tema que con sólo nombrarlo produce
escozor pero que no puede descartarse, es la posibilidad de una
guerra focalizada territorialmente, aunque con multiplicidad de
actores. Grandes crisis económicas en el pasado, han actuado como
factor precursor de conflictos bélicos, incentivando y revitalizando
prejuicios y beligerancias preexistentes, a veces ancestrales. Como
sabemos, paradojalmente las guerras se pueden transformar en un
factor masivo de ocupación laboral, aunque por otro lado, paralicen
el comercio de bienes no vinculados al conflicto armado. Que se
produzca o no un hecho bélico de envergadura dependerá, del tipo
escalamiento de los conflictos económicos. Por ello, aunque de
relativa probabilidad de ocurrencia, una guerra focalizada no puede
descartarse dentro de una estimación de posibles escenarios
internacionales (4), máxime teniendo en cuenta que, como sostiene
Rosendo Fraga, casi ninguno de los líderes mundiales actuales ha
convivido con la 2da. Guerra Mundial
2. Los EE.UU.
Hasta ahora, no se han removido las causas de las dificultades
económicas que vive la primera potencia mundial. Tampoco, hasta el
momento, existe el acuerdo político imprescindible para enfrentar y
solucionar la crisis. Mientras tanto, continúan financiando su
excesivo gasto público imprimiendo billetes en forma imprudente,
licuando su deuda y exportando inflación en dólares. Pero, es
bastante probable que la temida stangflation (recesión +
inflación), haga su aparición en EE.UU. durante 2012 (5), demorando
aún más, lo que debería ser una lenta pero sostenida recuperación
(salvo que un conflicto bélico intenso -poco probable- o la
fragmentación de Europa, la acelerasen). Y si este escenario se
comprueba, el liderazgo americano quedará seriamente comprometido,
su papel como “bombero” del mundo resultará severamente dañado, y su
capacidad de compra de bienes importados seriamente disminuida.
3. Europa
Nosotros consideramos que la crisis europea económica es estructural
-diferentes niveles de productividad entre sus miembros- y no se
resuelve lubricándola financieramente. La fiebre del oro no
consiguió formar un vergel en el desierto californiano, pues el
crédito por sí solo no crea riqueza. A lo sumo, incentiva la demanda
-transitoriamente, hasta que se acaba el dinero- o bien, provoca un
aumento nominal de los precios, si es que no hay bienes suficientes
para satisfacer esa mayor demanda. Por lo tanto, somos pesimistas
con respecto a la resolución de la crisis y creemos que la mayor
probabilidad reside en que el € desaparezca, o sólo quede vigente
para un número reducido de países europeos (6). En cualquiera de los
casos, resultará también en una pérdida de su capacidad de compra.
4. China, India y Rusia
A
nuestro modo de ver, en China no se podrá compensar con su mayor
consumo interno la caída de la demanda -así se multiplicara aquél-,
provocadas por las limitaciones exportadoras que sufrirá en EE.UU.,
Europa y al resto de sus mercados. Primero, porque no todos sus
productos exportables tienen mercado dentro de su territorio y, de
tenerlo, no todos tendrían similar intensidad compensatoria en su
demanda. Segundo, porque casi toda su estructura de servicios está
orientada hacia la exportación. Tercero, porque no todo es
completamente intercambiable en economía, ni la fuerza laboral, ni
las materias primas, ni los alimentos, ni la energía, ni el
transporte. Un supuesto aclaratorio: si yo fabrico 10 millones de
teléfonos para exportar y resuelvo venderlos en el mercado interno,
el consumo de energía aumentará exponencialmente en mi territorio,
no en el exterior (aunque la cantidad de energía consumida
globalmente sea la misma).
Claro que China tiene una doble ventaja: dado que su problema será
comercial y no financiero, no dependerá, como en el caso de sus
clientes, de una disminución del gasto estatal como medida necesaria
para aligerar la crisis; y, por otra parte, cuenta con una
importantísima masa de ahorro de sus ciudadanos, que cada año la
incrementan.
India por su parte, tiene un crecimiento aparentemente más armónico
y menos impetuoso que el de China, aunque con una permanente amenaza
bélica externa (Pakistán) y, en proporción a su tamaño, con mayores
gastos militares. Además, está menos expuesta que China en sus
mercados exteriores y, en consecuencia, podrá soportar las crisis
con menores consecuencias en términos de crecimiento y menor
actividad. Sin embargo, por tratarse de una democracia madura -a
diferencia de la China autoritaria- corre el riesgo de ver
extendidos sus focos de conflictividad social.
Brasil es más sensible a lo que pase en EE.UU., en Europa, China e
India, dada la composición de sus exportaciones pero, por otro lado,
está tomando medidas de todo tipo para enfrentar una recesión
mundial. De todas maneras, no le será fácil. Por ejemplo, la caída
de producción automotriz, ya en septiembre pasado fue de más del 20%
con respecto a igual mes del año anterior. Vemos, entonces, que
también se verá afectado su nivel de crecimiento y, en consecuencia,
su capacidad de compra.
Rusia, como el gran proveedor energético de Europa -y, tal como les
pasa a los países petroleros- no disminuirá su riqueza, pero sí su
flujo de caja. Por ello, salvo un conflicto bélico de envergadura
-que lleve el valor del petróleo a las nubes-, deberá moderar sus
compras importadas, su gasto público y sus inversiones, reduciendo
su poder de compra.
Por lo tanto, aunque está expuesta en menor medida que EE.UU.,
Europa y Japón, y bastante mejor colocada que India, Rusia y Brasil;
China no estará exenta de ver reducido en forma considerable -como
todos ellos- su nivel de crecimiento (7), afectando
significativamente su poder de compra y obligándola a reducir sus
adquisiciones, sea en cantidades o en precios.
Visto este cuadro y de cumplirse nuestras estimaciones, la principal
consecuencia global será un descenso marcado en el crecimiento del
PBI mundial, así como en el del comercio exterior (8). En segundo
lugar, creemos se producirá un recrudecimiento del proteccionismo
comercial como mecanismo de moderación de la crisis (9), sea por
selección de los bienes a que se les brindará distintos niveles de
arancelamiento o, lisa y llanamente, se prohibirá comercializarlos
b. El contexto local y su posible evolución
1. El valor del peso
Si el análisis del apartado anterior se confirmara,
resultaría fácil comprender el riesgo que corre nuestro comercio
exterior el año próximo, con achicamiento de demanda, bajas de los
precios, barreras arancelarias o prohibitivas, subterfugios
proteccionistas y sus réplicas, y, encima, con una moneda -el peso-
sobrevaluado que lleva, por los mayores costos en dólares, a muchos
de nuestros productos exportables a niveles de incompetencia. Por lo
tanto, creemos que sea por la convicción de las autoridades o por la
fuerza de las circunstancias, se producirá una devaluación acotada
del peso, en el otoño e invierno próximos, siempre y cuando los
acontecimientos externos no la impulsen con anterioridad (10). Como
consecuencia de ello, en algún momento del año 2012 se produciría un
control de cambios formal y oficial -no como el existente en este
momento, bajo amenazas informales de visitas de Afip, o eventuales
pateaduras-, con penalidades a su infracción (11).
2. Intervencionismo estatal
La vocación intervencionista del gobierno se verá
acentuada, no solamente por razones ideológicas, sino por el
relativo éxito alcanzado transitoriamente por esa especie de
“Sargento Schultz” de los nazis, el Secretario Moreno, en el
objetivo de “moderar” las operaciones en el mercado paralelo de
divisas. Este intervencionismo estatal se podrá extender a alguno, o
a varios rubros de la economía: finanzas, comercio exterior,
política de precios, fondos de salud y, desde luego, política
laboral (12).
3. Comercio exterior
El saldo comercial durante el año que termina
continuará siendo positivo, aunque con menor valor que en el año
anterior, fruto de la combinación de menores cantidades exportadas,
menores precios, o ambas cosas (ver pg. 2, punto 2). Sin embargo, en
el 2012 ese superávit comercial -si es que se mantiene- creemos será
muchísimo menor (13).
4. Inflación
Existen -como mínimo- una decena de causas de
inflación, algunas con mayor incidencia y otras con menor. Podrá
haber discrepancias de enfoques pero, en lo que todos los
economistas coinciden es en que, lo peor, es negar su existencia.
Los asesores más influyentes en la Presidenta en este momento,
sostienen que se trata de una exageración y una confabulación de los
medios que, a su vez, influyen sobre las organizaciones sindicales
para que pidan reajustes desmedidos.
Otra vez, el escatológicamente deslenguado Secretario
Moreno -ahora con su fuerza omnipotente recargada- la ayuda a
equivocarse. Otros también colaboran, sea con el argumento
desarrollista de que es imprescindible un poco de inflación dado que
esta es estructural, o bien, aduciendo que lo de la cantidad de
dinero, es un invento monetarista. Lo concreto es que, pese la
salida de capitales fenomenal que ha habido -aspirando pesos en la
plaza- los precios siguen subiendo diariamente. Y con la enorme
cantidad de dinero emitida por el Banco Central en un año, unida a
la desconfianza del público hacia el peso, nos hemos colocado en las
puertas de una tormenta perfecta. Los precios seguirán aumentando en
forma generalizada, hasta que la crisis del exterior nos afecte de
lleno (14), lo que, junto a un posible congelamiento de precios,
torna incierto estimar una tasa anual. Luego, probablemente,
caigamos también en una especie de stangflation, aunque no
sea generalizada a todo tipo de bienes (15).
5. Mínimo no imponible
Es posible que la señora de Kirchner deba revisar su
posición con respecto al pedido de Moyano sobre el mínimo no
imponible. Aun conservando la pauta de un 18% de aumentos de
salarios que se trata de imponer, muchos salarios medios y algunos
básicos (camioneros) superarán ese piso. Por ello, pensamos que
habrá una suba del mínimo no imponible en salarios y para el trabajo
personal o profesional, posiblemente antes de junio (16), y pese a
las necesidades de recaudación que tendrá el gobierno, al ver
reducidos sus ingresos por menor IVA aduanero y menores retenciones
en monto.
6. Congelamiento de precios
Cuando las autoridades se convenzan de que la
inflación está espiralizada o desbordada, tardíamente, intentarán
correctivos y, entonces, las vituperadas “metas de inflación” se
resuciten con un “relato” contradictorio adecuado. Pero uno de los
efectos más gravosos de la inflación es la estropada de los precios
(o “inflación inercial”). Durante el gobierno de Alfonsín se atacó
el problema con dos medidas económicamente siniestras, impulsadas
con gran cinismo y promocionadas como una contribución patriótica:
el ahorro forzoso y el desagio de las cuentas a cobrar. No fue
suficiente y, salvo las frutas y verduras frescas, tuvieron que
congelar los precios. Como sostuvimos en el punto 4), pensamos que
los acontecimientos pueden llevar a un congelamiento de precios -más
propagandístico que eficaz-, al menos para productos de una canasta
familiar reducida o ampliada (17).
Otra medida que podrían tomar, principalmente con
fines publicitarios y copiando lo anunciado por el gobierno
brasileño, es una baja del IVA, total o parcial, para una decena de
productos de primera necesidad (18) (aunque, aclaramos, no le
asignamos muy alta probabilidad de ocurrencia debido a la dificultad
de supervisar el real traslado de la eliminación del impuesto a los
precios).
7. Gasto público e inversiones
Tal como indica la ley de Presupuesto, el propósito
del gobierno es incrementar el gasto público, con el doble objetivo
de consolidar su poder populista y de mantener el actual nivel de
actividad. A nuestro juicio, no podrá. Una conjunción de menor
recaudación, gastos desbordados, y una mayor conflictividad que sólo
se podrá paliar con plata, hará imposible la ejecución de los gastos
y las inversiones proyectadas en aquella ley (19). Por lo que deberá
reverlo, rediseñarlo y reasignar prioridades. En cuanto a las
inversiones del sector privado, pensamos que será la tasa más baja
desde el 2003 (20), dada la conjunción: crisis externa-inseguridad
jurídica-falta de ajuste por inflación-límites al giro de
utilidades.
8. Crédito externo
La relación con los EE.UU. dependerá de nuestra
posición frente a Irán o de la postura que asumamos ante un eventual
ataque de Israel a ese país. Es cierto que el Ministro de Economía y
Vicepresidente electo -ahora de “capa caída”- está interesado
personalmente y muy jugado a favor de un arreglo al Club de Paris,
lo que necesariamente nos obliga a acordar antes con EE.UU. y el
FMI, pero la Presidenta y a algunos de sus colaboradores no les
interesa arriar la bandera del desendeudamiento. Por tanto, no
creemos que Argentina tenga posibilidad para tomar nuevos créditos
internacionales (21), ni mucho menos a tasas bajas.
9. Crisis energética
La tan anunciada crisis energética pronosticada por
la mayor parte de los expertos energéticos en los últimos años, tuvo
lugar este año, aunque pudo ser enmascarada exitosamente por el
Ministro De Vido, importando a precios de mercado los combustibles
que antes exportábamos -con retenciones- a ese mismo precio. Con el
menor nivel de actividad económica que pronosticamos, probablemente
podamos transitar el año 2012 sin cortes de energía mayores a los
practicados en el que termina (22), salvo algún desgraciado
accidente que -por fallas de mantenimiento- pudiera suceder.
10. Recomposición o formación de una coalición
opositora
En situaciones críticas, las sociedades tienden a
estrechar filas. Hasta ahora, el impacto kirchnerista y su éxito
electoral ha inmovilizado a buena parte de sus opositores, sobre
todo, a quienes como la mayoría de los radicales y el ARI, parte del
peronismo y la totalidad de la izquierda y el socialismo, han visto
“mejicaneadas” buena parte de sus ideas o eslóganes. Pero este año
2012 -par y bisiesto y, por lo tanto, no fasto según alguna
tradición-, creemos impondrá los acontecimientos por encima de los
propósitos y de los objetivos de gobernantes y dirigentes. O sea,
ante las catástrofes, aumentan dos cosas: el gregarismo y la fe
religiosa. Y como, de acuerdo a nuestro razonamiento, el año a
comenzar puede estar cercano a una catástrofe externa o al borde de
ella, creemos que se producirá un aglutinamiento de hecho de parte
de las fuerzas opositoras, sobre todo de las que más se diferencian
del kirchnerismo (23)
Anexo: Estado de las estimaciones para el año
2011 que concluye y su grado de verificación al presente.
a. El contexto internacional
(1) Esperamos un año de alta conflictividad
social en EE.UU., con fuerte relevancia en la economía local y
afectando la internacional. Parcialmente verificado
(2) Leve empobrecimiento europeo será mayor que
el del resto del mundo. Parcialmente verificado
(3) Esperamos una moderación en el crecimiento de
la economía brasileña. Verificado
(4) Nos parece de alta probabilidad que se
produzcan conflictos internos o externos que pondrían a prueba
la estabilidad del Unasur. Verificado
(5) es esperable una suave disminución del
consumo y de las importaciones chinas, lo que afectará los
precios de los commodities. Verificado
(6) menor crecimiento del comercio internacional,
sea en dólares o en cantidades, o con una mezcla de ambos
fenómenos. Verificado
(7) Es de esperar un comportamiento desigual [en
esos precios] dada su nivel de prescindibilidad o bien, de su
volatilidad como consecuencia de conflictos políticos o
accidentes de la naturaleza. Verificado
b. El contexto local y su posible evolución
(8) estimamos posible una mayor intervención
gubernamental, limitando importaciones y dificultando la salida
de capitales. Verificado
(9) nuestra estimación para todo el año
calendario 2011 es de alrededor del 25%. Verificado
(10) a partir de agosto o septiembre provocarían
una reducción del nivel de consumo y de la actividad económica.
Parcialmente verificado
(11) a las tarifas de servicios públicos serán
reajustadas antes de las elecciones, buscando el gobierno
postergar sus efectos hasta después de ellas. Incumplido
(12) agudización de conflictos, protestas y
enfrentamientos, con mayor o menor grado de violencia y con
consecuencias económicas no menores. Verificado
(13) se producirá un nuevo record histórico en el
gasto público de los gobiernos nacional, provincial y municipal.
Verificado
(14) puede haber algunas corridas cambiarias
previas a las elecciones, como consecuencia de salida de
capitales al exterior ya apuntada. Verificado
(15) elevar el mínimo no imponible (cuya prórroga
ya se decretó) y reducir el porcentaje de IVA a algunos
artículos de consumo. Incumplido
(16) prevemos un incremento del PBI entre el 3% y
el 4% y el del consumo alrededor del 5%. A verificar (*)
(17) consideramos que la producción estará igual
o por debajo de la cifra de 2010. A verificar (*)
(18) pensamos que la tasa de inversión podría
resultar inferior al 20%. A verificar, pero con alta
probabilidad de cumplimiento.
(19) similar o levemente menor al actual nivel de
ocupación en el sector privado, compensado parcialmente por el
incremento en el empleo público. Verificado
(20) es posible que las autoridades repongan la
vigencia del doble despido. Incumplido.
(*) A verificar, pero con alta probabilidad de
cumplimiento.
Estudio Adolfo Ruiz & Asociados
Perspectivas Microeconómicas
Informe sobre economía, management y negocios N° 151
Juncal 1966, 4° Of. C
[1124] Buenos Aires, Argentina
Te/Fx: [054-1] 4811-2377
perspectivasmicroeconomicas@fibertel.com.ar
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