La hipoxifilia —también
llamada asfixiofilia o asfixia erótica— es una parafilia
que consiste en impedir la respiración de la pareja o la
propia, ya sea mediante la obstrucción de las vías
respiratorias cubriendo la cabeza con elementos
plásticos o de látex o recurriendo a la
semiestrangulación. Se trata de una práctica sexual
peligrosa que ha llegado a ser causa de muerte. Cuando
lo practica una persona sola, se denomina asfixia
autoerótica.
Como
se realiza la hipoxifilia?
El acto de privar a otro de
oxígeno con el objeto de obtener o mejorar el orgasmo se clasifica
oficialmente en los Estados Unidos como hipoxifilia, de acuerdo con
la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. La hipoxifilia
corresponde a la categoría de prácticas sexuales conocidas como
parafilias. Algunos que la practican consideran que la disminución
de la entrada de oxígeno les aumenta el placer sexual.
En la comunidad BDSM, las prácticas de esta naturaleza pueden ser
denominadas "breathplay" o "edgeplay" a veces, y generalmente
incluyen un socio participante. Porque al igual que otras formas de
prácticas sexuales de riesgo, amplía los límites de lo "seguro,
sensato y consensuado", el control de las situaciones que afectan a
la respiración se puede evaluar, usando algún tipo de señal
convenida para avisar al otro del peligro. Esta práctica se realiza
casi siempre junto a otras actividades fetichistas.
En casos extremos, los asfixiófilos suelen desear ser estrangulados
hasta la muerte. El caso más famoso de esta práctica es el de Sharon
Lopatka, hizo uso de internet para localizar un hombre que tuviera
la fuerza para llegar a torturarla y matarla mientras realizaban el
acto sexual, al final lo consiguió, muriendo en octubre de 1996.
El
origen de la hipoxifilia
Históricamente, la práctica de
la autoasfixia erótica se ha documentado desde principios de 1600.
Se utilizó por primera vez como un tratamiento para la disfunción
eréctil y la impotencia.
La idea de iniciar esta práctica, pudo ser consecuencia de la
observación de que algunos reos ejecutados en la horca desarrollaban
una erección, que duraba a veces incluso después de la muerte (la
muerte en erección), y de vez en cuando incluso se observó que el
condenado eyaculaba durante el ahorcamiento o después
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