Cristina: Estoy
orgullosa de haber alcanzado el porcentaje más alto de trabajadores
formalizados
La Presidenta encabezó un acto por el
lanzamiento de la última etapa del programa "Trabajo Registrado
Digital", que apunta a combatir el empleo en negro
La presidenta de la Nación, Cristina
Fernández de Kirchner, sostuvo este miércoles que el proyecto
político que encabeza y que va a cumplir ocho años el próximo 25 de
mayo "es una criatura" a la cual "vamos a defender, como todas las
madres, con uñas y dientes".
“Se dio un cambio de paradigma en estos casi ocho años que va a
cumplir la criatura, como digo yo. Siento que es un niño que hay que
cudidarlo. Al que se le fue el padre (por el ex presidente Néstor
Kirchner), pero que está la madre todavía", señaló la presidenta de
la Nación.
En ese sentido, Cristina agregó: "vamos a hacer como todas las
madres, lo vamos a defender al hijo con uñas y dientes".
La presidenta agregó que el proyecto político que inició su esposo
el 25 de mayo de 2003, y que ella continúa desde diciembre de 2007
"es un hijo muy querido y muy deseado por todos los argentinos".
"Todos los argentinos queremos vivir en un país más digno, que
genere trabajo, que genere valor agregado, en el que crezcan las
exportaciones, que nos integremos al mundo. Que nos reconozcan por
nuestros logros y no por nuestros fracasos", enumeró la mandataria.
Fernández de Kirchner formuló estos conceptos en un acto que
encabezó en el Salón Mujeres de la Casa de Gobierno de la Nación, al
presentar un programa para la lucha contra el trabajo no registrado.
La presidenta recordó que "en la década del 90, de cada diez
trabajos que se creaban, nueve eran ilegales y uno legal".
"Hoy, de diez trabajos que se crean, ocho son legales y sólo dos
ilegales. Realmente, eso es dar un giro de 180 grados en el
paradigma de una época a la otra", remarcó.
Cristina también se consideró "muy orgullosa de que en éstos últimos
cuarenta años se alcanzó el porcentaje más alto de trabajadores
legalizados".
En ese sentido, la presidenta le reclamó al Congreso que apruebe la
ley que pone en vigencia el nuevo estatuto del peón rural.
"En esa actividad existe un porcentaje muy alto de trabajo ilegal y
también de trabajo esclavo", recordó Fernández de Kirchner para
luego agregar que en algunos sectores "existe un grado de decadencia
y de explotación del siglo XIX".
Asimismo, elogió el rol que el peronismo tuvo en la historia de la
"incorporación de los trabajadores rurales", y le pidió a los
justicialistas sentirse "muy orgullosos" de ese "logro".
Por otra parte, tal como antes lo había sugerido el ministro de
Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, la presidenta pidió "no hablar
más de trabajo en negro, sino de trabajo ilegal, porque la palabra
`negro` es discriminatoria".
Finalmente, la presidenta utilizó el final de su discurso para
referirse al golpe de calor que sufrió en la agobiante jornada de
ayer, mientras desempeñaba sus labores en Casa de Gobierno.
"A los que se preocuparon por mi salud les digo que lo único que me
puede noquear es un golpe de calor, así que quédense tranquilos",
resaltó la mandataria.
Al respecto, insistió: "fue un golpe de calor y nada más, ahora
estoy de vuelta al frente, como siempre, trabajando por lo que creo
y por la Argentina".
Previamente, el ministro Tomada había dado algunos detalles de la
informatización de la lucha contra el trabajo no registrado que
permite realizar un relevamiento digital y constatar en el momento
la situación de los trabajadores mediante una conexión vía web con
las bases de datos de la Seguridad Social.
"Tenemos el nivel de trabajo registrado más alto de la historia
argentina", señaló, y comentó que el proceso de fiscalización que
"antes era de 40 días, ahora se hace en el mismo día".
"Hace una hora que estoy en Casa de Gobierno y en ese lapso se han
legalizado a más de 70 trabajadores. Para el final del día, van a
ser 350", enfatizó.
Del encuentro que se realizó en la Casa Rosada participaron, además
de la presidenta y de Tomada, el ministro del Interior, Florencio
Randazzo; el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini; y el
secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli
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