PORQUE NOS
PONEMOS DE MAL HUMOR CUANDO ESTAMOS A DIETA?
Un estudio arrojó que dos de cada
cinco personas que hacen dieta se tornan irritables con su entorno y
sufren trastornos en la conducta que acrecientan las posibilidades
de abandonar el tratamiento
Un estudio realizado el Prof. Dr.
Ricardo Chiosso, director Médico de Sanatorio Diquecito, de la
provincia de Córdoba, sostiene que dos de cada cinco personas que
hacen dieta se tornan irritables con su entorno.
De este informe se desprende que el 42,5% de las personas que
realizan dietas para bajar de peso sufren trastornos en la conducta
que acrecientan marcadamente las posibilidades de abandono del
tratamiento en el mediano plazo.
El estudio determina cuáles son las consecuencias en el ánimo que
producen las dietas realizadas durante más de tres semanas. Se
comprueba que los pacientes bajo tratamiento aumentan ciertos
síntomas negativos que no sólo afectan su estado de ánimo sino que
también ponen en riesgo el cumplimiento de la dieta, produciendo un
alto porcentaje de deserciones como consecuencia de estos efectos
colaterales del proceso.
Entre esas manifestaciones de la restricción calórica en la conducta
del individuo, comúnmente conocidas como "malestar psicológico", se
destacan además la ansiedad, la angustia y el desaliento, entre
otros. Todo esto conlleva una alta carga de estrés para el paciente,
que lo lleva al desánimo y finalmente al abandono de su tratamiento
para mejorar su peso.
Como en todo tratamiento, es muy importante la intervención médica
para detectar y minimizar la aparición de estas situaciones
altamente negativas. Se recomienda también que la familia acompañe
al paciente a sus consultas médicas, porque a veces él mismo
minimiza lo que ocurre en su casa y por no expresarlo a tiempo la
dieta fracasa.
Una vez detectada la situación, existen tres salidas principales a
estos malestares psicológicos; o sea, vías que pueden reducir la
irritabilidad y ayudar al avance del proceso de descenso de peso.
Éstas son: medicación, actividad física o internación en centros
especializados.
Por último, el apoyo de la familia es muy importante. Hay que
entender que el tratamiento es un momento difícil en donde todos son
parte del problema y, por ende, el mismo hogar que generó hábitos
obesos (hoy se habla de “hogar obeso” y no de personas obesas). Cada
uno tiene que poner su grano de arena y tomar ciertos sacrificios en
pos de ayudar a quien está atravesando el difícil momento de la
dieta./mdzol.com
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