COMO MEJORAR
GENETICAMENTE LA SOJA Y HACERLA RESISTENTE A LAS SEQUIAS
Un robot que busca las plantas de
soja más aptas para resistir la sequía fue desarrollado y patentado
por 14 grupos de investigadores de Argentina, Brasil, Paraguay y
Uruguay que forman un proyecto de biotecnología de Mercosur y Unión
Europea, informó hoy el ingeniero agrónomo Atilio Castagnaro
“Pretendíamos que la caracterización de
fenotipos y la búsqueda de genes más tolerantes a la sequía y más
eficientes en el uso del agua, que es el recurso más importante en
la agricultura, nos permitiera que la soja pudiera ser cultivada en
ambientes de menor pluviometría que hoy son improductivos”, dijo
Castagnaro a Télam.
De ese modo, quedarían libres “algunos espacios que hoy ocupa la
soja para cultivos que requieran más agua”, explicó Castagnaro,
quien se desempeña en la tucumana Estación Experimental
Agroindustrial Obispo Colombres, desde donde se expandió la soja en
la década de 1970, y coordina el proyecto de la Cadena Oleaginosa de
Biotecsur (BiotecSojaSur).
La plataforma automática que mide y analiza diferentes genotipos
-conjunto de plantas con la misma constitución genética- fue ideada
y desarrollada por el equipo liderado por Luis Aguirrezábal,
investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET).
"Un gran resultado de este proyecto -denominado BiotecSojaSur- es el
haber sido capaces de construir un robot o plataforma automática
para la evaluación masiva de genotipos de soja, respecto de su
capacidad de tolerar el déficit hídrico o sequía", dice Castagnaro.
Cada día, el robot recorre simultáneamente 120 macetas con plantas
de soja, determina su consumo hídrico para regarlas con la cantidad
precisa de agua, y les toma fotografías estereoscópicas para
documentar el crecimiento.
"Entre los resultados tecnológicos prácticos, además de los
científicos y teóricos, el proyecto conformó un laboratorio virtual
no sólo unido por computadora sino en el cual se generó una red de
intercambios de personas, recursos e información, que funciona pese
a no tener moneda en común y con las restricciones de cada país para
el flujo de organismos vivos, por ejemplo", agregó.
Otro logro "es haber identificado en soja nuevos genes que confieren
resistencia a la enfermedad de la roya asiática, genes que ahora
están en manos de semilleros públicos y privados, lo cual va a
permitir reducir la cantidad de agroquímicos", contó.
También se identificaron plantas más tolerantes a otra importante
enfermedad: la podredumbre carbonosa.
La plataforma automática funciona en la Unidad Integrada Balcarce,
formada por la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad
Nacional de Mar del Plata y el Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria (INTA).
“Por la originalidad que tiene la plataforma automática, hemos hecho
que expertos valoren la capacidad inventiva, por lo cual solicitamos
una patente los 14 grupos y estamos en condiciones de venderla a
otros países, ya que no tiene elementos demasiado sofisticados que
impidan construirla”, contó Castagnaro.
“Incrementamos el valor agregado de un cultivo que es clave para la
región, lo cual se traduce en que el Mercosur va a ser no sólo el
área mundial que produzca soja, sino que va a dominar esa tecnología
al más alto nivel, para también exportarla”, balanceó.
El laboratorio virtual surgió como proyecto en 2007 a través de una
convocatoria del Ministerio de Ciencia y Tecnología para la
Plataforma Biotecsur, generada por el gobierno argentino a través de
una financiación europea para realizarse a través del Mercosur.
La búsqueda de genes nuevos que pudieran ser utilizados para el
mejoramiento de la soja tenía como "intención subyacente hacer que
las nuevas variedades se defiendan mejor de las enfermedades, se
usen menos agroquímicos y hacer que este importante cultivo sea más
sostenible económica y energéticamente, y para la salud humana y
ambiental".
Del trámite de patentamiento forman parte 14 grupos argentinos,
brasileños, paraguayos y uruguayos, entre los cuales hay dos
empresas privadas -Nidera e Indear-.
Los grupos públicos pertenecen a la Estación Experimental
Agroindustrial Obispo Colombres, el CONICET, las universidades de
Buenos Aires y la paraguaya de Asunción, el INTA y los brasileños
EMBRAPA y Universidad Federal de Río Grande do Sul.
Además, el Centro Regional de Investigación Agropecuaria y el
Instituto de Tecnología Agrícola (INBIO), en Paraguay, la
Universidad de la República, el Instituto Clemente Estable y el
Instituto de Investigaciones Agrarias (INIA) del Uruguay
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