VIAJAR A MARTE
SERA MAS BARATO Y MAS RAPIDO
Es por la creación de un sistema de
propulsión de plasma de alta temperatura, según la compañía
aeroespacial Ad Astra Rocket
Llevar a cabo vuelos espaciales será más
rápido y barato gracias a un sistema de propulsión de plasma de alta
temperatura, según aseguró el veterano astronauta costarricense
Franklin Chang Díaz, que preside una compañía que impulsa estos
pioneros motores.
Esta tecnología, que comenzó a gestarse hace treinta años, permitirá
reducir la duración de las misiones espaciales espectacularmente,
incluidas las tripuladas, aseguró Chang, presidente de la compañía
aeroespacial Ad Astra Rocket.
Con los medios convencionales, un viaje a Marte duraría hoy en día
entre siete u ocho meses, mientras que con el “motor demagnetoplasma
de impulso específico variable” -nombre dado al proyecto-, que está
previsto que demuestre su operatividad en 2014, el viaje se
reduciría a tan sólo dos meses.
Además, utilizaría menos combustible que la propulsión química
actual y tendría más capacidad de carga.
Estos motores se basan en el uso de plasmas de alta temperatura
guiados y acelerados por campos magnéticos: la producción y el
calentamiento de plasma son propiciados por ondas electromagnéticas,
mecanismo que les otorga mayor fiabilidad y una vida útil más larga.
Chang (San José, 1950), el primer astronauta latinoamericano y uno
de los hombres con más horas espaciales (siete misiones entre 1986 y
2002), adelantó a Efe en Barcelona que la prueba de este sistema se
llevará a cabo en una operación en la Estación Espacial
Internacional (EEI).
Ante las constantes labores de mantenimiento que requiere, esa
instalación se beneficiará de esta nueva tecnología de propulsión.
“La EEI requiere que un transbordador o una nave rusa le dé un
empujón de vez en cuando y eso gasta mucho combustible; con el motor
de plasma se puede hacer con un costo diez veces menor”, indicó
Chang, quien avanzó que su empresa ya está desarrollando motores más
potentes para llevar al hombre a Marte.
Otra de las labores en las que se podrá aplicar este nuevo sistema
de propulsión será el transporte de carga a la Luna o la eliminación
de los miles de objetos de chatarra espacial -restos de satélites y
otros elementos- que se encuentran en la órbita de la Tierra y
suponen un peligro.
Chang, que dirige desde Houston Ad Astra Rocket -que dispone de un
laboratorio de desarrollo en la Universidad Earth de su Costa Rica
natal-, remarca que en los últimos cinco años se han invertido 25
millones de euros (unos 34 millones de dólares al cambio actual) en
ultimar esta tecnología, que será rentable para el sector privado
gracias a las misiones espaciales tripuladas.
La tecnología, que fue presentada por el astronauta en el Parque
Científico de Barcelona, se encuentra en fase de pruebas y ha sido
desarrollada por el sector privado con apoyo del Centro Espacial
Lyndon B. Johnson de la NASA y varias universidades de EE.UU.
El programa de transbordadores de la NASA finaliza este año, tras
treinta años de funcionamiento, y la agencia espacial de EE.UU.
parece centrar sus esfuerzos en misiones de exploración científica,
lo que, según Chang, propiciará que sean compañías privadas las que
se encarguen de los vuelos tripulados.
“Lo importante es reducir el costo. Hay compañías que están
desarrollando tecnologías para poder capturar el mercado del turismo
espacial, que es muy interesante”, afirmó el veterano astronauta,
para quien se ha producido un “cambio de paradigma” en el ámbito del
acceso al espacio por el hombre.
“La exploración espacial es una aventura de carácter planetario,
global, que involucra a muchos países desarrollados, desde la UE y
Estados Unidos o Japón y también China o India; es una tarea
internacional”, señaló.
A pesar de las incertidumbres, marcadas por la crisis financiera,
Chang, que hizo su bautizo con la NASA pocos días antes de la
tragedia del transbordador Challenger, cree que la “conquista” del
espacio continúa
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