CONSEJOS PARA SER
UN EMPRESARIO EXITOSO
¿Cuál es la clave? ¿Trabajar mucho?
¿Innovar? ¿O quizás se trata de algo más? La BBC consultó a
empresarios y otros expertos de distintas partes del mundo
BBC Mundo
"Innovación es una palabra que se
dice sin pensar mucho", dice la empresaria libanesa Sarah Karam, de
26 años.
Ella cree que los empresarios
deberían centrarse en satisfacer las necesidades de los consumidores
y que diseñar modelos que se adapten a los diferentes mercados es
tan importante como crear productos novedosos. "No se trata de la
complejidad de una idea o de cuán 'innovadora' es", dice. "Se trata
de hacerlo bien y de ofrecer un muy buen servicio".
Para Karam, el trabajo principal de
un empresario es hacer que las cosas ocurran. "Muchas personas
tienen grandes ideas, pero las ideas hay que llevarlas a cabo, no
sólo hablar de ellas", dice. "Algunas de las mejores ideas son las
más simples. "Puede ser la simple resolución de un problema o
encontrar una necesidad en la sociedad que no esté cubierta, por
ejemplo, la distribución de comida. No es necesario reinventar la
rueda".
Los problemas de los pobres
El pionero de las telecomunicaciones indio Sam Pitroda dedicó su
carrera a acercar la innovación a la gente que se encuentra en la
parte inferior de la pirámide.
Para Pitroda, las innovaciones más
simples suelen ser las más importantes para este grupo. "En
realidad, no se trata de hacer grandes inventos sino de aplicar los
inventos a nuestra vida cotidiana", dice.
"Muchas oportunidades tendrán que ver
con crear mecanismos que nos permitan hacer las cosas de manera
diferente".
El éxito de algunos empresarios puede
constituir un incentivo para que más personas jóvenes e inteligentes
desarrollen ideas para resolver los problemas de los más pobres.
Pitroda lamenta el hecho de que
muchos de los graduados más brillantes de la ciencia terminan en el
sector financiero, mejor remunerado.
"Los mejores cerebros se han ocupado
en solucionar los problemas de los ricos, que en realidad no tienen
problemas que resolver", dice.
"Como resultado, los problemas de los
pobres realmente no llegan a los talentos adecuados".
Cultura del riesgo
César Salazar, de 27 años, creó su primera empresa mientras
preparaba su licenciatura en Suecia. Su actual empresa, México VC,
se ocupa de financiar y asesorar a emprendedores mexicanos. Salazar
cree que la falta de recursos naturales y de mercados disponibles
fomenta la innovación.
"Suecia es muy buena en generar
riqueza a partir de ideas, y se nota al ver que un país de alrededor
de nueve millones de habitantes tiene muchas marcas globales y
exitosas", explica Salazar.
"Como tienen pocos recursos para
explotar, han tenido que centrarse en exportar ideas".
Estados Unidos se beneficia de la
magnitud de su mercado interno y, por lo tanto, en comparación, no
es tan innovador, según el empresario mexicano.
Y aunque la cultura estadounidense de
arriesgarse y el acceso relativamente fácil a los fondos fomenta la
actividad empresarial en EE.UU., Salazar opina que ese país todavía
puede albergar a muchos empresarios más.
Modelando el futuro
Por el lado de la demanda, un mercado de fácil acceso también puede
entorpecer la innovación, y la dependencia de México en los
consumidores de EE.UU. se traduce en pocos incentivos para la
generación de ideas.
Pero, ahora, la competencia de los
fabricantes chinos y sus productos baratos están empujando a México
a centrarse más en las ideas y en cuestionarse no sólo cómo hacer
las cosas sino también cuáles hacer primero.
Salazar entiende la innovación como
una parte fundamental de la actividad empresarial. Por lo tanto,
cree que los empresarios son cruciales para la economía y la
sociedad en su conjunto.
"Los empresarios van a modelar el
futuro del mundo", dice.
"Ellos están construyendo la próxima
generación de productos y servicios para un mundo muy complejo y
desafiante".
Por otra parte, la naturaleza misma
de la iniciativa empresarial conduce a la innovación.
"El espíritu empresarial se trata de
probar cosas y experimentar -dice Salazar- y de fracasar muchas
veces".
Espíritu lúdico
La idea de que la experimentación y el fracaso son importantes se
hace eco en el trabajo del diseñador gráfico y científico de la
computación John Maeda, actual presidente de la Rhode Island
School of Design.
Con su experiencia en la tecnología,
el arte y el diseño, Maeda ha participado activamente en el
desarrollo de ideas desde una variedad de ángulos.
La innovación consiste en fracasar de
manera productiva, cree.
"Cuando se puede fallar
productivamente, puede experimentar, y generalmente es un buen
experimento", dice.
La estrecha relación entre la
actividad emprendedora y la innovación plantea preguntas acerca de
cuál llega antes:
¿Los empresarios adaptan las buenas
ideas en respuesta a las oportunidades de mercado, o será que las
mejores innovaciones son motivadas por las oportunidades del
mercado?
Pensamiento creativo
Maeda cree que nuestro mundo ha sido demasiado manejado por el
mercado y que esto ha dado lugar a ideas poco auténticas. Un interés
exagerado por los deseos de los mercados dificulta el pensamiento
libre y creativo, fundamental para la innovación.
Para Maeda, al emprender procesos de
innovación hay que tener en cuenta la manera en la que los artistas
piensan.
El proceso artístico es innovador por
naturaleza, ya que los artistas apelan al ensayo y error hasta
llegar a alguna parte. Toman riesgos que son esenciales en la
generación de ideas.
"Independientemente de la edad, todos
los buenos pensadores innovadores son muy lúdicos", dice.
"Ellos han logrado no perder esa
parte que es el alma creativa del artista".
"Mi momento favorito es ver a los
niños dibujando, porque en algún momento se vuelven locos".
"Pueden dibujar un caballo de 18
patas y 17 ojos, y en color púrpura, y eso es genial".
"Pero un día alguien les dice: 'Esa
no es la manera de dibujar un caballo: debe tener cuatro patas y dos
ojos y nunca es púrpura'. En ese momento, hemos anulado la
imaginación y nos hemos dejado caer en manos del mercado"
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