El "palo verde"
ocupa, desde hace décadas, un lugar muy especial en el imaginario
social de los argentinos.
Es que se tiende a pensar que esa
cifra es el "punto simbólico" a partir del cual una
persona puede considerarse rica.
Los argentinos van más allá y le dan
otro significado.
Sienten que es la puerta de
entrada a otra vida, en la que imaginan que pueden dejar de
trabajar y vivir de rentas, o de los
intereses que les ofrece un banco por la colocación de ese
dinero.
¿Es tan así? ¿O las cosas han
cambiado y ese monto ya no resulta suficiente para contar con esa
opción?
Sucede que lo que era cierto
hace apenas una generación, actualmente está puesto en
duda.
En primer lugar, porque un
millón de dólares de hoy no compra lo mismo de antes (sólo
en los últimos 10 años, la inflación en los de Estados Unidos
alcanzó el 27 por ciento).
En segundo término, porque las tasas de interés que se pagan
por un depósito efectuado, por ejemplo, en los Estados
Unidos, están por el piso.
Así las cosas, aun asumiendo que "el
palo verde" sigue siendo mucho dinero, difícilmente permita
a su feliz poseedor vivir sin trabajar.
En general, quienes acceden a su
primer millón lo primero que piensan es refugiar ese dinero
en un banco del exterior.
La mala noticia es que, de elegir
esta opción, apenas recibirán un 0,5% anual o, lo
que es lo mismo, unos u$s5.000 anuales (algo así como $1.700
mensuales).
Esto es lo que están abonando hoy
entidades como el Citibank o el Chase
Manhattan Bank.
Otra de las opciones a la que suele
recurrirse es a la de invertir en títulos del tesoro
norteamericano protegidos contra la inflación, considerados
como el resguardo más seguro del mundo. TIPS, por sus siglas en
inglés (Treasury Inflation-Protected Securities).
Ahora bien, ¿qué renta mensual
genera? La tasa anual que hoy pagan es del 1,88% en dólares (a 30
años).
En buen romance, representa un
ingreso semestral de unos u$s9.400, que significa
por mes -y pasado a nuestro tipo de cambio- unos 6.400 pesos.
Claro está, que ese dinero sólo cubre la mitad de los gastos que,
hoy por hoy, representan el presupuesto de una familia clase
media.
En efecto, según el último estudio
elaborado por la consultora Ecolatina para iProfesional.com,
los mismos ascienden a unos $13.000 mensuales, para el caso de un
matrimonio con dos hijos
Escalando en la pirámide del riesgo
También están los amantes de los ladrillos.
Es decir, aquellos que en vez de dejar
ese dinero en un banco son partidarios de invertirlos en
inmuebles.
En ese caso, por ejemplo, podrían
comprar tres departamentos en zonas Premium de Capital,
como ser Palermo, Belgrano, Barrio Norte o Recoleta y destinarlos a
la renta.
Si se considera una franja de
cotización de entre u$s2.500 y u$s3.000 el metro cuadrado podrían
adquirir, en total, unos 300 a 400 metros,
repartidos en unidades de entre 100 y 130 metros.
Desde Reporte Inmobiliario destacan
que, en la actualidad, por el alquiler de una vivienda se logra
obtener un rendimiento "neto" (es decir descontados los gastos
inherentes al propietario) del 3% al 4% anual.
De modo tal que con ese
millón de dólares -volcado a 3 unidades- nuestro "amigo del
millón" podría lograr una renta de unos u$s13.000 anuales por
vivienda ($4.500 mensuales).
En definitiva, algo así como
$13.500 por mes, en cuyo caso sí podría hacer frente a los
gastos típicos de una familia de clase media de hoy.
Claro está, siempre que tenga la
suerte de mantener las 3 alquiladas de manera permanente.
Pero el menú de opciones no termina
acá.
También puede cruzar el charco y
elegir un banco de Uruguay como destino, algo así
como el "segundo hogar" de los depósitos de los argentinos.
Sin embargo, la tasa
que podría recibir no le dibujaría una amplia sonrisa. ¿Cuánto se
paga en el vecino país? Para un depósito en dólares el promedio es
del 1,20% anual. En dinero, algo así como $4.100 mensuales.
Si opta por una colocación (también en
dólares) pero en la Argentina, su
situación no mejorará mucho.
Las entidades locales abonan
apenas un 0,7% anual que, traducido en renta mensual, no
llega a los $2.900.
La única alternativa: vivir
bien pero comerse el capital
Otra de las opciones es la de efectuar dos depósitos
(u$s500.000 cada uno) pero en dos bancos locales
(para así repartir un poco el riesgo).
En este caso, las entidades
le pagarán la tasa Badlar (aquella que abonan por
colocaciones superiores al millón de pesos) que, actualmente, es del
11,25% anual en moneda local.
De elegir esta vía, podrá hacerse de
un ingreso cercano a los $38.000 que le permitirían
vivir holgadamente unos años, pero a costa de ir
comiéndose su capital.
En efecto, al ir retirando la
totalidad de los intereses no hace crecer su patrimonio (en
pesos) mientras que, por otro lado, el billete verde sigue
subiendo.
De este modo, si al cabo de un año,
la divisa estadounidense cotiza a $4,30, su riqueza se habrá
reducido en unos u$s50.000.
Y esta situación se irá repitiendo año a año,
siempre que el "dueño del millón" retire periódicamente la renta y
el billete verde siga escalando.
Ahora se necesitan 10 millones
Las fortunas de un millón de dólares ya han quedado afuera del
"club de los ricos", según un estudio efectuado por
la firma estadounidense Barclays Wealth.
De hecho, si hasta hace unos años alguien con ese dinero era
considerado rico, ahora tiene que multiplicar su fortuna por
10, si es que quiere seguir perteneciendo al selecto
club de los más acaudalados.
"El incesante aumento en el número de
millonarios y la devaluación del dólar ha llevado a
que cambien los parámetros, a la hora de considerar quién es rico y
quién no", explican desde Barclays.
"El término millonario',
que siempre ha sido sinónimo de riqueza -al poseer justamente u$s1
millón-, ha ido perdiendo su significado", añaden.
El estudio, además, revela que la
percepción de riqueza no varía sólo en función del dinero o
patrimonio que se posea, sino que también influye la
situación geográfica.
En este sentido, destaca que para ser considerado rico hay que tener
en cuenta otros aspectos, como el país en el que se vive,
los factores económicos, la concentración del capital,
los salarios y el costo de vida.
Por ejemplo, en Manhattan para ser
catalogado como una persona adinerada, la misma debe percibir
ingresos superiores a los u$s500.000 anuales (algo
así como u$s40.000 mensuales).
El "test" de los millonarios
Recientemente una encuesta ofreció algunas pistas
sobre cómo saber si uno es rico, en términos monetarios.
La misma, llevada a cabo por Phoenix International y U.S. Trust
entre personas con más de u$s3 millones en su
haber, dice que uno se da cuenta que es rico cuando:
1. El dinero no es un obstáculo. Más de la mitad
(56%) afirmó que se consideraba en esa categoría cuando podía
comprar cualquier cosa sin preocuparse por la erosión de su capital
y sin tener que espaciar sus adquisiciones en el tiempo. Es decir,
pueden hacerse de bienes cuando y como quieren.
2. El número mágico. Poco más de un tercio dice que
se sintió rico cuando alcanzó un "cierto número":
• Entre u$s 1 millón y u$s 2 millones (25% de los entrevistados)
• Entre u$s 2 millones y u$s 4 millones (25%)
• Entre u$s 5 millones y u$s 10 millones (15%)
• El resto (35%) hizo referencia a más de esta última cifra
3. Persigue su pasión.
Buena parte de los millonarios destacó que la posibilidad de
perseguir un interés, o una pasión, es un buen síntoma de
que se va por buen camino. Aunque esto necesariamente no signifique
que uno se transforme en un poderoso acaudalado.
En tanto, un tercio de los encuestados señaló que su fortuna es una
medida "muy importante" de su autoestima. Y por eso valoraba
sus activos.
Siete de cada 10 destacó que, una vez
que sientieron que el dinero ya no iba a ser un problema en sus
vidas lo que realmente comenzaron a priorizar fue "la calidad de
relaciones con la familia, los amigos
y el éxito de sus hijos".
Según José María Gamazo, responsable del área de Banca Privada de
Barclays Wealth, "la gente a menudo tiende a pensar en términos de
activos y dinero cuando se habla de riqueza".
Pero, sentirse afortunado no es sólo
tener dinero. Para los grandes millonarios, existen otros
aspectos a los que les dan gran importancia.
Para muchos es el poder
o la influencia política, para otros, es su
rol en la comunidad