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LA UNION EUROPEA
YA HABLA DE "APOCALIPSIS"
Los países de la Unión Europea
decidieron imponer controles de resistencia a sus centrales
nucleares ante eventuales sismos, tsunamis y ataques terroristas,
tras el accidente en Japón. En tanto, el canciller japonés, Takeaki
Matsumoto, admitió que la radiación liberada "puede afectar la
salud". El OIEA advirtió que la vasija de seguridad del
reactor 2 de la central de Fukushima "podría estar afectada" y hay
posibilidad de fuga radiactiva
La situación en ese reactor es la más
preocupante ya que, según acaba de informar el Organismo
Internacional de Energía Atómica (OIEA), su vasija de contención
primaria puede haber resultado dañada, informó El País. En caso de
ceder, podría ocurrir una fuga radiactiva parcial o total.
Mientras tanto, el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger,
aseguró ante una comisión del Parlamento Europeo en Bruselas que "se
habla de apocalipsis" y consideró que "es un término particularmente
bien escogido", pues "prácticamente todo está fuera de control". "No
excluimos lo peor en las próximas horas y días", agregó.
Previamente, había anunciado que los países de la UE decidieron
aplicar controles de resistencia a sus centrales nucleares, tras una
reunión extraordinaria con representantes de gobiernos, autoridades
nacionales de seguridad nuclear y de la industria del sector, para
sacar las lecciones de lo sucedido en Fukushima.
Por otra parte, el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS)
realiza un relevamiento detallado de cada una de las réplicas que se
generan en la isla. Desde el terremoto inicial, ocurrido el viernes,
se registraron más de 450. En las últimas catorce horas (entre las
01.35 y 15.23 GMT) hubo 30 temblores, tres de los cuáles tuvieron
magnitud 6 o mayor. El menor fue de 4,5.
El canciller nipón sostuvo que "la situación sigue siendo difícil".
"Hacemos todo lo posible para solucionar el problema", agregó
Matsumoto, antes de precisar que su gobierno informó a la Agencia
Internacional de Energía Atómica (AIEA), a la que pidieron que
"envíe un equipo técnico".
El primer ministro japonés, Naoto Kan, había anunciado antes en
Japón que el nivel de radiactividad había "aumentado
considerablemente" en la central nuclear de Fukushima 1. Además,
reprendió a los ejecutivos de Tepco por no haberle informado
inmediatamente la última explosión de un reactor en Fukushima. Según
la agencia Kyodo, les preguntó: "¿Qué demonios está pasando?". "La
televisión informó de una explosión, pero durante una hora no se ha
dicho nada a la oficina del primer ministro", añadió.
Las autoridades niponas ordenaron a la compañía que no permita la
salida de sus empleados de las instalaciones. En el lugar, se
encuentran 50 operarios trabajando en la central. Tienen la
obligación de refrigerar las piscinas de los reactores.
Trascendió que el gobernador de Fukushima, Yuhei Sato, llamó a Kan
para manifestarle que "el miedo y el enfado de los habitantes de la
prefectura están llegando a un límite", informó El País.
Al mismo tiempo, los periodistas de los principales medios alemanes
iniciaron un lento pero persistente éxodo de la capital japonesa,
asolada por los primeros indicios de radiación. Luego le siguieron
los diplomáticos, quienes en algunos casos decidieron trasladar sus
sedes a ciudades alejadas de la catástrofe.
El éxodo coincidió con un fuerte sismo de magnitud 6 se produjo el
martes al suroeste de Tokio, donde los edificios temblaron. El
epicentro se situó en la provincia de Shizuoka, unos 120 km al
suroeste de la capital japonesa, y cerca del monte Fuji, zona en la
que se sintió más fuertemente el temblor de tierra, indicó la
Agencia de Meteorología japonesa. El hipocentro se situó a solamente
10 kilómetros de profundidad, precisó la agencia.
Desde el viernes, la central de Fukushima 1, situada a sólo 250
kilómetros de Tokio, la megalópolis más importante del mundo con 35
millones de habitantes, suma nuevos accidentes. Tras el sismo de
magnitud 9.0, los sistemas de enfriamiento fallaron en tres de los
seis reactores de la central construida en los años 70 con
tecnología francesa, a lo que se sumó una explosión de hidrógeno que
provocó el incendio en el reactor 4.
Por otra parte, el Ministerio de Exteriores de Austria decidió
trasladar su embajada en Japón desde Tokio a Osaka, ante el aumento
de los niveles de radiación atómica en la capital nipona en las
últimas horas. "Hemos decido trasladar la embajada de forma temporal
a Osaka, donde ya hay un consulado", explicó a Efe el portavoz de
Exteriores, Peter Launsky-Tieffenthal.
Los niveles de radiación han aumentado en amplias zonas de Japón,
incluida la capital, donde se han detectado pequeñas cantidades de
sustancias radiactivas como cesio, aunque el gobierno metropolitano
insiste en que todavía no suponen un riesgo para la salud.
En tanto, el jefe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA),
Nobuo Tanaka, se mostró preocupado por las consecuencias que tendría
una catástrofe nuclear en el apoyo de esa energía como fuente
alternativa. "Si bien entiendo la reacción pública, estoy preocupado
por el efecto que esto podría tener en la defensa de esta
tecnología, considerando su papel importante para alcanzar tanto una
fuente segura como una economía que no dependa del carbón", señaló . Fuente