SE ACERCA EL FIN
DEL MUNDO? SE PREGUNTAN EN FACEBOOK Y TWITTER
Cuando el planeta se sacude, los
ríos se desbordan, el mar embravece o el cielo se ensaña con la
tierra ¿significa que el mundo se acaba? La ciencia obviamente dice
que no, pero mucha gente piensa que sí y se refugia en creencias
ancestrales para justificarse
Motivos no faltan. Fuertes sismos,
tsunamis e inundaciones, todos separados por días o semanas
sugestionan a más de uno, que ven en la expresión de la naturaleza
un mensaje divino, una conspiración extraterrestre o simplemente una
cuenta regresiva para el fin de los tiempos.
Científicos y psicólogos niegan la posibilidad; sin embargo,
entienden el planteo social como real, pero fruto de la
desinformación, antiguas predicciones y cierta sugestión creada por
los medios.
Si la ciencia tuviera que definir en una palabra lo que sucede,
probablemente ésta sería "normal".
"No hay nada nuevo bajo el sol", dice el meteorólogo Luis Nilo
González. "Todos los fenómenos son naturales y normales. En
apariencia hay una mayor producción de estos fenómenos, pero siempre
han existido. Lo que pasa es que la difusión y el conocimiento,
sumados a los medios de comunicación, hace que todo llegue más
rápido y en forma más eficiente", agrega.
"Son fenómenos normales en la tierra. Sí es incierto que aparezcan
uno detrás de otro en distintos lugares, pero dependen del
comportamiento de las placas tectónicas, incluso sin estar
conectadasí", refuerza conceptualmente Víctor Luraghi, jefe de la
Estación Sismológica Mendoza.
Ninguno de los expertos juzga las explicaciones alternativas e
incluso las entienden como normales cuando ante el desconocimiento
se recurre a otras justificaciones. "Es entendible lo que pasa con
la gente y los sismos no están lejos de las creencias cristianas y
lo que dice la Biblia cuando habla de las señales del apocalipsis",
dice Luraghi.
Los estudios científicos son claros sobre las razones de los
fenómenos y las explicaciones sobre las tragedias. Entonces ¿por qué
preferir una explicación metafísica a una científica? O en otras
palabras ¿por qué se elige el mito por sobre la realidad?
"Son hechos naturales, pero también son fenómenos sociales. Una de
las explicaciones se debe a que si bien científicamente se entiende
ahora más que antes estos fenómenos, la falta de predicción en el
caso de sismos hace que los sujetos se sientan inermes y busquen en
la ilusión una visión sobrenatural para justificarse, por eso se
recurre a los mitos", dice Nora Petri, directora de la escuela de
Psicología Social Pichón Rivière.
Para muestra un botón, y recuerda que en el terremoto del 1985 cobró
fuerza la teoría de que el impacto de un misil había provocado el
sismo en Mendoza.
"Esto se hace para no enfrentarse a una situación que piensa
peligrosa. Mucha gente se siente indefensa frente a la
circunstancia, incluso hasta cuando hay predicción del fenómeno como
sucede con tornados, o tormentas. Se agudizan porque pasan a ser
fenómenos sociales, porque nos afectan como personas", dice la
psicóloga social.
Pero según Petri no sólo sucede con los fenómenos naturales. "Cuando
se entra en crisis sucede esto. Cuando hay falta de trabajo la gente
recurre, por ejemplo, a las religiones porque hay impotencia de
resolver la situación".
¿Son los medios responsables de la paranoia colectiva? Nadie lo
afirma abiertamente, pero varios coinciden en que nunca antes se
había enfatizado tanto el fenómeno a nivel mediático.
"La comunicación hace que la información llegue rápidamente y más
masificada, cuando antes todo estaba acotado a los técnicos. Pero el
problema es que esa información puede ser malinterpretada y el
desconocimiento crea pánico. Hemos escuchado cosas sin sentido y
también hemos escuchado a funcionarios públicos decir incoherencias.
Es una irresponsabilidad hacer algo así", señala Miguel Tornello, de
la UTN.
Las redes sociales, las transmisiones en vivo y la búsqueda de datos
por internet hacen accesible la información, pero no la correcta
interpretación. "Ahora se llaman tsunamis y antes les decíamos
maremotos, pero son la misma cosa. Lo peor del caso es que van a
seguir existiendo como siempre y lo que ha cambiado son los medios
de información", afirma el meteorólogo Luis Nilo González.
Nada de esto apunta a destruir la fe o las convicciones personales,
sino más bien a evitar los fatalismos por sugestión colectiva. ¿Se
viene el fin del mundo? Quizá la pregunta simple y sin sentido. Será
mejor preguntarse si estamos conscientes de la fuerza de la
naturaleza y de la responsabilidad de nuestras acciones sobre ella.
/losandes.com.ar
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