PORQUE LAS
MUJERES TIENEN MAS FRIO QUE LOS HOMBRES?
¿Por qué las mujeres son más
frioleras que los hombres?
Sabemos de muchos de casos en los que un
hombre está asado de calor, pone el aire acondicionado a tope… y la
mujer lo baja discretamente porque tiene frío. Al atardecer, un
hombre puede pasear en manga corta y una mujer, generalmente, dirá
que se ha levantado fresco y se cubrirá con una chaqueta. Ya no
digamos las parejas que comparten lecho: habitualmente él tiene
calor y ella, por el contrario, echa otra manta por encima.
A primera vista, pudiera parecer que las
mujeres son demasiado frioleras. Quizá es que la evolución no has la
dotado para salir a la intemperie sino para permanecer en el calor
del hogar. O tal vez las mujeres son de natural menos resistentes
que los hombres
Sin embargo, si las mujeres son más frioleras que los hombres es
porque, en ese sentido, están mejor diseñadas que los hombres.
Cuando la temperatura ambiente desciende, la mujer cierra más
rápidamente los vasos sanguíneos de la piel, y por tanto se le
enfría más rápidamente la piel. Los hombres son más lentos en este
proceso. Pero ¿qué ventaja tiene dejar la piel fría cuando empieza
hacer frío?
Lo explica así el fisiólogo Francisco Mora:
Dado que los receptores sensoriales que detectan el frío se
encuentran precisamente localizados en la piel, éstos envían su
información al cerebro, dando lugar a la consecuente sensación
consciente de frío que siente la mujer, cosa que no ocurre de modo
tan intenso en el hombre. Lo curioso de este proceso es que la
mujer, enfriando su propia piel mediante procesos biológicos
activos, se defiende del frío extremo, pues crea con ello una
especie de “coraza” sobre su cuerpo (a ello también ayuda su mayor
capa de grasa subcutánea). Con esta coraza pierde menos calor por
radiación y convención conservando así más calor en su cuerpo.
La sangre, además, se dedica a conservar calientes los órganos
importantes, como el corazón, los pulmones, etc. Pero el hombre
despilfarra su sangre manteniendo caliente la piel, y por tanto
pierde el calor más fácilmente. Por ello: ante una temperatura fría,
no muy intensa, el hombre comienza a tiritar mientras que la mujer
no lo hace.
Las mujeres se enfrentan más eficientemente al frío, por eso parecen
tener más frío que los hombres en un primer momento.
Con el calor pasa lo mismo: ellas lo hacen mejor. La mujer tarda
menos en sudar, y por ello también siente calor mucho antes y más
intensamente que el hombre.
El hombre suda enseguida y, por tanto, se le enfría rápidamente la
piel, y así los receptores no captan tan eficientemente la
temperatura ambiente.
Ello se debe a la mayor capacidad biológica de la mujer para, ante
el calor, abrir los vasos sanguíneos de la piel y perder calor. Esto
hace que su piel se vuelva más caliente que los objetos que la
rodean, lo que le permite perder calor por varios mecanismos
fisiológicos. Pero, a la vez , es esta piel caliente la que activa
los receptores para el calor allí localizados e indica a su cerebro
el calor que está experimentando.
El sudor, aunque es un buen sistema de refrigeración, no lo es tanto
en un estado sedentario. En ese estado resulta mucho mejor la
vasodilatación. Con el sudor se pierde agua y electrolitos y crea
malestar.
El caso de la simple vasodilatación, por el contrario, que
experimenta la mujer, desarrollada a lo largo del proceso evolutivo
en su vida sedentaria, es un proceso más eficiente que le permite
perder calor sin padecer las desventajas de la sudoración y sin la
necesidad de ingerir agua
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