CONSEJOS PARA LA
PRIMERA VEZ EN EL SEXO
El primer encuentro sexual nos marca
a fuego. Claves para bajar los niveles de ansiedad y exigencia, así
como aprender a resignificar experiencias traumáticas.
Se cree que "la primera vez" es por
demás frustrante para un alto porcentaje de mujeres; generalmente,
por la ansiedad y expectativa de "perfección" que le adjudican al
primer gran encuentro. Por lo pronto, el "marketing del sexo" vende
la escena de una primera vez con pétalos de rosa, música, velas y
príncipes que sólo existen en las series y películas que suelen ver
las adolescentes (y, por cierto, niñas mucho más pequeñas también).
Es mucho menor el índice de hombres que padece los efectos
colaterales del "debut". En ellos, más allá de la adrenalina y la
ansiedad hormonal del primer "gran partido en cancha de once", una
vez que, como pueden, logran el gol, consiguen lo tan preciado: el
reconocimiento social y el pase directo a la masculinidad. Esto no
significa que no haya hombres a los que se les complica dar el
primer paso para perder la virginidad (ya hemos hablado del tema en
El último argentino virgen ).
En las mujeres se juegan otras cuestiones de fondo. Hay algo más que
el miedo y el temor al dolor en la pérdida del himen y el encuentro
carnal.
Es por demás evidente que cuando hablamos de "primera vez" nos
referimos a "la primera penetración". No es que no sean importantes
los besos, caricias, juegos eróticos y los posibles orgasmos que
hayamos conseguido en encuentros anteriores a lo que solemos
considerar el "gran debut"; pero "LA PRIMERA VEZ" (con mayúsculas)
tiene un significado por demás especial para cualquier de nosotros.
Esto nos demuestra, una vez más, que somos "seres sociales" y que,
en definitiva, nuestras experiencias están configuradas por la red o
trama que nos tocó en suerte: el tiempo histórico, las condiciones
sociales del momento y, entre tantos otros factores, por sobre todas
las cosas, las características particulares de nuestro familia y
entorno inmediato.
Si lo pensamos desde lo más biológico y natural, estamos destinados
al sexo para reproducirnos. Pero cuando se piensa el sexo en torno
al placer, ya es otro cantar. Aquí reside el "alto costo emocional"
que debemos aprender a re-significar para, por un lado, promover el
bienestar físico y emocional de quienes estén próximos al debut y,
por el otro, para superar cualquier situación traumática que se haya
disparado en el primer encuentro.
Aunque nos cueste creerlo, hay adultos que aún no han conseguido
concretar "su primera vez" y otros que no han podido o no sea han
permitido tener una segunda oportunidad. Revisar juntos estos
aspectos, más allá de las críticas de quienes creen que es un tema
trillado, nos ayudará a entender la importancia de la educación
sexual y la comunicación entre amigos, parejas y familiares.
Estas son algunas de las sugerencias consensuadas entre los expertos
(además de que sean válidos para promover un primer encuentro
seguro, también son útiles para otras instancias de encuentro):
- Es un derecho elegir cuándo, cómo y con quién hacerlo. Más allá de
las estadísticas, no existe una edad establecida para la primera
relación. Cada adolescente o joven decidirá cuándo es su momento. Es
importante poder decidir cuándo es que uno desea perder la
virginidad. El sexo es un derecho y también debería ser entendido
desde el debut como un acto de responsabilidad.
- Ante todo: la información. El debutante debería aprender a buscar
(y tener acceso a) fuentes confiables con quienes hablar de la
culpa, las dudas, los miedos y tantas otras incertidumbres que suele
despertar el sexo. Es importante que los jóvenes tengan a
disposición a alguien más que a la amiga o amigo que ya hayan dado
el gran paso; es bueno que compartan la experiencia con ellos pero,
docentes, pediatras, psicólogos y sexólogos pueden o deberían saber
transmitir "algo más". El Estado, por su parte, debe asumir un
compromiso fundamental en esta tarea (pero los padres y docentes no
debemos esperar que los funcionarios se responsabilicen de nuestros
hijos). La vida sexual empieza por casa.
- Saber qué método anticonceptivo seguro utilizar, para prevenir un
embarazo no deseado o evitar el contagio de HIV o cualquier otra
infección de transmisión sexual;
- Se puede postergar la decisión. Lo ideal es por hablar con
anticipación con quien daremos el primer paso para estar más
relajado y seguro. Es importante entender la necesidad del juego
previo para dilatar y lubricar los órganos sexuales. Si hay dolor o
imposibilidad de continuar, distenderse e intentarlo unos minutos
después o en un encuentro posterior;
- No atribuirle al sexo la imperfección o la mala experiencia. La
primera vez será como pueda ser. Ante todo, asegurarnos que sea un
encuentro sexual responsable; ya habrá otras instancias sucesivas
para aprender a "hacer el amor" y descubrir los estímulos que nos
den verdadero placer. Tener en cuenta todas las sugerencias
mencionadas nos ayudará a controlar las ansiedades y exigencias. /revistaohlala.com
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