LOS CUBANOS
PODRAN SALIR DE LA ISLA VENDER SUS CASAS Y SUS AUTOS
El Partido Comunista dio a conocer
una serie de nuevas directivas, entre ellas, las que harán posible
que los cubanos viajen al extranjero como turistas, vendan sus casas
y autos
La versión final del programa de 313
reformas, dada a conocer a la población en un tabloide vendido en la
calle, incorpora como novedad la decisión oficial de "estudiar una
política que facilite a los cubanos residentes en el país viajar al
exterior como turistas".
La disposición está establecida en el punto 265 del programa
aprobado en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) en
abril, aunque no precisa detalles ni fecha de puesta en vigor pues
están en definición las normas legales de ejecución del plan.
En 52 años de gobierno comunista, las autoridades permitieron
solamente a trabajadores muy destacados a viajar de turismo a países
del desaparecido bloque soviético, por lo que una reforma migratoria
ha sido constante en las demandas de cambios.
Los cubanos sólo pueden viajar con carta de invitación, requieren un
permiso de salida (carta blanca) y deben pasar un largo proceso
burocrático y costoso, de alrededor de 400 dólares, pues incluye
legalizaciones ante los consulados cubanos en el exterior.
El permiso de salida puede ser negado y fija una estadía en el
exterior de 30 días, cuya renovación cuesta 50 dólares por mes,
hasta 11 meses permitidos, tras lo cual a quien no retorne se le
considera emigrado y sus bienes son confiscados.
Intelectuales, académicos y artistas afines al gobierno, así como la
oposición, han pedido la ‘abolición’ de restricciones a la salida
del país, que también son motivo de crítica internacional.
Las reformas de Raúl Castro incluyen otras medidas de impacto social
como el permiso de compraventa de casas y autos, y la concesión de
créditos a la población y a trabajadores del incipiente sector
privado para adquirir bienes y montar negocios.
Cerca de 90% de los cubanos son dueños de sus viviendas, no pagan
impuestos por ellas o abonan bajos alquileres, pero no pueden
venderlas y sólo permutarlas (cambiarlas), en un negocio que
ilícitamente implica miles de dólares.
También por primera vez, se permite el comercio de autos, pues hasta
ahora los cubanos sólo podían comprarlos si eran dados por el
gobierno o con permiso especial -por ejemplo artistas-, y libremente
adquirir los viejos coches norteamericanos, fabricados antes del
triunfo de la revolución de Fidel Castro en 1959.
El plan, que busca dejar atrás el agotado modelo ultracentralizado
soviético vigente en medio siglo, incluye la apertura al sector
privado, el recorte de un millón de empleos estatales,
descentralización agrícola, autonomía empresarial, impuestos y
eliminación de subsidios.
La versión definitiva, originalmente de 291 medidas, que tras un
debate popular pasó a 313 aprobadas por el PCC, refuerza el margen
de acción de las cooperativas, amplía la política crediticia y
flexibiliza la política de impuestos.
Como novedad establece que las entidades estatales o cooperativas
que sean ineficientes serán "liquidadas" o podrán ser gestionadas
por privados, así como aquellas en las que el Estado considere que
no le es rentable operar.
Atendiendo una de las mayores inquietudes populares, en la reducción
de subsidios el plan aclara la "gradualidad" en la eliminación de
"la libreta", la canasta básica, subsidiada pero insuficiente, que
desde 1963 cubre a todos cubanos, pero que ha ido mermando y en el
futuro beneficiará sólo a los más necesitados.
Primero en 14 años, el Congreso fue crucial porque trazó el rumbo de
Cuba. Raúl Castro asumió la máxima jefatura comunista en lugar de su
hermano Fidel, para implementar con la vieja guardia y los
militares, las reformas.
El plan, con el que Raúl Castro busca evitar el derrumbe de la
revolución, deja sentado que la reforma se hará bajo "planificación
socialista" tomando en cuenta "el mercado". /AFP, Infobae y AP
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