Los nuevos controles sobre la
compra de dólares disparó un sinfín de especulaciones. Si el
Gobierno no detiene la demanda por el billete verde, ¿irá por más?
Para algunos, las medidas bien podrían ser la antesala a controles
más profundos. El mercado cambiario argentino dio el puntapié
inicial para encaminarse informal y confusamente al mercado
venezolano, dice M&S Consultores. El país podría estar moviéndose en
la dirección de Venezuela, un sistema caracterizado por tipos de
cambio dual, que son una enorme fuente de ineficiencia económica?,
agregó Standard Chartered. En vista de lo que podría llegar a venir,
la consultora de Carlos Melconián elaboró un informe sobre cómo
opera el mercado venezolano.
Desde 2003 rige un sistema de control que centraliza la compra venta
de divisas en el Banco Central de Venezuela (BCV), con un tipo de
cambio establecido por las autoridades. Cuando se introdujeron los
controles se creó la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI)
para realizar la tarea de control sobre el mercado cambiario. El
primer paso fue la obligatoriedad de liquidar ante el BCV el 100% de
las operaciones de exportación. Simultáneamente, la compra de
divisas dejó de ser libre para requerir una autorización previa. La
CADIVI tiene por finalidad otorgar esas autorizaciones. Creó una
base de usuarios del régimen cambiario y estableció los requisitos
que deben cumplir los que pretendan acceder al mercado de divisas.
Tanto las personas físicas como las jurídicas que quieren comprar
dólares deben inscribirse ante la CADIVI y completar una carpeta con
información. Luego hay requisitos específicos para avalar cada
operación en particular. En el caso de la compra de divisas por
turismo o para cancelar gastos efectuados en el exterior, se pide
documentación como pasajes, tarjetas de crédito, etc. Las personas
tienen fuerte limitaciones para hacerse de dólares en el mercado
oficial de cambios. En el caso de viajes, están limitados a un
máximo de u$s 500 en efectivo por año y u$s 2.500 para el pago de
tarjetas.
Inicialmente, en 2003, el tipo de cambio oficial era único para
todas las operaciones que la CADIVI considerara egibles. El resto
debía cursarse por un mercado paralelo. Hasta 2006 no hubo una
brecha muy significativa pero que a partir de 2007 comenzó
agrandarse, llegando al 190% en 2009. En enero de 2010 se desdobló
en dos el mercado oficial, estableciéndose un tipo preferencial de
2,60 bolívares por dólar (20% superior al que regía en ese momento)
para algunas operaciones prioritarias. El resto como la importación
de automóviles, electrodomésticos, y gastos por turismo pasaron a
liquidarse a un tipo de cambio 65% superior al preferencial (4,30
bolívares). Esta etapa de mercado dual fue corta. En enero de 2011
se volvió al mercado unificado al tipo de cambio más alto (4,30).
Fue una devaluación del 100% dividida en dos etapas entre enero de
2010 y enero de este año. Al mismo tiempo se prohibió la operatoria
de las casas de cambio para desarticular el mercado paralelo de
divisas y se prohibió la publicación de esa cotización en los
medios. En el mercado negro (que es ilegal) el dólar cotiza
alrededor de 10,00 bolívares por unidad (brecha del 130%). Para
mitigar los efectos de esta situación, el gobierno estableció dos
sistemas alternativos: el SITME (Sistema de Transacciones en Moneda
Extranjera), que permite a las personas que tienen aprobada su
carpeta de datos en la CADIVI, hacerse de dólares legalmente más
allá de los cupos asignados. Es un esquema financiero que funciona
por medio de la compra/venta de bonos venezolanos y que arroja un
valor de 5,30 por dólar en la actualidad. El otro es similar pero
con bonos de PDVSA, que arroja una cotización superior .
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