El aire que circula por la cabina
del avión es un gran propagador de enfermedades
El aire que circula dentro del
avión se cambia entre 10 y 15 veces por hora. Además, se
redistribuye cada entre tres y cinco minutos, lo que hace pensar a
muchos pasajeros que puede ser un lugar perfecto para que las
enfermedades se propaguen. Sin embargo los aviones están equipados
con unos filtros especiales, los HEPA (High Efficiency Particulate
Air) que evitan que los contaminantes circulen continuamente de un
lado al otro del avión. De hecho este tipo de filtros compuestos por
fibra de vidrio llegan a tener eficiencias de hasta el 99,995 por
ciento, lo que asegura una protección casi total. Así pues, estos
sistemas de redistribución del aire no tienen ninguna peligrosidad
para los pasajeros, como algunas personas presuponen
No se puede sobrevivir a un
accidente
El miedo a las alturas es algo
natural. Hasta quienes viajan habitualmente han sentido alguna vez
la congoja de un posible accidente. Además, la creencia popular dice
que la supervivencia a un accidente aéreo es prácticamente nula. Sin
embargo, según un estudio británico de la Agencia de Seguridad
Nacional sobre accidentes aéreos, la tasa de supervivencia a los
accidentes fue de más del 95 por ciento. O lo que es lo mismo, las
posibilidades de morir son de una entre 60 millones. Este dato
convierte, de largo, al avión en el medio de transporte más seguro,
cientos de veces más que el coche
Se pueden abrir las puertas de un
avión en pleno vuelo
La apertura de puertas en
pleno vuelo es imposible por pura física. La altura a la que vuelan
los aviones unidos a la velocidad a la que se desplazan hacen que la
presión en el exterior sea menor que en el interior. Es como si el
aire del interior estuviera continuamente empujando hacia fuera. Las
puertas están diseñadas para abrirse hacia dentro, no hacia fuera de
modo que es imposible que se abran por muy fuerte que tire una
persona. Como apuntan desde Travelzoo, “de hecho, cuanto más alto
vuela el avión, más selladas quedan sus puertas”
Los dispositivos electrónicos
interfieren en la navegación del avión
Según apuntan desde Travelzoo,
“aunque está socialmente aceptada, no existe ninguna evidencia clara
que relacione el uso de los dispositivos electrónicos con las
interferencias”. Según explican, los aviones están específicamente
aislados contra señales de radio ajenas, operando los sistemas de
navegación a otra frecuencia de la de los teléfonos móviles. Sin
embargo, en tierra sí que pueden existir problemas de comunicación.
Desde Travelzoo señalan que “si alguien realizara una llamada de
teléfono desde el avión, la señal rebotaría entre las diferentes
torres de señal a la vez, lo que podría bloquear otras llamadas”
El alcohol afecta más en los
aviones
La cantidad de alcohol en
sangre es la que realmente determina los niveles de intoxicación
etílica de una persona. La presión de la cabina durante el vuelo es
aproximadamente la misma que a unos 2.500 metros de altura, lo que
supone un ligero descenso de la cantidad de oxígeno que puede llegar
a nuestro torrente sanguineo. A este respecto, desde Travelzoo
explican que “sí es cierto que, al llegar menos oxígeno al cerebro a
causa de la altitud y la presión, se puede incrementar la sensación
de embriaguez, pero eso es todo” Fuente:
http://www.muyinteresante.es