Según una
encuesta realizada por el portal de empleos Trabajando.com, el 82%
de los argentinos en relación de dependencia no está feliz con su
trabajo.
El 30% siente que su desempeño no es debidamente reconocido y por lo
tanto, como la posibilidad de crecer, mejorar ingreso y desempeñarse
en una atmósfera de buen clima, para la gran mayoría, no parece
posible, el camino se advierte: hay que bucear en el mundo de las
opciones y alternativas e indagar en las claves para oxigenar
aquello que a primera vista parece denso y pesado.
Se reunió a un grupo de especialistas en temas laborales para
elaborar una especie de guía o decálogo de herramientas que pueden
ayudar a que el día a día sea más gratificante.
La posibilidad de unir placer y trabajo, coincidieron todos, depende
de la actitud que adopte el empleado ante ciertos desafíos diarios.
Pero hay varios tips más y se destacan a continuación:
1) Destacar los logros
Si parece que el jefe “no ve” los aciertos, entonces tal vez le
corresponda al empleado hacerlos visibles. Para esto, Yésica Dos
Santos, psicóloga y especialista en Recursos Humanos, sugiere llevar
un registro de los objetivos alcanzados.
Así se podrá comunicar de manera concreta al supervisor de qué
manera se aportó a la empresa.
Esto es una manera de hacer lo que los expertos denominan
endomarketing personal, es decir, ocuparse uno mismo de hacer
evidentes los esfuerzos realizados.
2) Tener objetivos claros y alcanzables
“Es importante que la exigencia y el ideal que se busca alcanzar no
resulten abrumadores”, recomienda el médico y psicoanalista Harry
Campos Cervera.
Para esto es necesario conocerse, entender cuáles son nuestros
propios límites, para poder identificar las metas personales y
delinear los métodos para alcanzarlas.
3) Saber pedir un aumento
Según Pablo Molouny, gerente general de Trabajando.com, “lo
económico tiene que ver con el desempeño, por eso es necesario
entender cómo impacta mi trabajo en la economía de la empresa” antes
de pedir un reconocimiento económico.
Entonces, en vez de decir “merezco un aumento porque hice esto”,
quizás es más efectivo arrancar con “logré este objetivo y eso le
permitió a la empresa generar tantos ingresos”.
4) Ponerse la camiseta
Resulta imposible trabajar bien en un lugar del cual uno no se
siente parte.
“El logro de una identidad con la tarea, el equipo y el lugar de
trabajo” ayuda, según Campos Cervera, a dejar de lado experiencias
traumatizantes y, por lo tanto, a sobrellevar la tarea laboral con
alegría.
5) Huir de los jefes tóxicos
Se trata de personas que gozan humillando al empleado, que les gusta
destacar los errores en público y jamás mencionan los logros.
Para ellos nada es suficiente, siempre falta más y se pasan gran
parte del tiempo respirándoles a los empleados muy cerca de la nunca
(no es lo mismo que un jefe exigente, que sabe ejercer el liderazgo
y mejora las capacidades de su subordinado).
Si uno no puede mejorar la relación con ellos y siente que trabajar
es un infierno, entonces quizás sea el momento de dar una vuelta de
página.
“Cambie de jefe, nadie está condenado. Todos tenemos la posibilidad
de elegir”, explica Cristina Mejías, consultora de carrera.
6) Optimizar el tiempo
Es necesario organizarse para poder cumplir las tareas diarias sin
abrumarse. Dos Santos sugiere tomarse 10 minutos al comienzo del día
para pautar qué se va a hacer durante esa jornada.
Mejías, por su parte, dice que una buena idea es armar un listado
con actividades y luego utilizar colores a modo de código.
Así, se podría pintar de rojo las actividades urgentes y que son
para hacer hoy sí o sí; de amarillo las que pueden esperar hasta
mañana y de verde las que se pueden postergar.
7) Lidiar con compañeros competitivos
Según Molouny, lo mejor es demostrar que uno no está interesado en
competir, porque tiene las miras puestas en otros objetivos. Se le
puede hacer ver que lo que uno busca es sumar, trabajar en equipo y
que “puedo ser un gran soporte para su carrera”.
Si aún así la situación no mejora, la licenciada Adriana Guraieb, de
la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), recomienda alejarse de
esas personas y armar un subgrupo de “buena onda” contra las malas
energías.
8) Ser proactivo
Generar trabajo y proponer ideas en vez de esperar que el jefe
designe las tareas. La experiencia es una de las mejores maneras de
aprender y nadie mejor que uno para saber qué necesita.
“Buscar constantemente formas de desarrollo y aprendizaje, sin
esperar que la empresa me brinde en bandeja todo lo que necesito”,
propone Dos Santos.
9) Combatir el aburrimiento
Los especialistas coinciden en aclarar que dependerá mucho de la
personalidad de quien haga esa tarea.
Si la persona tiene un perfil creativo y emprendedor y todos los
días tiene que cargar una misma planilla, evidentemente está en el
lugar equivocado y será conveniente que cambie de empleo.
Pero hay trabajos que por más motivantes que sean, implican hacer,
cada tanto, una misma tarea. Molouny dice funciona arrancar primero
con lo más aburrido para sacárselo de encima.
Mejías, por su parte, cree que “lo mejor es encontrar nuevas formas
de hacer lo mismo”.
10) Aprender a cortar
Mucha gente se queja de tener trabajos absorbentes. Tienen horario
de entrada pero casi nunca saben a qué hora saldrán.
Es importante establecer pautas de trabajo: horarios, condiciones y
objetivos. Hay que aprender a poner “suave y firmemente límites”,
asegura la doctora Elsa Wolfberg.
Si aún así los horarios no se cumplen, quizás el empleado pueda
organizar la jornada en torno al logro de metas.
Entonces, ya no se trata de cumplir 8, 9 u 11 horas, sino de
completar objetivos. /clarín.com