• Los "mandaparte", que
poco contribuyen en términos de resultados genuinos, pero mucho
hacen desde el hablar y "el hacerse ver" con un individualismo
notable.
• Los "demoradores", que nada lo entregan a tiempo, ni cuando lo
requiere el jefe y menos cuando lo necesita un compañero ya sea del
área o de otro sector. Privilegian sus propios intereses y los
anteponen a los del equipo o los de la compañía en general.
• Los "serruchadores": ellos siempre están atentos a ocupar el
lugar del otro y sacar mérito de lo que no es suyo. Atentos y muy
vigilantes de las oportunidades y debilidades de los demás, no dudan
en llegar con la última noticia del error del compañero, del área
vecina. Son, en definitiva, amigos del "quien tiene la culpa" para
sacar ventaja.
• Los chismosos, que siempre están enterados de los datos más
recientes de la vida privada del otro y si no... los inventan.
Generan enrarecimiento en las relaciones, crean vínculos donde no
los hay, sobre todo si es entre los mismos compañeros de trabajo.
• Las "víctimas", que juegan siempre al juego de quien culpar,
señalando al otro.
• Los "lleva y trae": son los encargados de hacer circular en
"secreto a voces" lo que nadie sabe con exactitud... y que, por
supuesto, en línea con la profecía del autocumplimiento, cuando
realmente sucede lo temido, se acreditan la primicia.
• Los "oportunistas". Es un perfil clásico. Ellos viven atentos a
lo que las autoridades necesitan sin miramientos de lo que hagan en
perjuicio del equipo o del compañero.
• Los "vuelta y vuelta", que siempre están del lado del que les
conviene estar. No forman, ni generan opinión. Se pliegan a la que
les conviene y encima, a la hora del error, "nunca son" ellos los
culpables.
• Los "discutidores por nada". Ellos se sienten, siempre, los
dueños de la verdad absoluta.
• Los "inmutables", a quienes nunca se les leen las emociones.
Son peligrosos. Es preferible perro que ladra... por que no
muerde...
• Los "malhumorados eternos": nunca una sonrisa, no se acercan a
nadie, no generan relaciones, son molestos con su malas formas y
tratos, siempre están "ocupados" y generan mal clima desde el primer
minuto que pisan la oficina.
• Los "indivisibles". Se trata de aquellos que llevan
constantemente sus problemas personales al trabajo no pudiendo poner
un límite a este tema.
• Los "sabelotodos", es decir, las personas que todo lo conocen,
de todos los temas opinan y que, como tienen la necesidad de
demostrar que todo lo saben, muchas veces, incluso, inventan.
Fuente:
http://management.iprofesional.com