La palabra estrés se ha
convertido en un cliché, todos hablamos de esta
sensación de tensión que nos invade el cuerpo sin tener
en cuenta que se trata realmente de una alteración que
en casos extremos nos puede provocar la muerte por
infarto o causarnos trastornos como la angustia,
depresión, fobias, e incluso esquizofrenia
El psiquiatra Alejandro
Nenclares Portocarrero explicó que el estrés no es sólo una
condición emocional, sino implica una reacción del cuerpo frente a
una situación que rompe su equilibrio físico y mental. Al perderse
el balance, nuestro organismo libera diversas hormonas que nos pone
en alerta.
"Puede ser por estar sometido a una cirugía, a una actividad física
muy intensa, muy demandante, o bien una situación de peligro", acotó
el especialista al apuntar que el estrés se divide en crónico y
agudo.
Del que menos se habla es del estrés agudo, provocado por una
situación que pone en riesgo nuestra integridad física, comentó el
especialista. "En este tipo de situaciones el estrés es necesario
para sobrevivir, pues pone en marcha mecanismos que nos permiten
enfrentar situaciones adversas, como huir de un animal, buscar
protección en momentos de un temblor.
"Si un perro te muerde, el estrés hace que el cuerpo dispare
reactivos como el que se acelere la frecuencia cardíaca para poder
correr más rápido; las pupilas se dilatan para ampliar el campo
visual; cambia la circulación sanguínea para evitar una hemorragia a
causa de la herida; etcétera".
Entre las reacciones por estrés agudos se encuentran:
-Sudoración
-Boca se reseca
-Temblores en las extremidades
-Sensación de opresión en el pecho
-Dolor de cabeza súbito e intenso
-Aumento de la presión sanguínea y frecuencia cardiaca
-Urgencia por orinar o evacuar
-Detención del sistema digestivo, porque la sangre se va a las
vísceras
-En personas que tienen enfermedades coronarias, estos casos de
riesgo o bien en momentos de un gran enojo, en los cuales se aumenta
severamente la presión sanguínea, se puede presentar un infarto.
El otro tipo de estrés es el crónico, el cual también genera una
reacción hormonal, pero no es aguda, es decir la secreción de
hormonas se mantiene constante, precisó el doctor Nenclares.
Sin embargo, esto no quiere decir que los riesgos sean menores,
acotó, por el contrario, la tensión constante deriva en que se
emitan constantemente hormonas negativas, como es el cortisol
(hidrocortisona) que altera todo el metabolismo de las grasas y
predispone a que se eleve el colesterol en las venas, por ende
aumenta el riesgo de infarto.
Además, la emisión de hormonas negativas afecta los sistemas inmune,
digestivo y otros, por lo que se es más propenso a enfermedades
infecciosas o crónicas, como la gastritis y colitis.
Pero además, “el estrés crónico intoxica el cerebro por lo que se
pueden desarrollar trastornos como la depresión, ansiedad
generalizada, ataques de pánico, alteraciones del sueño, sobre todo
insomnio, se puede llegar a desarrollar fobias y hasta esquizofrenia
con grados de psicosis en situaciones extremas”, sostuvo el
especialista del Instituto de Psiquiatría Ramón de la Fuente de
México.
Entre los síntomas del estrés crónico se encuentran:
-Dolor de espalda y cuello
-Rigidez en la mandíbula
-Problemas de insomnio
-Presión elevada
-Sudoración excesiva
Indicó que el estrés puede ser causado por presiones laborales o
problemas familiares, llegándose a presentar casos donde la agresión
es un factor importante y más si se ha sido objeto de esta desde
niño, como es el caso de la agresión intrafamiliar, ya sea física,
verbal, emocional o sexual, por parte de los propios padres u otra
persona.
En el caso de que el estrés sea provocado por presiones diarias
es recomendable relajarse con diversas actividades:
-Lo principal es identificar los límites de cuánto me permito
estresarme y hacer a un lado las causas de tensión sin importancia.
-Realizar ejercicio media hora, por lo menos tres veces a la semana,
los más recomendables son natación, yoga y aeróbicos no intensos.
-Tomarse por lo menos una hora al día para dedicarse a sí mismo, a
relajarse con una actividad como escuchar música, dar un paseo,
jugar con tu mascota, acudir a actividades culturales
-Evitar malos hábitos como llevar el trabajo a casa o hacer cosas
que no sean urgentes.
-Si notas que el estrés se ha salido de control y sufres de ansiedad
o depresión, lo mejor es acudir de inmediato al especialista.
Por Yamel Viloria Tavera