Dentro de la informática, el
grafeno además puede multiplicar por cien la velocidad del mejor
procesador actual en una lámina flexible, ligera, y más dura que el
diamante y que está presente en lo más cercano que se puedan
imaginar: el grafito, o lo que es lo mismo, una simple mina de un
lápiz.
Según Paco Guinea, Científico del ICMM-CSIC, "hemos utilizado día a
día el grafito sin saber sus utilidades". Y gracias a un lápiz,
analizando sus restos pegados en una tira de celo, lo descubrieron
hace seis años dos ganadores del premio Nobel de Física, los rusos
André Geim y Konstantin Novoselov. Un procedimiento rutinario que ya
está siendo devorado por la producción a gran escala. El grafeno es
una referencia científica para el 10% de los estudios mundiales
sobre el que se considera ya uno de los mayores descubrimientos del
siglo XXI.
Con un sólo gramo de grafeno, se podría cubrir todo un campo de
fútbol con una fina película totalmente transparente de un material
prácticamente impenetrable.
Ni siquiera el diamante es más duro que este nuevo componente,
descubierto por los dos investigadores rusos que en 2004 recibieron
el Premio Nobel de Física por su hallazgo.
Hasta entonces, el grafeno era un material unicornio, es decir,
“sólo existía desde el punto de vista teórico”, explica Jesús de la
Fuente, consejero delegado y socio fundador de Graphenea, una
pequeña empresa vasca que, en colaboración con el Centro de
Investigación en Nanotecnología de San Sebastián (CIC nanoGune), ya
ha fabricado las primeras muestras de grafeno. Este mineral puede
encontrarse en la naturaleza a partir del grafito (con el que se
hacen los lapiceros), pero también puede sintetizarse a partir de
metano y otros gases, ya que su composición básica no es otra que
átomos de carbono.
Las investigaciones sobre el grafeno todavía están en sus primeras
fases y, aunque ya se puede fabricar, “el reto ahora es conseguir
niveles altos de calidad”, apunta De la Fuente. De momento, los
primeros clientes de Graphenea son laboratorios que están
experimentando con este nuevo material, aunque el mercado potencial
es mucho más amplio, ya que sus aplicaciones supondrán una auténtica
revolución en campos como la electrónica, la industria energética o
la informática.
Entre las muchas características del grafeno, destaca que conduce la
electricidad mejor que cualquier metal y además resiste mejor las
altas temperaturas que el silicio (material base con el que se
fabrican desde microprocesadores de ordenadores hasta placas
solares). Su resistencia supera en 200 veces la del acero, además de
ser mucho más ligero, y se presenta en una fina película
transparente mil millones de veces más fina que una hoja de papel.
Sin embargo, la comercialización de este material en productos
cotidianos todavía depende de la velocidad a la que empresas como
Graphenea sean capaces de avanzar en sus investigaciones sobre su
fabricación.
El consejero delegado de la compañía vasca explica que, actualmente,
tienen una capacidad de producción de 740 obleas de diez centímetros
de diámetro al año. En su estado más puro, cada una puede llegar a
costar hasta 15.000 euros, aunque, como en toda industria, los
precios son escalables en función de la cantidad demandada. De la
Fuente calcula que el grafeno será una alternativa comercial viable
al silicio u otros minerales cuando el precio por oblea se sitúe en
torno a los 3 euros, algo que no ocurrirá hasta dentro de entre seis
y ocho años.
En su fase inicial, Graphenea cuenta con una inversión inicial de
tres millones de euros, además de acceso a unos laboratorios de más
de 40 millones de euros (propiedad del CIC nanoGune). En 2013, la
firma espera lograr un beneficio bruto de explotación positivo
superior a los dos millones de euros, aunque el salto no llegará
hasta 2015, cuando está previsto contar con un laboratorio propio
que permita aumentar la capacidad de producción de grafeno.
A finales de este año, está previsto que un fondo de capital riesgo
entre en la compañía. Graphenea pone así una pica española en medio
de las investigaciones sobre un material tan revolucionario como el
grafeno, actualmente dominadas por estadounidenses, británicos,
alemanes y coreanos. /lainformacion.com
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