Para Steve Jobs,
multimillonario desde los 25 y con una fortuna de en
5.500 millones de dólares, el dinero nunca ha sido una
motivación. Dormía en un colchón tirado en el suelo en
una mansión que no amuebló. Llegó a trabajar en Apple
por un salario anual de un dólar (aunque sus acciones le
reportaban 44 millones). Éstos son los 10 mandamientos
de su éxito, ahora que se ha retirado
1. Mantener equipos de
trabajo reducidos
En los inicios de Macintosh, la plantilla de empleados era de cien
personas, ni una más ni una menos. Si era necesario contratar a un
nuevo empleado, antes se despedía a otra persona, para que el número
siguiera siendo el mismo exacto. Jobs estaba convencido de que tan
solo podía acordarse de los nombres de pila de cien personas.
2. Usar la zanahoria antes que el palo
Jobs a veces puede dar miedo, pero su carisma personal es lo que de
verdad motiva a sus empleados. Su entusiasmo contagioso fue la razón
por la que el personal que diseñó el primer Mac se pasó tres años
seguidos trabajando 90 horas a la semana, lo que redundó en un
ordenador «demencialmente bueno».
3. Crear prototipos de todas las cosas
Todo cuanto Jobs saca al mercado viene precedido por una exhaustiva
sucesión de prototipos: el hardware, el software, las mismas tiendas
de Apple... Los diseñadores y arquitectos se pasaron un año entero
construyendo en secreto el prototipo de la tienda ideal en el
interior de un hangar situado cerca de la sede de Apple. Jobs, al
final, desechó su propuesta y ordenó que volvieran a empezar de
cero.
4. Guardar los secretos
En Apple, nadie habla. Todas las labores se ejecutan de forma
compartimentada, para que nadie sepa más de lo que es estrictamente
necesario. Este secretismo provoca que exista un interés entusiasta
por sus sorprendentes presentaciones de producto, lo que a su vez
permite acaparar los titulares de los periódicos.
5. Abstenerse de realizar estudios de mercado
Es famosa la frase de Jobs: «La gente no sabe lo que quiere hasta
que uno se lo muestra». Él mismo se encarga de realizar sus
personales estudios de mercado: se lleva los prototipos a casa y los
pone a prueba durante meses seguidos.
6. Investigar de forma permanente
A la hora de diseñar los folletos comerciales de Apple, Jobs estudió
en detalle el uso que Sony hacía de los tipos de letra, la
maquetación y el papel con un peso determinado. Cuando llegó el
momento de diseñar la caja de cartón para el primer Mac, estuvo
paseando por el aparcamiento de Apple fijándose con atención en las
carrocerías de los automóviles alemanes e italianos.
7. Tomar decisiones sin vuelta atrás
Jobs está tan orgulloso de los productos que ha descartado como de
los que ha lanzado al mercado. Durante un tiempo trabajó con ahínco
en el desarrollo de una clon del Palm Pilot, proyecto que acabó por
cancelar cuando comprendió que los teléfonos móviles iban a
imponerse a los ordenadores de bolsillo. Esto permitió a sus
empleados disponer de tiempo para desarrollar el iPod.
8. Buscar la perfección
Jobs presta meticulosa atención al detalle. La víspera del
lanzamiento del primer iPod, los empleados se pasaron la noche
entera sustituyendo las clavijas de los auriculares porque Jobs
consideraba que no hacían clic de la forma precisa y deseable.
9. Fichar a los mejores
Esa es siempre su consigna. Por eso contrató al arquitecto I. M. Pei
para que diseñara el logotipo de NeXT y reclutó a Mickey Drexler, de
Gap, para que formara parte del consejo de administración de Apple
con vistas al lanzamiento de la cadena de tiendas de la compañía.
10. Simplificar
La filosofía del diseño que tiene Jobs se basa en la constante
simplificación. En su momento ordenó a los diseñadores del iPod que
eliminaran todos los botones y las teclas de los primeros
prototipos. Los diseñadores se quejaron, pero luego crearon la tan
icónica función de desplazamiento