En prácticamente todas las categorías de productos
existen múltiples marcas para elegir. Muchas de estas
opciones son segundas marcas, es decir líneas de
productos alternativas, de precio menor. En algunos
casos estas líneas pertenecen a los mismos fabricantes
de las primeras marcas del mercado.Veamos cinco
cuestiones clave para entender las diferencias y
similitudes:
1 - La gran diferencia de precio
En ciertos casos la diferencia de precios entre
primeras y segundas marcas pueden llegar hasta el 50%.
¿Qué paga quién elige una primera marca? Básicamente
está pagando tranquilidad. Esta diferencia es el costo de reducir la
incertidumbre asociada a la decisión de compra. Sin embargo, de
ninguna manera es una garantía de mayor calidad.
Como clientes, habitualmente tenemos dudas e
inquietudes acerca de aquello que vamos a consumir. No somos
técnicos expertos en todo lo que compramos. Algunas de las maneras
de reducir esta lógica incertidumbre son: elegir marcas más
reconocidas, confiar en recomendaciones o en experiencias
anteriores, o en ciertos casos utilizar al precio más alto como un
indicio de mayor calidad.
Las primeras marcas explotan su gran reconocimiento
público y su alto precio como señales de menor riesgo para los
consumidores. Por eso vemos una alta penetración en productos que
representan "alto riesgo" en la decisión de compra como:
medicamentos, alimentos de bebé o productos electrónicos. Las
segundas marcas aprovechan el precio menor para destacarse como
opción de ahorro. Las experiencias y recomendaciones pueden ser
válidas para ambas alternativas.
2 - La similitud de costos y calidad
En la mayor parte de los procesos productivos
resulta más costoso fabricar dos calidades que sólo una. Esto ocurre
porque se pierden las ventajas de las economías de escala en la
producción y en el abastecimiento de insumos.
Esta situación explica porqué a menudo las segundas
marcas tienen un costo de producción, y por ende una calidad, muy
similar a las primeras marcas. En un sinnúmero de casos salen de las
mismas cadenas de producción, líneas de producto cuya única
diferencia tangible es el packaging, y sin embargo se comercializan
a precios de venta sustancialmente diferentes.
Donde sí pueden rastrearse diferencias es en la
inversión en publicidad y promoción entre primeras y segundas
marcas. Aunque cabe aclarar que esta diferencia de costos, no
alcanza para explicar la distancia en los precios.
3 - Las estrategias de las empresas
¿Cuál es la ventaja para la empresa de tener
múltiples marcas? Las segundas marcas permiten llegar a segmentos
del mercado más sensibles al precio, sin la necesidad de reducir
precios a aquellos clientes que aún están dispuestos a pagar por
llevar una primera marca.
Cómo se detalló en el punto anterior los precios de
las segundas marcas generalmente tienen poca relación con los costos
de producción. En realidad forman parte de la estrategia de
segmentación de la empresa, para ofrecer alternativas atractivas
para distintos grupos de clientes.
En ocasiones las empresas líderes utilizan estas
marcas alternativas para hacer frente a las estrategias de precios
bajos de ciertos competidores. Por ejemplo una empresa autopartista
líder en su rubro en Argentina, decidió lanzar una segunda marca
como alternativa para competir con los precios de productos chinos y
brasileños.
4 - El contexto económico
Las segundas marcas crecen en participación de
mercado durante los períodos de crisis y recesión económica, donde
pueden llegar a representar hasta el 50% de las ventas totales.
Inclusive hay empresas líderes que tienen ciertas
líneas de producto que aparecen solamente durante períodos de
recesión, pero que se discontinúan cuando la actividad económica
comienza a recuperarse. Este abanico de alternativas permite mayor
flexibilidad a las empresas, que no necesitan sacrificar la imagen y
el posicionamiento de sus productos principales, reduciendo precios
ante la caída del mercado, sino que optan por impulsar las líneas
alternativas.
5 - El crecimiento de las marcas blancas
Dentro del contexto de líneas de productos
alternativas, además de las segundas marcas, han aparecido las
denominadas "marcas blancas" o marcas propias de las cadenas de
distribución. Grandes cadenas de supermercados o electrodomésticos
han desarrollado marcas propias que se comercializan también a
precios inferiores a las primeras marcas.
Al igual que las segundas marcas, estas "marcas
blancas" suelen compartir las líneas de producción con muchas otras
líneas de productos del mercado.
Esta estrategia representa un avance de los canales
de venta y distribución en el mercado. También es crecientemente un
motivo de disputa con los fabricantes, quienes pierden espacio al
resignar el control de un factor de gran peso en el mercado: la
marca. De hecho algunos fabricantes, dueños de marcas líderes, se
niegan por política a producir estas "marcas blancas"