El temor a una suba de la tasa de interés y a una devaluación más
acelerada genera una clara búsqueda de cobertura tanto del público
como de las empresas.
Esa necesidad de refugio se refleja en dos
comportamientos: un incremento en la compra de
dólares, pero al mismo tiempo una aceleración en el
ritmo de endeudamiento en moneda local.
De acuerdo a Ambito Financiero, la lógica detrás de ambas
conductas es la misma: si la expectativa es que el peso se deprecie
más rápido, entonces la lógica es ahorrar en dólares.
De la misma manera, señala el matutino, tomar préstamos
en pesos a tasa fija y a tasas reales negativas (porque se
mantienen por debajo de la inflación que mide el INDEC de Ana María
Edwin) resulta un negocio por demás atractivo, ya
que esa deuda se termina licuando con el paso del tiempo, tanto si
se la mide en moneda local como al realizar la conversión a dólares.
En el caso del ahorro en dólares, distintos indicadores dan
muestra de este fenómeno.
El Central terminó agosto con ventas netas por u$s1.100
millones y en los primeros 9 días de septiembre (según la
última información oficial) se había desprendido de otros u$s650
millones, señala Ambito Financiero.
Tuvo que subir las tasas y mantener el dólar "planchado"
para suavizar el ritmo de dolarización, algo que consiguió
sólo parcialmente la última semana.
La contracara es el alza en el ritmo de aumento de los depósitos
en dólares del sector privado.
Aunque pagan una tasa que no supera el 0,25% anual, las
colocaciones en moneda extranjera se ubican en u$s14.277 millones,
lo que representa un incremento de u$s2.500 millones en lo que va
del año.
Obviamente, este aumento sólo muestra una porción menor
de lo que es la tendencia a la fuga de capitales.
La mayor porción de las divisas directamente sale del país, se
guarda en el "colchón" o en cajas de seguridad (aunque no hay
registro de esta última variable, se estima que el monto no estaría
por debajo de los u$s35.000 millones).
Reservas
Parte de este proceso de dolarización fue absorbida por venta de
reservas del BCRA, pero también por la oferta de divisas que
realizan los organismos públicos, en particular la ANSES.
Por eso, los depósitos en dólares del sector público
bajaron drásticamente hasta los u$s1.400 millones.
Habían arrancado el año en u$s 4.400 millones. Vendió, por lo
tanto, u$s3.000 millones en lo que va de 2011 y el stock de divisas
se achicó drásticamente.
Claro que el organismo puede obtener más dólares
vendiendo los bonos que cotizan en esa moneda, algo que
también estuvo haciendo en los dos últimos meses.
Pero esta tendencia a la dolarización se ve reforzada, además,
por una fuerte aceleración de los créditos en pesos.
Tanto el público como las empresas aprovechan que las bajas se
mantienen bajas en términos reales para endeudarse.
Y esta tendencia se vuelve aún más marcada por el temor
de un aumento en el costo del dinero en los próximos meses.
La tasa de plazo fijo mayorista (Badlar) saltó de un 11%
a principios de año a un 12,75% la semana pasada. Y a esta
suba lentamente se va trasladando a las distintas líneas
crediticias.
El gerente financiero de un banco extranjero describió al
matutino el fenómeno con claridad: "Tanto las empresas como el
público optan en forma abrumadora por endeudarse en pesos a
tasa fija. Tratamos de colocar tanto entre las pymes como
en el público líneas ajustables por Badlar, porque queremos estar
más cubiertos cuando suban las tasas. Pero la verdad es que nadie
las toma".
Conveniente
Por lo tanto, señala Ambito Financiero, el endeudamiento en
pesos responde no sólo a una necesidad de incrementar el
consumo o de financiar inversiones, sino de aprovechar un
contexto que podría cambiar en los próximos meses: una
eventual suba de la tasa de interés (que ya se descuenta en el
mercado) como una aceleración en el ritmo de devaluación hace que
sea más conveniente tomar fondos en pesos a tasa fija.
En los últimos 30 días, el crédito al
sector privado aumentó $11.000 millones a un ritmo del 5,1% mensual.
Resulta un fuerte contraste en comparación con el incremento de
apenas un 0,7% de los depósitos en el mismo período, consigna el
matutino.
Se produce, por lo tanto, una aceleración en el ritmo de
aumento del crédito, pero una fuerte desaceleración
en los depósitos en pesos, que disminuye la liquidez del
sector bancario.
La consecuencia de este fenómeno es que las entidades
tendrán que aumentar la tasa para captar más depósitos,
aunque también al mismo tiempo podrían optar por aumentar el costo
del crédito y empezar a desacelerar el ritmo de aumento en los
próximos meses, concluye Ambito Financiero este lunes
.