"El
kirchnerismo entendió cuál era en la Argentina el peso específico de
los grandes medios de comunicación, y no le escapó a la posibilidad
de poner el rol de los encargados de informar en el centro de la
escena, inaugurando así un debate fundamental. Orlando Barone
recogió el guante de inmediato, primero como panelista del programa
de TV 6, 7, 8, y ahora a partir de este libro, marcado a fuego con
la K que le da título. En la historia que aquí se cuenta no hay
héroes ni quijotes, pero sí unos cuantos tahúres, algunos villanos y
un autor que ama al oficio que hoy debe sentenciar. "Últimamente la
única certidumbre del antiguo periodismo argentino es que ya no
volverá a ser lo que era", sostiene Barone apenas comienza, y de
allí en más trabaja entretejiendo la mirada sobre los medios y su
propia, frondosa historia periodística, para concluir que una nueva
forma de intervenir sobre la realidad impactó de lleno en la vieja
política y también en buena parte de la prensa, fundiendo ambas
especies en una: el "Argentinosaurus". "Ése es el efecto aterrador
-dice el autor- que causa en viejos modelos la militancia joven, sea
en la calle, en la facultad, en el trabajo o en Facebook. Ya no se
trata de la imaginación al poder, sino del poder de la imaginación
traducido a la realidad".
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