La red de beneficios y coberturas de protección proveniente de
distintas fuentes con las que cuenta una persona durante su etapa
activa es cada vez más relevante.
Si además se trata de un empleado en relación de dependencia, hay
una organización casi omnipresente que hace que su vida y la de su
familia sean no sólo más seguras sino también más placenteras.
El empleado se ha acostumbrado a contar con esa red
que sólo se consigue a través de los atributos de la vida laboral
activa.
Por este motivo, los empleados senior, que en general desean
seguir en actividad, gozan de este paraguas protector sin
pensar en el final de su carrera laboral.
Sin embargo, de cara a la etapa de retiro, es fundamental
prepararse y planificar para poder transitar este momento de la
mejor manera posible y poder tener como jubilado un estilo
de vida similar al de la etapa activa.
Para eso, presentamos a continuación una serie de consejos a
considerar:
- Es primer lugar, es importante reflexionar respecto a que la
posibilidad de sostener en el futuro el nivel de vida de hoy
depende de las inversiones actuales que podamos realizar.
- Procurarse un nivel de vida adecuado requiere no sólo
conocer las alternativas posibles sino principalmente qué
factores son determinantes.
Es importante considerar que las necesidades de la etapa activa
se modifican en la etapa de retiro: pueden incrementarse los
gastos en salud, como también las actividades recreativas y de
entretenimiento para ocupar el tiempo libre, el acceso a la
financiación pueden convertirse factores críticos, mientras que
los gastos en indumentaria y en educación de hijos que han
dejado el nido, por ejemplo, disminuyen.
- El empleado utiliza diversos mecanismos de ahorro que
contribuyen con su futuro previsional o la cobertura para su
familia en caso de fallecimiento o invalidez durante la etapa
activa: aportes jubilatorios obligatorios, aportes a planes de
pensión, seguros de vida y retiro contratados por su empleador o
por sí mismo, inversiones, etc.
La mayoría de las veces la persona no ha sopesado las coberturas
y ahorros en su poder con una mirada previsional y está sobre o
sub asegurado. Por eso, es fundamental realizar un análisis
integral de todos los vehículos en uso para diagnosticar así la
brecha con la prestación ideal y poder construir un plan en esa
dirección.
- En las empresas se están instalando cada vez más las
prácticas de ayuda para prepararse para la jubilación:
A. Retirement Placement: se trata de talleres
grupales e individuales de adaptación personal y familiar a la
etapa de retiro basados en los pilares básicos: salud,
psicología y planificación financiera. La adaptación a la etapa
de retiro es necesaria tanto para el empleado como para su
familia.
B. Asesoramiento previsional: diagnósticos
previsionales, adquisición de años vía moratoria vigente,
proyección de prestaciones, entre otras.
C. Planificación financiera.
En síntesis, el proceso completo de diagnóstico y
planificación contempla los siguientes pasos clave:
- identificación de necesidades futuras,
- identificación de la brecha con la situación actual,
- situación frente a la seguridad social,
- ahorros y seguros voluntarios,
- adquisición del gap
- evaluación de la modalidad de financiación.
Hasta el momento de la jubilación, el trabajador cuenta
con el paraguas protector de un empleador casi siempre
omnipresente al momento de operar como red de contención.
El entramado de beneficios otorgados por las empresas se desmorona
abruptamente el último día de relación laboral y el primer día de la
nueva etapa constituye una página en blanco. Un proceso de
retiro bien elaborado y planificado contribuye al diseño exitoso de
la etapa que se inicia
.