El 23 de enero podrían
suspender sus servicios en protesta por un proyecto de
EEUU para perseguir la piratería digital. Como buena
parte de los sitios del mundo están alojados en ese
país, la acción afectaría a Internet en todo el planeta
El 23 de este mes Google, Facebook, Twitter, Yahoo y Wikipedia
podrían coordinar un apagón digital, en protesta por el debate
que, al día siguiente, se llevará a cabo en el Congreso de los
Estados Unidos. Es que se espera que ese día se vote el proyecto
de ley conocido como SOPA (ley para frenar la piratería en
línea, según sus siglas en inglés), en discusión en el Congreso
norteamericano desde octubre último.
Las compañías mencionadas son parte de Netcoalition (www.netcoalition.com),
que también tiene entre sus integrantes a Foursquare, LinkedIn,
Mozilla y PayPal, entre otros. Y aunque el apagón es, por ahora,
tan sólo una amenaza (como le reconoció su portavoz al diario El
País), el hecho de que lo estén analizando demuestra lo opuesto
de su visión frente a lo que proponen los promotores de SOPA y
otro proyecto de ley similar, conocido como PIPA (ley de
protección de la propiedad intelectual, según sus siglas en
inglés), en debate en el Senado de ese país.
Estos proyectos de ley buscan perseguir la piratería digital
permitiendo que el Departamento de Justicia de ese país
considere criminal cualquier sitio que aloje contenido sin
permiso explícito de sus autores. Esto incluye desde sitios de
almacenamiento de archivos como Megaupload hasta otros como
Google o Twitter, ya que enlazar a contenido ilegal también se
consideraría delito.
Lo notable del caso es que la ley habilita al gobierno a
bloquear el tráfico desde y hacia determinado sitio, anular
opciones de pago electrónico a sus dueños, impedir su listado en
buscadores y detener su uso por servicios diversos, como los
servidores de DNS, básicos para el funcionamiento de Internet
(son una suerte de guía que permite vincular a un dominio como
lanacion.com con el servidor que aloja el sitio).
Como buena parte de los servicios y sitios más populares del
mundo están alojados en los Estados Unidos (incluyendo a Google,
Twitter, Facebook, Yahoo!, etcétera) esta acción afectaría a
Internet en todo el planeta. A la polémica, además, se suma el
apoyo de la RIAA (la asociación que agrupa a las discográficas,
que han estado demandando a sitios y usuarios por descargas de
archivos) y la MPAA (el consorcio de estudios cinematográficos
de ese país), que sugieren que el gobierno norteamericano debe
seguir el ejemplo de China o Irán e imponer un intermediario que
regule qué sitios y servicios deben poder ver los ciudadanos de
Estados Unidos.
Lo que argumentan los detractores de estos proyectos de ley es
que la intención de combatir la piratería es saludable; lo que
está errado es el método, que provocaría más daño que
beneficios. Por ejemplo, la ley contempla que se pueda crear una
lista negra de sitios y servicios si se los considera
potencialmente ilegales, pero sin requerir un proceso judicial
que verifique si efectivamente lo son; además, los obligaría a
analizar cada tweet o comentario en Facebook para verificar que
esté en regla, cada enlace en Wikipedia para comprobar que no
lleva a un sitio con contenido pirateado (sin importar la
intención del enlace), etcétera. La idea de la ley, dicen sus
promotores, es que se tome una actitud más proactiva frente a
los contenidos ilegales; quienes están en contra consideran que
afectaría el libre flujo de información