Cada vez se escucha más que
las mujeres, en especial las adolescentes están en
peligro por la ingesta de alcohol y la falta de
alimentación. El diálogo familiar es fundamental y el
apoyo de amigos
La drunkorexia, es una de las
patologías observadas cada vez más en adolescentes, nos dijo a Canal
MUJER el especialista Lic. Marcelo Bregua, de ALUBA. Consiste en no
comer alimentos para poder beber alcohol, y así compensar las
calorías que aporta el alcohol al beberlo.
Estas personas están obsesionadas por su cuerpo, imagen y el no
subir de peso. Están conscientes que las bebidas alcohólicas son
hiper calóricas, pero prefieren no comer en lugar de dejar de beber.
Existen dos factores fundamentales presentes en esta patología: por
un lado, la búsqueda de la aceptación por parte de su grupo de
pertenencia (sus pares, amistades, etc.), y por el otro, las
exigencias de sus grupos de referencia (grupos sociales). ¿Qué tipo
de exigencias? Ser eternamente jóvenes, hermosos, exitosos, "cool",
gozar al límite de la vida (aquellos buscadores de emociones).
La prestigiosa fundación Renfrew Center, de Estados Unidos, estimó
que alrededor del 30% de las jóvenes de entre 18 y 24 años de edad
que pretenden ir a una fiesta donde consumirán alcohol, decide no
comer o cenar para disminuir el aporte de calorías.
Esta patología se distingue de la anorexia, donde las mujeres evitan
el alcohol pues están obsesionadas con reducir al máximo las
calorías que ingieren. En la ebriorexia, en cambio, la persona no
está dispuesta a dejar de beber pero tampoco aceptar que las
calorías de la bebida la hagan aumentar de peso.
La palabra Drunkorexia no está registrada como término médico, es el
nombre vulgar que se le da al comportamiento que lleva a una persona
a reducir el consumo de alimentos para compensar las calorías que
aportan las bebidas alcohólicas que consume.
Hoy los padres deben estar alerta no sólo al consumo de alcohol de
los jóvenes, sino a las conductas en general de sus hijos. Hay que
priorizar la comunicación afectiva, brindarle a los chicos espacios
de diálogo, buscar el encuentro, fomentar las conductas sanas, no
permitir la autoexigencia desmedida, construir la autoestima de los
hijos priorizando el contenido ante la forma sin descuidar los
aspectos saludables. No monetarizando el afecto ni enviando dobles
discursos como “haz lo que digo y no lo que hago”.
La sociedad somos todos nosotros. No podemos culpar solo a los
medios de comunicación por el mensaje que brindan a los
adolescentes. Los medios solamente reflejan lo que somos como
sociedad, ellos no tienen la culpa de los hijos de esta generación o
de ninguna otra. “El Hombre Light o La Cultura Barbie” no son más
que un efecto causado por la falta de diálogo familiar, las pérdidas
de valores, que se hacen visibles, por ejemplo, en la Ebriorexia.