De esta manera los investigadores descubrieron un
patrón común: entre más tiempo
tienen dentro de la red social, más aumenta la creencia que
los demás tienen una mejor vida que la de ellos, todo esto
gracias a que por lo general las fotografías representan
momentos felices en la vida del usuario y desechan
las situaciones desagradables,
independiente si lo que se postea es cierto o no. Así, se da la
falsa impresión de felicidad. Evidentemente, el estudio concluye que
las personas que revisan menos Facebook y comparten
más con sus amigos reales, tienen menores posibilidades de caer en
la depresión.
Esto reafirma un estudio realizado en 2011,
que afirmaba que los niños y adolescentes son más propensos a
desarrollar la llamada "Depresión Facebook", debido
a las constantes actualizaciones, estados de ánimo y fotografías
positivas.
>Fuente:
online.liebertpub.com
>Fuente:
pediatrics.aappublications.org