Un estudio publicado en
Psychological Review parece haber comprobado,
afortunadamente, que el viejo paradigma oficinista de
pasar horas extra sentado en tu monótono lugar de
trabajo está lejos de garantizarte el éxito laboral.
Aquellas tristemente épicas jornadas protagonizadas por
sumisos empleados en busca de obtener el victorioso
aroma de los laureles parece que pronto podrían ser
relevadas por un nuevo acercamiento al trabajo: jornadas
cortas pero precisas, modelo que podría ser mucho más
efectivo según el Dr. Anders Ericcson.
Dicho estudio sostiene la
existencia de una habilidad concreta que, en buena medida, es la
responsable de la efectividad de una persona frente a una tarea de
cualquier tipo: la concentración. El Dr. Ericcson y su equipo reunió
a un grupo de músicos concertistas para examinarlos, notando que
aquellos que practicaban durante cuatro horas diarias mantenían una
concentración mucho más aguda que aquellos que llevaban sus sesiones
a siete horas. Y lo más importante: los interpretes que optaban por
jornadas cortas pero envueltas en mayor concentración lograban, a la
larga, mucho mejores resultados.
Asombrados por los resultados, el equipo decidió extender su
investigación a otras áreas y eventualmente comprobaron que aplicaba
la misma regla y que los representantes más exitosos en otros rubros
tenían hábitos similares a los mejores interpretes de música que
fueron estudiados en un principio, por ejemplo los literatos:
“Mientras escriben una novela, autores famosos tienden a escribir
durante sesiones e cuatro horas por la mañana, dejando el resto del
día libre para descansar y recuperarse. La mayoría de los autores
exitosos, quienes pueden controlar sus hábitos de trabajo y están
motivados por optimizar su productividad, limitan sus lapsos de
actividad intelectual a un cierta cantidad de tiempo diario,
sobretodo cuando trabajan en proyectos que requieren una gran
cantidad de tiempo para ser completados”.
Y no se trata de proponer fórmulas uniformes que apliquen para todo
ser humano. Sería torpe no contemplar que existen distintas
personalidades que se acoplan mejor a distintos formatos de
productividad. Sin embargo, sí es imprescindible construir un modelo
laboral al cual se tendrán que acoplar millones de oficinistas y
empleados, lo cierto es que el propuesto por el Dr. Ericcson podría
traer mejores resultados y mucho menor sufrimiento cotidiano que el
que actualmente rige los estándares de la vida laboral.