"Máximo mínimo esfuerzo",
titula el diario Libre.
El hijo presidencial no quiere
ser el sucesor, se levanta a las 10 am y usa un nombre falso para
rastrear críticas en Twitter.
Máximo Kirchner sesea igual que su padre. Por eso detesta hablar en
público y casi nadie conoce su voz.
Ese silencio es el pilar de su forma de ser, esa que le ha hecho
ganar fama de ser el "poder en las sombras" del modelo K.
Pero la vida del joven más influente de la política es en realidad
más simple de lo que parece.
Máximo ama dormir hasta tarde, jugar a la Playstation y ostenta, al
igual que Néstor y Cristina, una obsesión casi patológica para
monitorear todo lo que se dice de él y de su familia, sobre todo en
las redes sociales.
"Maximito", apodo que le puso su mamá, nunca sale de su casa en Río
Gallegos antes de las 10.30. Suele dormir hasta tarde, se pone lo
primero que encuentra y se sube a su camioneta Honda, para ir a toda
velocidad a la inmobiliaria onde administra las propiedades de la
familia Kirchner.
Su rutina laboral es bastante light. Llega cerca de las 11 al
trabajo, al medio día vuelve a almorzar. Duerme siesta -una
tradición que heredó de su papá- y solo algunos días trabaja por la
tarde, de 16 a 19.
Está alejado de toda actividad deportiva, pero si es un "crack" con
la Playstation. Lo que más le gusta es pasarse el tiempo en su casa
jugando al fútbol en su consola de videojuegos.
Introvertido y empedernido fumador de Marlboro, como su hermana
Florencia, en su abundante tiempo libre Máximo se dedica también a
revisar todo lo que se dice de él y de su familia en Twitter y
Facebook.
Cada vez que un oficialista se trenza con otros para defender "el
modelo", recibe una felicitación de Máximo, a través de un tercero.
Ha llegado a mandar mensajes de texto a reconocidos blogueros K,
para decirles "que bien que estuviste" después de una respuesta
creativa.
Es un secreto a voces que Máximo se creó una cuenta de Twitter con
identidad falsa, para seguir en detalle esas peleas virtuales.
No obstante, esa militancia 2.0 jamás la ejerció en el barro
político. Nunca pronunció un discurso en los actos de La Cámpora, ni
pensó en presentarse para algún cargo, pese a las ofertas múltiples
que le hicieron.
"Es un renegado de la política, que lo alejó de sus padres",
coinciden personas que tuvieron trato con él.
Aunque muchos lo señalan como heredero K, él tiene otros planes.
Hazte fama y échate a dormir. /Diario Libre