Benito Cerati Amenabar conoce
de memoria las canciones que su padre compuso a lo largo de su
carrera, esa que comenzó en los años 80 y que se encuentra en un
largo y doloroso impasse desde hace casi dos años, cuando un ACV
derivó en el estado comatoso que lo mantiene internado en una
clínica porteña
"Yo lo sigo teniendo siempre presente en todo lo que
hago, ya sea escuchando sus canciones o hablando con él, donde sea
que esté. Lejos o cerca", dice el joven que acaba de cumplir 18 años
y que decidió romper el silencio en el que se encontraba, en gran
parte cobijado por su madre, que buscaba alejarlo de la exposición
de los medios.
En una entrevista concedida al diario chileno La
Tercera, Benito afirma que "cada vez que me ve cantando una de sus
canciones, me dice: 'Che, ¿esa no es Nuestra fe, la que estás
silbando?' o 'estás cantando, ¡te la sabés!'. Y sí, me las sé todas.
Porque soy su fan y él lo sabe". Habla en presente, con la esperanza
no dicha pero puesta en que todo se trata de una pesadilla que
podría terminarse de un momento a otro.
El hijo de Gustavo Cerati nació el 26 de noviembre
de 1993, en Santiago de Chile, aunque actualmente vive en Buenos
Aires. Tiene doble nacionalidad -su madre, la DJ Cecilia Amenábar,
es chilena- y la sensación, por las muchas veces que ha cruzado la
cordillera, es que se trata de un "puente" entre Chile y Argentina.
"Me acuerdo de todo de Chile, porque nunca dejé de estar ahí. Voy
todos los años y cada año, desde que nací, hay algo nuevo para hacer
y formas nuevas para divertirse con mis primos y etcétera. Me siento
un puente entre Chile y Argentina, ja, ja… y creo que mi hermana se
siente igual", dice.
El músico le dedicó una canción a Benito ("Te llevo
para que me lleves", de su disco Amor amarillo, que incluye
los sonidos de la ecografía del bebé). Otra de las canciones de esa
primera placa solista, de 1993, fue "Lisa", tema que le dio nombre a
su segunda hija, nacida en el `96. Con ella, el mayor de los Cerati
Jr. vivió, dice, una infancia feliz. "Fue igual que la de cualquier
chico común. Nunca tuve chofer ni mucama ni guardaespaldas. Eramos
una familia común, con cierto resguardo obvio que teníamos que tener,
pero nada que nos cambiara la vida. Mi padre estuvo siempre presente
en cada paso que daba en la vida y jamás me faltó ni a mí ni a mi
hermana. Y el tiempo ausente por las giras, rápidamente lo llenaba
pasando días con nosotros o con regalos y demás".
El recuerdo a su padre llega también, y de forma
inevitable, en tiempo de música. Por eso es que el joven enumera las
canciones favoritas de las paridas por el líder de Soda Stereo: "En
camino (1992), Pasos (1995), Torre de marfil (2002) y Fuerza natural
(2009) son temas que me dan escalofríos, porque, por supuesto,
cuando un tema me emociona o me llega al corazón, siento escalofríos.
Y mi disco favorito sería Sueño Stereo (1995), junto con el
MTV unplugged (Comfort y música para volar, de 1996)."
Por último, algunas palabras más sobre lo que él y
su familia atraviesan por estos días, teñidos de angustia e intriga
sobre lo que vendrá en torno a la salud de Gustavo. "Intentamos
adaptarnos a la situación", dice, cortante y con la carga propia de
un dolor que ahora sì se anima a exteriorizar más allá de las
fronteras de su entorno .
Fuente