En las últimas décadas muchos
argentinos se acostumbraron a un método muy básico de ahorro:
comprar dólares y guardarlos bajo el colchón. Como le dijo a BBC
Mundo la ex ministra de Economía Felisa Miceli, este sistema se
impuso porque los argentinos tienen "memoria histórica y recuerdan
que cada diez años hay alguna crisis económica".
El llamado "corralito" de 2001, en el que se le
prohibió a los ciudadanos retirar su dinero del banco, y la
consiguiente "pesificación" de los depósitos en dólares diezmaron la
confianza en el sistema bancario. Y el aumento de la inflación, que
en los últimos cinco años se colocó entre el 22 y el 24% anual (a
pesar de lo que dicen las cifras oficiales que estiman menos de la
mitad de esa cifra) ahondó la tendencia de ahorrar en dólares.
Sin embargo todo cambió a finales de 2011, cuando el
gobierno argentino impuso rígidas restricciones a la compra de
divisas. Desde ese momento los argentinos tuvieron que diseñar una
nueva forma de ahorrar.
Muchos optaron por volcar los sobrantes de sus
ingresos en el consumo, en especial en la compra de autos y
electrodomésticos, una de las pocas cosas para las que se ofrecen
créditos y generosas cuotas sin interés. "Como los pesos pierden
valor rápidamente por la inflación la gente prefiere usarlos para
adelantar gastos futuros, en especial comprando bienes durables",
explicó el economista Jorge Colina, del Instituto para el Desarrollo
Social Argentino (Idesa). "De esta forma pagan menos de lo que
pagarían si esperan para comprarlo más adelante y tienen un bien que
pueden vender si necesitan dinero. De paso disfrutan del producto
que compraron", agregó
El negocio del auto usado
Fue con esta lógica que nació una de las formas de
ahorro más populares del momento: la venta de autos usados. Mientras
que históricamente un auto nuevo perdía entre un 20 y un 30% de su
valor apenas salía de la concesionaria, la alta inflación creó una
situación insólita: autos que ya casi no se desvalorizan con el paso
del tiempo.
Así lo reflejó un estudio de la consultora económica
Abeceb.com, que muestra que al cabo de tres años de uso los autos
pueden venderse por hasta un 37% más de lo que se pagó cuando se lo
compró nuevo.
Si bien a primera vista parece el negocio perfecto
(¡uno puede disfrutar de un auto nuevo y ganar dinero cuando lo
vende!) la realidad no es tan ideal. "Aunque al venderlo usado uno
obtiene más dinero del que pagó cuando lo compró nuevo, el valor de
esos billetes se redujo debido a la inflación", explicó la
economista de Abeceb.com, Belén Olaiz.
A pesar de que el precio de los autos usados aumentó
en promedio 9,1% durante los últimos tres años -según la consultora-,
el alza general en los precios fue más del doble, por lo que la
ventaja es sólo nominal
Competir contra la inflación
Algo similar ocurre con los ahorros en los bancos:
con una tasa de interés del 12%, los pesos invertidos en plazos
fijos pierden mitad de su valor contra la inflación año a año.
Seguramente eso explique por qué más del 90% de los
plazos fijos en bancos argentinos son colocados a menos de 60 días.
"Las personas depositan su dinero allí por tiempo corto mientras
deciden cómo invertirlo en algo más redituable", opinó Colina.
A comienzos de junio, la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner anunció por cadena nacional que iba a pasar
todos los dólares que posee (unos 3 millones, según su declaración
jurada) a un plazo fijo en pesos.
"Es más rentable tenerlo en pesos que en dólares",
aseguró la mandataria, que con su gesto buscó crear confianza en la
moneda local, como parte de una estrategia oficial que busca "desdolarizar"
la economía.
Si uno mira las estadísticas podría pensar que el
llamado de la presidenta tuvo efecto: en el último mes los plazos
fijos en pesos tuvieron un aumento interanual de más del 30%. Sin
embargo, expertos como Colina creen que ese salto refleja no tanto
una apuesta de los argentinos por el peso sino una respuesta de
ahorristas con pocas alternativas.
"Mientras que en países como Chile los plazos fijos
privados en pesos equivalen al 90% de Producto Interno Bruto, en
Argentina apenas alcanzan al 7% del PIB", afirmó el economista,
relativizando la popularidad de este mecanismo de ahorro.
En la práctica, la mayoría de los ahorristas
argentinos utilizan los bancos no para invertir su dinero sino para
protegerlo. "Ya no hay cajas de seguridad disponibles en las
entidades financieras. Ante el temor de una nueva pesificación de
depósitos, muchos ahorristas retiraron sus dólares de sus cuentas y
los resguardaron en cajas de seguridad", afirmó Olaiz.
Opciones creativas
Ante un panorama con pocas alternativas de ahorro,
algunos argentinos recurrieron a la creatividad para hacerse de
divisas.
Las fuertes restricciones a la importación de bienes
impuestas por el gobierno este año (con la intención de mantener el
superávit comercial y de esta forma frenar la salida de dólares)
dieron pie a un floreciente mercado negro de reventa de productos,
sobre todo de electrónicos.
El "negocio" es aprovechar un viaje al exterior para
comprar con tarjeta de crédito productos que ya no se están
consiguiendo en el país (como algunos tipos de teléfonos
inteligentes y tablets) y luego revenderlos a cambio de dólares en
efectivo a conocidos o a través de sitios de venta online.
De esta forma, el viajero paga lo que compró en
pesos y a una tasa de cambio oficial (un 30% más baja que el dólar
paralelo o negro). Claro, eso es si no excede el límite de US$300 en
gastos permitidos por la Aduana.
De ser así, los agentes del fisco -que están
particularmente atentos desde que comenzaron las restricciones-
imponen multas por el 50% del valor de lo comprado, y ahí se terminó
el negocio.
A través de las redes sociales también se difunden
diversas fórmulas que pueden usar los viajeros para hacerse de
dólares en el extranjero. Una de las más populares es la de los "dólares
casino". "Andá al casino y comprá fichas con tu tarjeta de crédito.
Después devolvelas sin jugar, traete los dólares y pagá tu resumen a
dólar oficial", instruyó a través de su cuenta en Facebook Gustavo,
un joven empresario, a un amigo que viajaba a Miami.
Problema de fondo
Pero más allá de las ocurrencias, la mayoría de los
analistas coincide en que las opciones de ahorro en este momento son
muy pocas. La inflación no sólo se está "comiendo" los ahorros en
pesos. También está reduciendo el número de personas que pueden
ahorrar.
Según la Encuesta de la Deuda Social Argentina
realizada por la Universidad Católica Argentina (UCA), más del 37%
de los hogares con niños no tienen ingresos suficientes para cubrir
su consumo habitual. Por eso, muchos sostienen que los problemas
económicos del país no se resolverán con restricciones sino
reduciendo los índices de inflación .
Fuente