El actor, comediante e imitador argentino Jorge Luz
murió anoche, a los 90 años, en el Sanatorio de la Providencia de
Buenos Aires, donde se encontraba internado desde hace dos semanas a
raíz de una afección pulmonar por la que debió ser intervenido
quirúrgicamente, confirmaron fuentes del centro asistencial.
Nacido el 8 de mayo de 1922 en Empalme San Vicente,
hoy Alejandro Korn, como Oscar Jorge Da Lus Borbón, estudió en el
Colegio Otto Krause.
Muy joven todavía, ingresó a Radio Argentina, al elenco de Pedro
Tocci, adonde había acompañado a su hermana mayor, Aída, ya por
entonces figura de la emisora.
Fue en “Juan Moreira”, junto a Malvina Pastorino, en
Radio Belgrano, donde también participó en “Doctor Justo Justino
Leyes, doctor en trampa y leyes”.
Después de varias intervenciones en radioteatros y
breves apariciones en filmes no acreditadas, tuvo su primera
oportunidad en “Y mañana serán hombres”, de Carlos Borcosque.
Su gran oportunidad llegó con la comedia, al sumarse
al grupo conocido como “Los cinco grandes del buen humor”, junto a
Zelmar Gueñol, Rafael Carret, Guillermo Rico y Juan Carlos Cambón.
El éxito de la compañía, que replicaba un humor
emparentado al de los Hermanos Marx, abarcó teatro, radio y cine, le
permitió participar en giras latinoamericanas y europeas.
Sobre las tablas, en 1957, fue parte del elenco de
la pieza “Los chismes de mujeres”, con la que abrió el Teatro
Caminito de la Boca, dirigido por Cecilio Madanes.
A esta siguieron clásicos como “Las aventuras de
Scapin”, “La zapatera prodigiosa”, “Una viuda difícil”, “La pérgola
de las flores” y “La verbena de la paloma”.
También participó en espectáculos de music-hall, en
cabarets de la noche porteña, como los titulados “Luz verde” y
“Ambar, luz y sombra”, entre otros.
En teatro hizo, además, “La dama de las camelias”, e
integró elencos de varias revistas como imitador, por ejemplo de
actrices y cantantes como Berta Singerman y Tita Merello.
Fue amigo y socio de Niní Marshall, otra grande de
la comedia nacional, e incursionó en todo tipo de géneros, incluso
el sainete y la zarzuela, hasta 1980, su despedida de la escena.
En cine participó en una treintena de largometrajes,
como “Los celos de Cándida” (1940), “Camino del infierno” (1946), la
memorable “Cuidado con las imitaciones” (1948), con Tito Martínez
del Box, que respaldó su éxito como comediante.
Con el grupo de “Los Cinco Grandes del Buen Humor”
se destacó en “Cinco grandes y una chica” (1950), “Cinco locos en la
pista”(1950) y “Fantasmas asustados” (1951)
De esa exitosa serie también son “Locuras, tiros y
mambos” (1951), “La patrulla chiflada” (1952), “Vigilantes y
ladrones” (1952), “Trompada 45” (1953) y “Desalmados en pena”
(1954).
Con la formación rebautizada como “Los Grandes del
Buen Humor” hizo “Veraneo en Mar del Plata” (1954), “Los peores del
barrio” (1955), “Africa ríe” (1956) y “El satélite chiflado” (1956).
Tras un paréntesis, Luz volvió a la pantalla grande
con “Canuto Cañete y los 40 ladrones” (1964), protagonizada por
Carlitos Balá, a la que siguió “Nacidos para cantar” (1965).
En 1968 participó en los grandes elencos de las
comedias “Coche cama alojamiento” y “Somos los mejores”, de Julio
Porter y Federico Padilla, respectivamente.
En el musical para chicos “Juguemos en el mundo”
(1971), único filme de María Herminia Avellaneda, con guión de la
insuperable María Elena Walsh, compuso a Dalmacio.
En 1978 participó en “Yo también tengo fiaca”, de
Enrique Cahen Salaberry, “Abierto de 18 a 24”, y tras un un nuevo
paréntesis, “Delito de corrupción” (1991), de Enrique Carreras.
Posteriores fueron las internacionales “La peste”
(1992), de Luis Puenzo, donde encarnó al hombre de los gatos y “De
eso no se habla” (1993), de María Luisa Bemberg.
Sus ultimas películas fueron “Sol de otoño” (1996),
“El juguete rabioso” (1998); “Loco, posee la fórmula de la
felicidad” (2001) e “India Praville” (2003), de Mario Sábato.
En 1988 fue premiado por su labor en “Abierto de 18
a 24” y en 2007 recibió el Cóndor de Plata a la trayectoria, de la
Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina
El
número fue tan exitoso que en 1994 volvió en "La Piñata" y devino
programa independiente -“La Tota y la Porota”-, con Luz como la
Porota, la bienuda algo boca sucia, una las dos señoras mayores (la
otra era Jorge Porcel) que chusmeaban mientras la primera limpiaba
la vereda, ciclo que contaba con la participación de personajes
famosos .
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