Así, cuando los clientes entran al restaurante son
recibidos por un simpático robot. "Hola, terrícola. Bienvenido al
restaurante
robot Harbin", saluda el "acomodador" con un acento robótico. Luego
de tomar la orden, unos autómatas cocinan y otros se encargan de
llevar los platos a las mesas. Por supuesto, todos los robots están
equipados con sensores de movimiento que les permiten moverse
libremente dentro del establecimiento sin chocarse con las mesas ni
entre ellos.
Todos los robots del restaurante fueron diseñados y
construidos por la empresa china Harbin Haohai Robot Company con una
inversión cercana a los 800.000 dólares. Según informa el China
Diary, las máquinas están pintadas de diferentes colores de acuerdo
a su función y son controlados por personal calificado desde una
sala apartada del restaurante. Con un costo de entre 6 y 10 dólares
la cena, los dueños saben que no recuperarán el dinero invertido,
pero aseguran que será una gran publicidad para la fábrica.
¿Funcionaría un restaurante así en Occidente?
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