CUANTO SE
DEBE DEJAR DE PROPINA?
Como un trato que devuelve
una gratificación a cambio de un servicio, los usos y
costumbres de la propina que se deja a los mozos en un
restaurante varía en cuanto se atraviesan las fronteras.
Después de todo, es una cuestión cultural y no una ley,
una costumbre arraigada y no una obligación
La palabra propina proviene
viene del latín (propinare) y significa "dar de beber", regalarle a
una persona un trago. Según cada país, el porcentaje de la cuenta
que se deja sobre la mesa luego de disfrutar una comida tiene sus
propios códigos.
En Estados Unidos, la gratificación es muy importante y puede llegar
hasta el 20% de la cuenta. "Trabajo hace 20 años en la industria y
siempre ha sido así", dice Tracy Gibbon, manager del restaurante
Litttle Owl, en Nueva York.
Pero ¿el mozo reclama cuando un cliente se va sin dejar propina? "No
hacemos eso aquí", aclara Gibbon, para quien es más común que se
pregunte: "¿Hice algo mal? ¿Ocurrió algo malo con el servicio?".
Tomar una o dos cervezas en un bar no requiere un porcentaje tan
alto, por lo que uno o dos dólares saldará la conformidad del
mesero.
El porcentaje es similar en Perú -entre un 10 y un 20-, aunque no es
estricto como en EEUU. "Por su marcada orientación turística, en
Cusco varía según la nacionalidad. Los americanos son sumamente
regulares mientras que los europeos o asiáticos no", asegura Gustavo
Roda, gerente general de Cusco Restaurantes. La política de los
locales del grupo es que los camareros "no reclamen si no reciben".
En Chile, México y Venezuela la propina que se deja es voluntaria y
ronda el 10 por ciento. En Santiago de Chile existe un dilema: antes
se agregaba siempre en la cuenta, pero eso no ocurre más. Julio
Sepúlveda Sahueza, garçon del restaurante Puerto Fuy en esa ciudad,
explica: "Este tema no se regula por ley. Aquí no la incluimos en la
cuenta. Si los clientes pagan con tarjeta de crédito, les
preguntamos si quieren incluirla".
En el centro histórico de México DF, Ana Laura Castillo es maître de
El Mayor, donde la costumbre es dejar entre el 10 y el 15% sobre el
total de la cuenta. Desde La Hacienda de los Morales coinciden con
el porcentaje. "No es obligatoria y tampoco se incluye en el
ticket", agrega Pablo Santiago, capitán de comedor en la Hacienda.
Argentina y Brasil comparten el hábito de un 10 por ciento. Desde
hace 34 años, Pastor es mozo del emblemático Gran Café Tortoni,
donde cada día atiende a cientos de turistas en el centro de Buenos
Aires. "Los más generosos son los brasileños y los mexicanos, pero
hay que brindarles un buen servicio. Los españoles e italianos son
los más cuidadosos con el dinero", relata.
Aunque en el Tortoni no sucede, es común que se cobre un "servicio
de mesa" por persona, que ronda los 20 pesos (US$ 4,45) en la ciudad
argentina.
Unos pocos euros
Los italianos se enojaron, y mucho, cuando el CEO de Facebook Mark
Zuckerberg se fue del restaurante romano Nonna Betta sin dejar
propina. Los medios lo acusaron de tacaño. Su cuenta fue de tan sólo
32 euros, después de un almuerzo junto a su esposa, que consistió en
alcachofas, calabaza frita y ravioli rellenos.
Sin embargo, los europeos no se destacan por gratificar a los mozos
con grandes sumas. La costumbre en Italia es dejar algunos euros
para redondear la cuenta, hasta un 10% si el servicio fue muy bueno.
España y Francia no son la excepción. En el local madrileño Kulto al
Plato, el chef Mikel Otaegui comenta que lo normal es dejar un 5 por
ciento. "Con la crisis la suma se achicó, y los locales dejan dos o
tres euros como mucho".
Además, es común que los restaurantes de Madrid cobren un servicio
de mesa de 2,5 euros (US$ 3,10). "Aunque el cliente no lo pida eso
sí lo cobramos, a cambio de la panera o un aperitivo que ofrezca el
local", adhiere Otaegui.
La propina tampoco es obligatoria en Francia, donde depende de la
apreciación del cliente. "Suele ser del 2 al 3% de la adición. No
importa la cantidad de personas, será siempre la misma", especifica
Philippe Gaudon, director de La Maison de l’Aubrac, a pasos de
Champs-Élysées. Sí hay un servicio incluido en la cuenta (service
compris), y es del 15 por ciento.
Mientras que la retribución por un servicio es común en la mayoría
de los países, en Asia, por el contrario, se puede considerar un
insulto. "Singapur es el país de las prohibiciones. Está prohibido
dejar propina, y hay carteles de ’prohibido jugar con las palomas’",
dice Aniko Villalba, fotógrafa de viajes y autora del blog Viajando
por Ahí.
Villalba viajó durante ocho meses por el sudeste asiático y reconoce
que la costumbre de comer es muy distinta a la occidental. Los
puestos de comida a la calle abundan más que los restaurantes, por
lo cual retribuir con dinero por una comida es poco común.
Hasta en los hoteles cinco estrellas de China está mal visto dejar
propina. En Hong Kong -que si bien es una isla autónoma forma parte
del país asiático- "la propina es algo que se espera". Se suele
dejar entre un 10 y 15 por ciento. Los restaurantes más turísticos
de Indonesia agregan un 10% de servicio, pero esto no sucede en los
puestos de comida.
A contramano de Asia, dejar propina es común y hasta anhelado en los
Emiratos Árabes, el lujoso destino de Medio Oriente. Muchos
restaurantes de Abu Dhabi (16%) y Sharjah la agregan a su cuenta
(15%), como así también en Dubai (10 por ciento). Para recibir un
servicio superior, hay que darle una propina al mozo de entre US$ 50
y US$ 100. Parece mucho, pero el nivel de gastos en la república
petrolera suele ser exuberante.
Neliswa Nkani, consultora de viajes de Lunathi Consultancy, explica
que la propina no es obligatoria en Sudáfrica, aunque es costumbre
dejar un 10% "por compasión". Algunos locales de comida exigen una
tarifa de servicio para las reservas mayores a 10 personas, que
puede estar incluida en la adición. "Por lo general el dinero se lo
queda cada mozo, pero también se puede repartir entre todos,
incluyendo al personal de cocina, limpieza y del bar", concluye
Nkani .
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