Una residente de Nueva York intenta anular un
fraude de identidad en el que alguien utilizó su certificado de
nacimiento para efectuar matrimonios de conveniencia por lo
menos con tres extranjeros.
Anna Vargas descubrió el fraude en el
2004, cuando solicitó una licencia matrimonial que le fue
denegada por considerar el registro municipal que ya estaba
casada.
Vargas contó al diario New York Post que
pudo casarse al trasladar la ceremonia a otra ciudad, aunque el
problema no desapareció.
Uno de sus presuntos esposos, de Ecuador,
presentó una demanda de divorcio en el 2009, antes de darse
cuenta que la mujer no era la misma persona con la que se casó
en 1996.
Un juez anuló en enero los dos matrimonios, pero
Vargas sigue intentando invalidar un tercero en el distrito
neoyorquino de Long Island.