La creatividad puede parecer cuestión
de magia. Nos fijamos en personajes como Steve Jobs y Bob Dylan y
concluimos que tienen poderes sobrenaturales que nos fueron
denegados al resto de los mortales, un don que les permite imaginar
lo que nunca existió.
Son "tipos creativos". Nosotros no.
La creatividad, sin embargo, no es magia y no existen los tipos
creativos. No es una característica que heredamos en nuestros genes,
ni una bendición concedida por los ángeles.
Es una habilidad. Cualquiera puede aprender a ser creativo y
mejorar.
Nuevos estudios arrojan luz sobre los factores que permiten a las
personas inventar productos revolucionarios y resolver los problemas
más complejos.
Como resultado, ha surgido una serie sorprendentemente concreta de
lecciones sobre lo que es la creatividad y cómo estimularla en
nosotros mismos y en el trabajo.
La ciencia de la creatividad es relativamente nueva. Hasta la
Ilustración, los actos de imaginación quedaban relegados a los
poderes superiores. Ser creativo significaba canalizar a las musas y
darles voz a los dioses. Incluso en tiempos modernos, los
científicos prestaron poca atención a las fuentes de la creatividad.
En la última década, no obstante, eso ha empezado a cambiar. Las
últimas investigaciones sugieren que la presunción de que la
creatividad es un tipo de conocimiento independiente es falsa. En
realidad, usamos el término de "creatividad" como una etiqueta que
abarca una variedad de herramientas cognitivas, cada una de las
cuales aplica a tipos concretos de problemas.
El desafío que afrontamos, ¿necesita de un momento de lucidez? ¿O
puede resolverse gradualmente? La respuesta a menudo deterina si
debemos tomarnos una cerveza para relajarnos o quedarnos hasta tarde
en la oficina.
10 consejos para potenciar el ingenio
1. Píntelo de azul
Un estudio de 2009 reveló que los participantes resolvieron el doble
de problemas lógicos cuando estaban rodeados del color azul, ya que
es relajante y mejora el pensamiento asociativo. Por el contrario,
el rojo hace que la gente esté más atenta así que es mejor como
telón de fondo para resolver problemas analíticos.
2. Despístese
Según una investigación publicada el mes pasado, la gente se
desempeñó 50% mejor en varios problemas creativos durante el momento
del día en que estaban menos alerta, como por ejemplo, recién
despiertos. El atontamiento tiene sus ventajas.
3. Sueñe despierto
Investigaciones dirigidas por Johathan Schooler en la Universidad de
California, en Santa Bárbara, revelaron que las personas que sueñan
despiertas durante el día obtienen mejores puntajes en varias
pruebas de creatividad.
4. Piense como un niño
Cuando a los participantes de un estudio se les dice que se imaginen
que vuelven a tener 7 años, sus resultados en los tests de
pensamiento divergente con problemas como tratar de inventar usos
alternativos para un neumático viejo son más altos.
5. Una dosis de humor
Cuando la gente ve un video corto de un comediante, resuelve
alrededor de 20% más de problemas lógicos.
6. Imagínese que está muy lejos
Investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Indiana
revelaron que los participantes eran mucho mejores resolviendo
enigmas cuando se les decía que los problemas venían de Grecia o
California y no de un laboratorio local.
7. Mientras más genérico mejor
Una manera de de mejorar la capacidad para resolver problemas es
cambiar los verbos que describen el problema. Cuando los verbos son
extremadamente específicos, la gente piensa en términos limitados.
En cambio, el uso de palabras más genéricas (como trasladar en vez
de conducir) pueden traducirse en incrementos significativos en la
cantidad de problemas solucionados.
8. Abra la mente
Según un nuevo estudio, los voluntarios se desempeñaron mejor en un
test estándar de creatividad cuando los colocaron fuera del clásico
espacio de trabajo de 0,5 metros cuadrados, tal vez porque
internalizaron la metáfora de abrir la mente. La lección: el
cubículo limita su potencial.
9. Vea el mundo
Según un estudio dirigido por Adam Galinsky, estudiantes que han
vivido en el extranjero son más proclives a resolver problemas
clásicos de creatividad. Su experiencia de otra cultura les aportó
una valiosa flexibilidad. Este efecto también se aplica a
profesionales: los directores de casas de moda que han vivido en
muchos países diseñan prendas que son más creativas que sus pares.
10. Múdese a la Metrópolis
Físicos en el Instituto Santa Fe descubrieron que mudarse de una
ciudad pequeña a una que es al menos el doble de grande lleva a los
inventores a producir, en promedio, 15% más patentes.
Los nuevos estudios también sugieren la mejor manera para abordar
los problemas más peliagudos.
Solemos dar por sentado que los expertos son genios creativos en sus
respectivos ámbitos. Pero los grandes descubrimientos a menudo
dependen de inocentes osadías de personas de fuera.
Partamos por los problemas más difíciles, aquellos que a primera
vista parecen imposibles. Éstos suelen resolverse (si es que se
resuelven) con un momento de lucidez.
Consideremos el caso de Arthur Fry, un ingeniero del departamento de
productos de papel de 3M. En 1974, Fry asistió a una presentación de
Sheldon Silver, un ingeniero que trabajaba con adhesivos. Silver
había desarrollado un pegamento extremada-mente débil que apenas
servía para pegar dos trozos de papel. No parecía que el compuesto
tuviera aplicaciones prácticas. Después de todo, ¿para qué sirve un
pegamento que no pega?
Sin embargo, una gélida mañana de domingo, Fry se acordó del
pegamento en un contexto insólito. El ingeniero cantaba en el coro
de la iglesia y solía poner pequeños pedazos de papel en su cantoral
para marcar las piezas del día. Los papeles a menudo se caían,
obligándolo a buscar frenéticamente la página correcta. Parecía un
problema insoluble, uno de esos fastidios ordinarios con los que no
nos queda otra que convivir.
Pero durante el sermón, Fry tuvo una epifanía. Se le ocurrió que
podía aplicar el pegamento débil al papel para crear un marcador de
libros reutilizable. Al ser tan débil, se adheriría a la página pero
no la rompería al retirarlo. Esa revelación finalmente se convirtió
en uno de los artículos de oficina más usados en el mundo: el
Post-It.
La invención de Fry fue un clásico momento de lucidez. Si bien esas
ocurrencias parecen surgir de la nada, los científicos han empezado
a estudiarlas. Lo hacen administrando rompecabezas lógicos y
observando lo que ocurre en el cerebro. Las investigaciones de Mark
Beeman y John Kounios identificaron de dónde venía la chispa de
inspiración que observaban cuando a los participantes se les ocurría
la respuesta al enigma planteado.
En los segundos previos al hallazgo, un área del cerebro llamada la
circunvolución temporal superior (aSTG por sus siglas en inglés)
exhibe un salto en su actividad. Esta región, ubicada en la
superficie del hemisferio derecho, se especializa en conectar
información muy vagamente relacionada, precisamente lo que hay que
hacer a la hora de resolver un problema de creatividad.
Beeman y sus colegas descubrieron que ciertos factores aumentan las
probabilidades de uno de esos momentos de lucidez. Por ejemplo,
mostrar un breve video humorístico mejora las probabilidades de
acierto en un promedio de 20%.
El alcohol también funciona. Investigadores de la Universidad de
Illinois, en Chicago, compararon el desempeño en esta clase de
rompecabezas entre estudiantes sobrios y ebrios. Éstos últimos
resolvieron casi 30% más problemas de palabras que sus compañeros
que no estaban intoxicados.
¿Qué explica los beneficios creativos de la relajación y el alcohol?
La respuesta involucra la sorprendente ventaja de no prestar
atención. Si bien vivimos en una era que le rinde culto a la
concentración, este enfoque puede inhibir la imaginación. Puede que
estemos concentrados, pero en la respuesta incorrecta.
La relajación ayuda. No es hasta que nos relajamos en la ducha o nos
distraemos viendo el video de un humorista que logramos girar el
foco de la atención hacia adentro, revisando todas esas asociaciones
al azar en el hemisferio derecho del cerebro. Cuando necesitamos un
momento de lucidez, esas asociaciones suelen darnos la respuesta.
Los estudios también explican por qué tantos grandes descubrimientos
se hicieron en lugares insólitos, como Arquímedes en la bañera o el
físico Richard Feynman que garabateaba ecuaciones en clubes de
strip-tease. Igualmente validan la lógica de Google de colocar mesas
de ping-pong en el vestíbulo y confirman las ventajas prácticas de
soñar despierto. Tal como dijo Einstein: "La creatividad es el
residuo del tiempo desperdiciado".
Desde luego, no todos los desafíos requieren una epifanía ni una
ducha caliente resolverá todos los problemas. A veces, necesitamos
seguir trabajando y resistirnos a la tentación de una siesta
inducida por la cerveza.
Esa clase de creatividad es menos divertida. Consiste básicamente en
sudor y fracasos. Es el lapicero rojo en la página y el boceto
arrugado. Nietzsche se refirió a esto como el "proceso de rechazo",
señalando que si bien a los creadores les gusta jactarse de sus
grandes epifanías, la realidad cotidiana es mucho menos romántica.
"Todos los grandes artistas y pensadores son grandes trabajadores",
escribió.
Pero si diferentes clases de problemas creativos se benefician de
diferentes clases de pensamiento creativo, ¿cómo podemos asegurarnos
de que estamos pensando de la manera adecuada en el momento
indicado? ¿Cuándo deberíamos fantasear y dar un paseo o cuándo
deberíamos seguir dibujando y jugando con las posibilidades?
La buena noticia es que el cerebro humano tiene una sorprendente
capacidad natural para evaluar la clase de creatividad que la
situación requiere. Numerosos estudios demostraron que, cuando se
topa con problemas que no necesitan inspiraciones repentinas, la
mente es sorprendentemente hábil para calibrar la probabilidad de
que el problema sea resuelto, sabiendo si está cerca o no, aunque
desconozca la solución.
Otra clase de problema creativo, sin embargo, es cuando uno carece
de la materia prima en la cabeza. Si está tratando de ser más
creativo, una de las cosas más importantes que puede hacer es
aumentar el volumen y la diversidad de la información a la que se
expone.
Steve Jobs dijo que "la creatividad consiste simplemente en conectar
cosas". Pese a que creemos que los creadores inventan algo de la
nada, Jobs asegura que incluso los conceptos más remotos surgen
usualmente de combinaciones de cosas que existen. Bajo su batuta,
Apple no inventó los reproductores MP3 ni las computadoras tipo
tableta, sino que se limitó a mejo-rarlos, incorporando elementos de
diseño.
¿Cómo puede mejorar la gente a la hora de establecer esas
conexiones? Jobs sostiene que los mejores inventores buscan
"experiencias diversas", recopilando muchos puntos que luego pueden
ligar.
La creatividad es una chispa. Puede ser exasperante frotar las dos
piedras y no conseguir nada. Y puede ser increíblemente
satisfactorio cuando sale la llama y una nueva idea conquista el
mundo. Por primera vez en la historia, empieza a ser posible ver
cómo crear más chispas y asegurar que prendan. Con todo, debemos ser
honestos: el proceso creativo siempre será difícil,
independientemente de cuánto aprendamos sobre él.
Adaptado del libro "Imagine: How Creativity Works", de Jonah Lehrer
Fuente:
http://www.lanacion.com.ar